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Calma y a por todas

Keep calm and carry on imageLa revista IB World ha preguntado a un grupo de docentes del IB cómo consiguen mantener la calma y la serenidad cuando sus alumnos más los necesitan

La época de las evaluaciones es un momento de gran tensión para muchos alumnos, pero también para los docentes. No solo tienen que controlar sus propios nervios, sino que también han de encontrar la forma de evitar que no cunda el pánico entre sus alumnos. ¿Cómo lo consiguen?

¿Cómo ayudan a sus alumnos a repasar?

“Organizo un período de estudio aproximadamente una semana antes del examen”, afirma Sarah Clancy, docente del PD y el PAI en el colegio International Academy (sede de Okma) de Michigan (EE. UU.). “Los alumnos exploran preguntas de muestra en torno a la prosa y la poesía, y luego discutimos los puntos más destacables de las notas para la corrección. Como parece más un seminario que una sesión de estudio puro y duro, los alumnos se presentan al examen preparados, tranquilos y seguros”.

Los alumnos de la Stephen Perse Foundation (Reino Unido) pueden completar las lagunas de sus apuntes de clase gracias a la biblioteca de iTunes U especializada del colegio. Dicha biblioteca contiene videos creados por el personal donde se explican los conceptos clave y cómo abordar determinadas preguntas. Además, la interfaz de iTunes U permite presentar la información de forma clara y lógica.

“Los alumnos afirman sentirse mejor preparados y contar con un apoyo más eficaz”, señala Simon Armitage, director de orientación del colegio. “La evaluación del PD es muy exigente, pues se debe examinar todo el trabajo de dos años en poco más de tres semanas. Merece la pena conseguir que el repaso sea más accesible, variado e incluso un poco más interesante”.

Es imprescindible contar con un horario de repaso organizado, y los profesores pueden ayudar a los alumnos a crearlo. A la hora de ayudar a su clase a crear un horario, Martin Griffiths, profesor de Inglés A: Literatura del Programa del Diploma del IB del College Champittet (Suiza), anima a los alumnos a incluir también momentos de descanso. “De esta forma, hacen suyo el proceso y se toman pausas para descansar, lo cual contribuye a consolidar el aprendizaje”, explica.

¿Cómo ayudan a los alumnos a mantener la calma?

El Cobourg Collegiate Institute (Canadá) organiza un programa de bienestar para los alumnos, en el que miembros de la comunidad charlan con ellos sobre cómo lograr un equilibrio saludable entre su vida personal y académica.

“Exploramos temas como la gestión del tiempo, la dieta, el sueño y las habilidades de estudio, y también ofrecemos talleres de yoga y meditación”, explica Erin MacKenzie, responsable de orientación. “La idea es que los alumnos incorporen estas estrategias en su vida diaria, de modo que las hayan interiorizado para cuando llegue el momento de los exámenes”.

El colegio de MacKenzie también promueve sesiones regulares de estudio en grupo, lo cual no solo brinda a los alumnos un espacio para revisar el material de clase, sino también la oportunidad de interactuar con sus compañeros y compartir sus preocupaciones. “Estas reuniones crean una red de apoyo y reducen la sensación de aislamiento que puede producirse a lo largo de todo el año, pero especialmente durante los exámenes”, afirma MacKenzie. También ayuda el chocolate caliente con nubes que se sirve en estas sesiones.

Otros docentes emplean palabras de motivación. “Si se han esforzado, los animo a demostrar lo que saben y piensan, y ellos disfrutan con el desafío”, afirma Griffiths. “Creo que el mejor consejo de última hora que se les puede dar es que vayan a por todas”.

Por su parte, Micah Hirokawa, profesor de Humanidades del PAI (y anteriormente profesor de Historia del PD) de la Island Pacific Academy (EE. UU.), considera que aceptar la presión como una parte natural de la preparación de un examen es importante para mantenerla bajo control. “Creo que la mejor manera de ayudar a los alumnos a controlar el estrés de los exámenes es conseguir que reconozcan y acepten que están estresados”, afirma.

¿Cómo ayudan a un alumno cuyo nivel de estrés ha alcanzado cotas poco saludables?

«Los alumnos con un nivel excesivo de estrés suelen plantear muchísimas preguntas, la mayoría de las cuales se ha respondido hasta la saciedad; también aprovechan cualquier oportunidad para repasar sin darse un segundo de descanso. Me dirijo a esos alumnos con una actitud amable y dulce, y en cierto modo persuasiva, para que se rían un poco y se relaje el ambiente.» Sarah Clancy, profesora del PD y el PAI

Philip Williams, bibliotecario del Vientiane International School (Laos), aconseja que todo aquel que esté preocupado por un alumno concreto acuda al asesor escolar sin demora. En su opinión, el personal de la biblioteca del colegio se encuentra en una posición privilegiada para supervisar el bienestar de los alumnos, pues los ven interactuar con regularidad en el relajado entorno de la biblioteca.

“Oigo muchas conversaciones y veo sus caras de preocupación, por lo que puedo hacerme una idea general del estado de ánimo y el bienestar de los alumnos”, comenta Williams. “Afortunadamente, este año, cuando los alumnos acudieron a la biblioteca después de los exámenes, observé en sus conversaciones una confianza generalizada que indicaba que, aunque se encontraban bajo presión, estaban tranquilos”. Williams añade que está buscando formas de animar a los docentes a que visiten la biblioteca con más frecuencia para que también tengan la oportunidad de evaluar los niveles de estrés de los alumnos.

MacKenzie afirma que las técnicas de conciencia plena y los ejercicios de respiración que imparte el servicio de orientación de su colegio a lo largo del año son especialmente beneficiosos para los alumnos con estrés. Sin embargo, también insiste en que es extremadamente importante hablar con los padres de los alumnos o los servicios de apoyo correspondientes para que soliciten la ayuda necesaria al médico de familia.

¿Qué hacen para controlar sus propios nervios?

La máxima de que una persona no es capaz de ayudar a una víctima si también se convierte en víctima se aplica también a los exámenes. El cuidado de uno mismo es tan importante para los profesores como para los alumnos. “A menudo, estoy tan ocupada que es fácil que me olvide de hacer ejercicio o me quede despierta hasta tarde para terminar mis tareas”, comenta MacKenzie.

He adaptado mi rutina de manera que ahora hago ejercicio por la mañana, y así comienzo el día con energía. También practico yoga por la noche, lo cual me ayuda a relajar la mente y quedarme dormida en lugar de pensar en todas las tareas que me he dejado sin hacer.

Hirokawa considera que el desgaste de los profesores en época de exámenes es casi tan inevitable como el nerviosismo típico de los alumnos. Sin embargo, si un educador es inteligente puede utilizar estas emociones en su favor.

Creo que es importante que los alumnos sepan que los profesores también son humanos. El estrés de un profesor puede demostrar que realmente se ha implicado en el éxito de sus alumnos.

Cuéntenos cómo ayuda a sus alumnos a mantener la calma durante los exámenes. Escriba a editor@ibo.org.