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¿Es importante la práctica?

Piano-Practice-makes-perfect-199x300Según un dicho popular, “la práctica hace al maestro”. Sin embargo, ¿podría un alumno con dos pies izquierdos convertirse en el nuevo Pelé solo por pasarse horas y horas jugando al fútbol? ¿O debemos aceptar que nuestros atributos naturales son los que limitan nuestras capacidades?

La autora y experta en desarrollo infantil Ellen Booth Church afirma que los niños pequeños practican de manera natural al desarrollar sus habilidades. Por ejemplo, puede ser desesperante que su hijo de dos años quiera escuchar el mismo cuento todas las noches antes de irse a dormir, pero esa repetición mejora sus habilidades de lectura y aumenta su comprensión del tema en cada ocasión.

“Los niños repiten de manera natural aquellas actividades que consideran como base, es decir, aquellas con las que se sienten cómodos, y ven hasta dónde pueden llegar la próxima vez”, afirma.

El principio de las 10.000 horas

En su libro, Outliers, el autor Malcolm Gladwell popularizó la idea de que para dominar una determinada habilidad se necesitan, como mínimo, 10.000 horas de práctica. Su idea se basa, de manera muy general, en las investigaciones de K. Anders Ericsson. En un estudio realizado en 1993, The Role of Deliberate Practice in the Acquisition of Expert Performance (la función de la práctica deliberada para convertirse en un experto), Ericsson y su equipo descubrieron que los mejores alumnos de violín habían practicado una media de 10.000 horas.

“Un desempeño sistemático excelente no se consigue sin haber practicado previamente”, afirma Ericsson.

Sin embargo, el estudio original de Ericsson solo tuvo en cuenta la práctica deliberada en el cómputo de horas de práctica totales. Se trata del tipo de práctica en la que los alumnos trabajan deliberadamente para mejorar en algo en concreto, a menudo con la ayuda de un profesor experto y con comentarios inmediatos.

Booth Church coincide en la eficacia de recibir comentarios específicos. “Es importante felicitar a un alumno por su trabajo, pero no conviene limitarse a decir: ‘¡Bien hecho!’”, afirma. “Es mejor mencionar de manera específica los aspectos positivos. Por ejemplo: ‘¡Guau! He visto que en este partido has hecho esto. Me ha gustado cómo has hecho lo otro’”.

Karate-Practice-makes-perfect-imageMás allá de la práctica

Varios estudios recientes sugieren que la práctica podría estar sobrevalorada. En su estudio Deliberate Practice and Performance in Music, Games, Sports, Education, and Professions (la práctica deliberada y el desempeño en la música, el juego, el deporte, la educación y la profesión), Brooke Macnamara y su equipo descubrieron que la práctica era fundamental para mejorar el desempeño. Sin embargo, llegaron a la conclusión de que, en la mayoría de los casos, no era algo determinante para que las personas dominaran tales habilidades.

“Existen otras diferencias que pueden influir en el dominio de una habilidad”, explica Macnamara, que ahora trabaja como profesora adjunta en la Universidad Case Western Reserve. “Estas pueden ser exclusivas de cada individuo, como la personalidad, el nivel de motivación, el origen de la motivación y las habilidades cognitivas”.

Macnamara advierte de que el valor que damos a la práctica puede llevarnos a suponer que un desempeño deficiente es el resultado de no haberse esforzado lo suficiente. “Tenemos que abandonar el hábito de reprender a las personas que demuestran un desempeño deficiente y de atribuirlo a la falta de práctica”, afirma. En su lugar, recomienda que los docentes contemplen los demás factores, como la falta de confianza, que también puede afectar el desempeño.

 Chess-Practice-makes-perfectLa importancia de cometer errores

Es posible que algunos alumnos rehúyan la práctica, y el miedo al fracaso puede ser el culpable.

“La práctica implica desafiar los límites del individuo”, explica Ericsson. “Muchas personas temen cometer errores. Sin embargo, para mejorar es necesario seleccionar tareas que exijan esfuerzo. Si nos limitamos a seleccionar actividades que podamos realizar fácilmente, el desempeño no variará”.

Pero excederse con la práctica también es peligroso. Ericsson explica que la práctica deliberada exige un nivel de esfuerzo y concentración muy intenso que no puede mantenerse durante mucho tiempo. Por tanto, sugiere limitar la práctica deliberada a sesiones de entre 15 y 20 minutos, para luego pasar a otra actividad más relajada y divertida que evite la fatiga del alumno.

Si bien el desempeño depende en última instancia de muchos factores, la práctica no solo es importante, sino que es fundamental para mejorar las habilidades. Es posible que la práctica no logre convertir a un alumno en jugador de la NBA o en un matemático famoso, pero ciertamente le ayudará a demostrar su mejor desempeño en la disciplina en cuestión.

¿Es cierto que la práctica hace al maestro? Envíenos sus opiniones a editor@ibo.org.