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El acoso escolar debería ser tema de conversación internacional

bullying feature picEs un problema que afecta en mayor o menor medida a todos los niños. En el primero de una serie de artículos sobre el acoso escolar, la revista IB World investiga sus efectos, qué pueden hacer los adultos y los alumnos para combatirlo y cómo un colegio de Suecia se ha servido del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB como apoyo.

“Todo el mundo ha oído hablar del acoso escolar”, afirma la psicóloga Catherine Bradshaw. “Cuando imparto capacitación sobre el problema y pregunto quién se ha visto implicado en esta práctica durante su infancia, ya sea como autor, víctima o amigo de alguno de ellos, la gran mayoría levanta la mano”.

Un estudio llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 40 países en vías de desarrollo reveló que la exposición al acoso escolar oscilaba entre el 8,6 % y el 45,2 % en los niños y entre el 4,8 % y el 35,8 % en las niñas. En EE. UU., el 28 % de los alumnos de entre el sexto y el duodécimo año sufre acoso escolar (sitio web en inglés). En el caso del Reino Unido, el 45 % de los jóvenes de entre 13 y 18 años ha sufrido acoso escolar (sitio web en inglés), según Ditch the Label, una institución benéfica que lucha contra el acoso escolar. Cada año, 2,5 millones de jóvenes del Reino Unido se enfrentan a este problema.

¿Pero qué es exactamente el acoso escolar? ¿Cómo podemos distinguirlo de otros tipos de conductas problemáticas? Bradshaw, que también es profesora y decana adjunta del área de investigación y desarrollo profesional del Curry School of Education de la Universidad de Virginia (EE. UU.), afirma que hay tres aspectos fundamentales que definen el acoso escolar, según lo describió el investigador sueco Dan Olweus (sitio web en inglés) a finales de la década de los 80. Dichos aspectos nos permiten identificar si la conducta requiere la intervención de un adulto.

Afirma: “El primero es una conducta agresiva intencionada. El segundo, es que normalmente se produce en un contexto de desequilibrio de poder, por ejemplo, en cuanto a popularidad o número de amigos en Facebook. El tercero es la reincidencia a lo largo del tiempo”.

El acoso escolar puede manifestarse de muchas formas diferentes. Puede ser verbal o incluir contacto físico o relacional.

“La mayoría de los casos de acoso escolar parece ser de tipo verbal y, en muchas ocasiones, de tipo relacional, lo cual implica la amenaza del estatus social de una persona dentro de un grupo o su exclusión para minimizar su poder”, afirma Bradshaw.

Ciberacoso

cyberbullying-imageLa abundancia de aplicaciones móviles de redes sociales, que promueven los chats en grupo y el intercambio de fotografías, se puede utilizar como un catalizador para el ciberacoso. “Algunos investigadores lo llaman ‘agresión electrónica’”, explica Bradshaw. “La mayoría de los alumnos que sufren ciberacoso también se ven expuestos a este problema en persona. En muchos casos, se trata de una continuación”.

Aunque el ciberacoso puede producirse en cualquier momento y lugar, es la forma de acoso escolar menos habitual, según afirma Bradshaw. No obstante, hay estudios que indican que puede ser la más dañina, pues con frecuencia incluye imágenes, lo cual la dota de un carácter más real, personal e hiriente. “Las imágenes pueden circular con más facilidad y convertirse en un registro permanente. Es prácticamente imposible eliminar una imagen de la memoria de todo el mundo, y mucho menos de sus dispositivos”, afirma.

Bradshaw observó en muchos estudios que aunque algunas personas afirman haber salido fortalecidas del acoso escolar, para la mayoría es una experiencia muy dolorosa. Afirma: “El acoso escolar puede ser muy dañino”.

Para ayudar a los alumnos, Bradshaw recomienda a los adultos animarlos a recurrir a los recursos personales disponibles.

Queremos desarrollar la fortaleza interior de los niños para que puedan manejar sus emociones, aprender a enfrentarse a las adversidades y acceder a recursos interpersonales (saber a quién pueden acudir si necesitan ayuda).

Perfil de la comunidad de aprendizaje del IB

Michael Lynch, asesor escolar

Michael Lynch, asesor escolar

Para abordar el problema del acoso escolar, un Colegio del Mundo del IB de Suecia se ha servido del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB para la definición y orientación de un programa contra el acoso escolar. El asesor escolar Michael Lynch y su equipo del Bladins International School de Malmö recibieron en 2013 una beca de investigación Jeff Thompson del IB para llevar a cabo un proyecto de investigación titulado Evaluation of an IB-informed prevention approach to bullying with MYP students: Using a mixed-methods approach incorporating a quasi-experimental design within a Swedish IB school (evaluación de un sistema de prevención del acoso escolar basado en el IB para alumnos del PAI: uso de un enfoque de métodos mixtos con un diseño cuasi experimental en un Colegio del Mundo del IB de Suecia).

Lynch, que también es profesor en la Universidad de Gotemburgo (Suecia), afirma:

“Los atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB reflejan los valores de un auténtico ciudadano del mundo, un alumno que respeta a los demás y al mismo tiempo es fiel a sí mismo. La integración del perfil en el programa de estudios ayudó a algunos alumnos a comprender los atributos”.

En una encuesta realizada a los alumnos del PAI, descubrió que entre el 25 % y el 27 % de los alumnos habían sufrido acoso escolar durante los últimos meses.

“Si bien nuestro colegio cuenta con una política clara contra el acoso escolar, quedó patente que no estábamos logrando responder a las necesidades de todos nuestros alumnos. El programa que desarrollamos fue nuestro intento de solucionar la situación”.

Los docentes y el asesor del colegio decidieron combinar los atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB para crear un programa contra el acoso escolar. “Al relacionar los atributos, en lugar de presentarlos por separado, conseguimos un programa más sólido y coherente”, explica Lynch.

El colegio relacionó los siguientes atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB: informado e instruido/indagador; pensador/equilibrado; buen comunicador/reflexivo; íntegro/de mentalidad abierta; solidario/audaz. A continuación, se formularon preguntas a los alumnos, tales como: ¿cómo la audacia puede inspirar a una persona para ser más solidaria con los demás? o ¿cómo la conciencia puede ayudar a una persona a mostrarse más solidaria con los demás y consigo misma? El objetivo era comprender que la solidaridad con los demás en ocasiones puede exigir audacia, y por qué es importante ser consciente y solidario.

Como parte del enfoque de métodos mixtos, solo la mitad de los alumnos recibió intervención durante el período del estudio: “La comparación de los grupos nos brindaba la posibilidad de discutir cualquier cambio en los resultados”, afirma Lynch.

Cuatro semanas más tarde, se había producido un aumento del 11 % en el número de alumnos que no habían sufrido acoso escolar durante los últimos meses, un 13 % de los alumnos estimaba que había aumentado su número de amigos y un 20 % opinaba que su profesor o mentor se había mostrado más activo contra el acoso escolar. En el otro grupo no se produjo ningún cambio significativo.

“Si bien los resultados de este pequeño estudio han de interpretarse con cierta cautela, el hecho de ver un cambio deseable en las experiencias personales de los alumnos en relación con el acoso escolar resulta alentador”, afirma Lynch.

Gracias al programa, ahora los alumnos pueden identificar el acoso escolar más fácilmente y saben qué hacer para detenerlo. Este resultado indica que es necesario promover la función del testigo y animar a los alumnos a intervenir y prestar ayuda cuando detecten un caso de acoso escolar.

Bradshaw afirma:

“Aunque se puede solicitar ayuda a un adulto, a medida que nos adentramos en la adolescencia nos interesa que los jóvenes aprendan a ayudarse mutuamente, ya sea intentando detener el acoso escolar o defendiendo a la víctima. Sin embargo, no queremos que los alumnos respondan con agresividad”.

Enfoque general del colegio

Una investigación indica que todo el personal del colegio desempeña una función fundamental a la hora de promover la toma de conciencia del acoso escolar (en inglés). Cuantos más miembros del personal participen en un programa, en todos los niveles, más posibilidades habrá de lograr una intervención satisfactoria.

Bradshaw afirma: “Todos los adultos del colegio deben recibir capacitación sobre cómo identificar el acoso escolar, abordarlo y tenerlo en cuenta”.

“Los adultos deben actuar sin demora. De lo contrario, los alumnos pueden sentirse desamparados”, aconseja Bradshaw. “El autor, que normalmente cree que su comportamiento está de algún modo justificado, pensará que los adultos no prestan atención al problema. La víctima puede enojarse, desarrollar la idea negativa de que otras personas consienten la situación y sentirse aislada. Si percibe un conflicto entre alumnos, sepárelos y hable con ellos por separado”.

Entornos de aprendizaje seguros

Aunque el acoso escolar puede ser un fenómeno más habitual de lo deseable, y algunos casos sean más graves que otros, todos los incidentes requieren intervención. “Muchos adultos han sufrido acoso escolar en algún momento de su vida y pueden haber salido airosos. Es muy difícil predecir qué alumnos no van a sufrir los efectos y cuáles van a arrastrar secuelas”, afirma Bradshaw.

Todos los colegios deberían reflexionar sobre el acoso escolar. Es un problema que debería ser tema de conversación internacional. Nuestra obligación es proporcionar a todos los alumnos un entorno de aprendizaje seguro y con mucho apoyo, donde no haya lugar para el acoso escolar.

Cuéntenos qué medidas ha tomado su colegio para combatir el acoso escolar. Escriba a editor@ibo.org.