Minecraft se ha convertido en el juego favorito de alumnos y docentes. Los educadores comentan en la revista IB World por qué utilizan este popular videojuego en clase.
Minecraft es un videojuego de gran éxito. Desde el lanzamiento de la versión completa del software en 2011, este videojuego de mundo abierto que, en esencia, permite a los jugadores crear cualquier cosa con bloques de construcción, ha vendido más de 60 millones de copias, lo que lo convierte en el videojuego más vendido hasta la fecha.
Lo más interesante es que la popularidad de Minecraft va más allá del estereotipo del aficionado a los videojuegos. Muchos docentes lo están utilizando en sus clases y TeacherGaming LLC, un estudio de videojuegos finlandés independiente, ha lanzado MinecraftEdu (una versión del software para colegios) en asociación con Mojang, la empresa desarrolladora del juego. MinecraftEdu ya se utiliza en más de 5.500 colegios de más de 40 países.
Flexibilidad y diversión
Mikael Uusi-Mäkelä, desarrollador de aprendizaje de TeacherGaming LLC, ha observado que los docentes emplean Minecraft para impartir temas muy diversos, desde mecánica cuántica hasta arte con píxeles. Sin embargo, como docente de inglés como lengua extranjera, uno de sus ejemplos favoritos consiste en la creación de un mundo en el que los alumnos tienen que hablar el mismo idioma. Puesto que tienen que trabajar en colaboración, pueden mejorar sus habilidades lingüísticas al mismo tiempo. En su opinión, el juego crea una experiencia totalmente envolvente, similar a la de visitar un país extranjero, pero de una manera más económica.
“Nos encantaría llevar a los alumnos a Alemania para que aprendieran alemán o a Egipto para que estudiaran las pirámides”, declara. “Pero en muchos casos, no es una opción viable”.
“Gracias a su flexibilidad, Minecraft se puede adaptar a diversas áreas de contenido”, explica Colin Gallagher, responsable de integración tecnológica del campus Paterson del ISS International School (Singapur) y autor de Minecraft in the Classroom (Minecraft en el aula). También está desarrollando un mundo que recrea el entorno de las trincheras durante la Primera Guerra Mundial para una unidad de Humanidades del PAI. “Si la asignatura exige a los alumnos utilizar la creatividad y la colaboración para expresar su aprendizaje, Minecraft les ofrecerá un espacio sin demasiadas limitaciones. Pero si la idea es utilizar Minecraft como plataforma de distribución de contenido, también es posible”.
Otra de las obvias ventajas de esta estrategia es que los alumnos se divierten con el juego. “En lugar de trabajar frente a los alumnos, se puede trabajar con ellos”, declara David Veronesi, docente de Individuos y Sociedades del International School of Tanganyika (Tanzania), que utiliza Minecraft con sus alumnos del PAI.
“El juego estimula la curiosidad, la creatividad y la expresión de los alumnos”, añade Daniel Flynn, responsable de integración tecnológica del International School of Tanganyika.
Minecraft también cuenta con grandes adeptos entre los docentes. Gallagher juega en su tiempo libre, y los creadores de MinecraftEdu fueron los primeros en utilizar el software en sus clases porque también a ellos les resultaba divertido.
La importancia de poner fin a los estereotipos
No a todos los educadores les entusiasma de entrada la idea. Elani McDonald, docente del Halcyon London International School (Reino Unido), empezó por probar Minecraft en sus clases como forma de cuestionar sus propias ideas sobre los videojuegos.
“Pensaba que los videojuegos eran una pérdida de tiempo”, explica. “Por eso, como parte de un proyecto de aprendizaje para el personal del colegio, decidí centrarme en ese tema. Según los estudios de investigación, los videojuegos podían ser una buena estrategia, y quise comprobarlo por mí misma. Me pregunté si realmente funcionarían en una clase o si solo se trataba de una teoría más”.
McDonald ahora utiliza asiduamente Minecraft en sus clases de Matemáticas y sus alumnos han producido recientemente un cortometraje sobre un proyecto de geometría que realizaron con el videojuego.
Del mismo modo, no a todos los alumnos les gustan los videojuegos. Veronesi y McDonald tuvieron que convencer a algunos de sus alumnos para que les dieran una oportunidad: “Hay que demostrar una mentalidad abierta. Si no les gusta, podemos volver a los métodos tradicionales”, afirma haberles dicho Veronesi. “Pero después de la primera clase, ya estaban convencidos”.
Dado que Minecraft deja parte de la enseñanza en manos de los alumnos, estos disfrutan de cierto grado de control. Algunos docentes no se sienten cómodos con esta situación.
“Al ver el entusiasmo de los alumnos, la mayoría de los docentes deciden renunciar a ese control”, declara Uusi-Mäkelä. “Pero no es tarea fácil, sobre todo para los docentes con menos experiencia”.
Aprendizaje más profundo
Entonces, ¿merece la pena esta incomodidad? McDonald afirma que las calificaciones de sus alumnos han mejorado desde que empezó a utilizar Minecraft en sus clases. Además, ha observado que han adoptado un estilo de aprendizaje más reflexivo.
“Estábamos construyendo pirámides, y los alumnos empezaron a reflexionar sobre cómo utilizaban las estructuras las civilizaciones antiguas, aunque el plan de la clase no incluía esa parte”, declara. “La reflexión se produjo de forma natural”.
Los profesores también han observado que sus alumnos participan de forma más activa en su aprendizaje.
“Cuando preparo un tema para un proyecto de Minecraft, los alumnos se ponen a jugar pero también a investigar sobre el tema, porque quieren construir objetos más sofisticados”, afirma Veronesi. “Existen planes y directrices para la investigación, pero ellos van más allá”.
Entonces, ¿será todo esto otra moda pasajera? ¿O el uso de los videojuegos en las clases habrá llegado para quedarse? TeacherGaming está ahora trabajando en KerbalEdu, la versión para colegios del videojuego de temática espacial Kerbal Space Program. Uusi-Mäkelä cree que la diferencia entre estos nuevos juegos educativos y sus predecesores olvidados es la importancia que se da al entretenimiento.
“Muchos juegos de aprendizaje flaquean en la parte lúdica”, concluye. “Por lo general, el contenido educativo es de gran calidad, pero los videojuegos no son del tipo que utilizaría un niño en su tiempo libre. Lo que tenemos que hacer es partir de un videojuego de entretenimiento que sea de por sí divertido, y añadirle contenido educativo, ya que también debe ser interesante”.
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