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¿De dónde proceden las ideas?

“No hay nada original. Creamos a través de la experimentación, el esfuerzo y lo que aprendemos de otras personas”.

Esta pregunta es tan pertinente para Teoría del Conocimiento (TdC) como lo es para Artes Visuales, al igual que muchas de las preguntas más profundas de la vida.

Podríamos seguir con algunas preguntas de conocimiento, tales como:

  • ¿En qué medida la creatividad se basa en la investigación?
  • ¿En qué medida las ideas se generan a partir de estímulos externos?

Pero si hablamos de arte… ¿realmente importa cuál es la idea? ¿Ideas buenas? ¿Ideas malas? ¿Ideas feas? ¿Importa la “calidad” de la idea? No demasiado. En muchos casos, lo importante es lo que se hace con ella.

Casi cualquier cosa puede ser un punto de partida. Puede ser una idea vaga de alguna cuestión que nos preocupe: por ejemplo, la injusticia social o la desigualdad de género. O podría ser una idea más o menos aleatoria suscitada por algo tan efímero como un sueño.

A algunos de mis alumnos nunca les faltan “revelaciones” de este tipo. Les surgen y las cuentan prácticamente a diario: “Se me ha ocurrido una idea. Hay una mujer debajo del agua/cara en la niebla/puerta en un bosque/planta humanoide, una pareja besándose, un tipo gordo con cara de enfado”, etc.

Para todo hace falta un punto de partida: puede ser una idea que nos haya rondado en la cabeza durante meses, un incidente extraño que se produjera la noche anterior en un sueño o cualquier otra cosa.

En muchos sentidos, no importa de dónde proceden las ideas. Lo que importa es lo que hacemos con ellas.

 “A hombros de gigantes”

El arte no existe de manera aislada. Junto a la exploración de medios, también sugeriré al alumno en cuestión aquellos artistas y obras de arte que crea que pueden ser útiles y pertinentes en este contexto. En mi opinión, las cosas que se han hecho antes son un magnífico punto de partida y un vía de acceso a ideas más importantes.

En 1676, Isaac Newton dijo: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”.

Con esto, quiere decir que aprovechamos los descubrimientos previos para revelar nuevas verdades.

Newton, por supuesto, era un científico. Pero los artistas también se suben a los hombros de gigantes.

La mayoría de las obras de arte tienen alguna relación con obras de arte anteriores.

La obra My Bed de Tracey Emin es una descendiente clara y previsible de La fuente de Duchamp. Ambas obras se basan en una idea y ninguno de los artistas fue el artífice material de estas. La obra L.H.O.O.Q. de Duchamp está claramente inspirada en la Mona Lisa de Leonardo. La Ofelia de Millais se inspiró en la idea o imagen de la amante ahogada de Hamlet (y, por supuesto, en la obra de Shakespeare).

En verano visité el Museo de Victoria y Alberto de Londres para ver la exposición “Botticelli Reimagined”. El término “reimagined” (“reinventado”) se refiere a las conexiones que los artistas han venido estableciendo con la obra de Botticelli a lo largo de la historia. Fue una exposición magnífica que exploraba “el impacto duradero del pintor florentino Sandro Botticelli desde los prerrafaelistas hasta la actualidad. Sandro Botticelli (1445-1510) está considerado como uno de los artistas más importantes de todos los tiempos. Sus célebres imágenes están profundamente arraigadas en la conciencia pública y su influencia está presente en el arte, el diseño, la moda y el cine”.

En este sentido, los artistas, diseñadores de moda y productores cinematográficos, entre otros, que vinieron después “se subieron” a hombros de Botticelli, aunque en la actualidad utilizaríamos palabras como “apropiación” o “tributo”.

¿Inspiración o plagio?

Debemos citar siempre todas nuestras fuentes de influencia.

Está muy bien eso de decir que nos hemos subido a hombros de Andy Warhol, Banksy o Tracy Emin, pero no debemos olvidarnos de mencionar su influencia e impacto. De lo contrario, pueden acusarnos de plagio, robo, etc.

Andrew Vaughan es profesor en un Colegio del Mundo del IB. Este artículo se publicó originalmente en los blogs del IB de OSC en 2017. El mes que viene se publicará la segunda parte del artículo “¿De dónde proceden las ideas?”.