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Ajustar el reloj

Hemos invitado a un grupo de graduados del Programa del Diploma (PD) a que reflexionen sobre sus estudios y su vida. Ocie Marie Grimsley obtuvo el diploma del IB en el Clarke County High School de Virginia (EE. UU.). Visite la página web de la red de exalumnos del IB en ibo.org/es/alumni.

Contribución de Ocie Marie Grimsley

“No estudies el PD si no quieres quedarte sin vida social”: eso fue lo que me dijo un buen amigo justo antes de empezar la secundaria. Me dijo cosas de todo tipo acerca del Programa del Diploma (PD), todas ellas negativas.

Una de sus advertencias más reiteradas era el nivel de dificultad del PD. Por mi experiencia, no diré que es un programa fácil, porque estaría mintiendo. Pero tampoco puedo decir que tenga que ser necesariamente difícil. La carga de trabajo puede ser un poco agobiante al principio, pero se puede gestionar con una estrategia. Tampoco es un programa dirigido exclusivamente a “los mejores de la clase”, y yo soy un buen ejemplo de ello.

Obtuve el diploma del IB en mayo de 2015, junto con otros cinco alumnos. No solo obtuve el promedio de calificaciones más bajo; mi promedio de puntos también fue el más bajo y ocupé el último lugar en la clasificación de mi promoción. Y esto es más importante de lo que parece. En su orden, ocupamos los puestos 1, 2, 5, 7, 23 y 69 en una promoción de secundaria de 159 alumnos. Quedé clasificada en la mitad superior de mi promoción con una puntuación del 43 %. Eso significa que un 43 % de los alumnos de mi colegio me superaba en inteligencia, según el promedio de calificaciones. Y de ese 43 %, solo 5 alumnos tienen el diploma del IB, aparte de mí.

En respuesta al consejo de mi amigo, siempre decía que tampoco tenía mucha vida social que perder. Solía hacer esta broma porque su afirmación fue un desafío para mí. Y cuando asumo un desafío, nunca doy marcha atrás. Me matriculé en el IB y tuve vida social. Porque no se trata de si la clase o el programa son fáciles: lo que de verdad importa es lo que uno aprende. Por ejemplo: suelo dejar para después lo que tengo que hacer ahora, porque sé que trabajo bastante bien bajo presión. Era parte de mi estrategia para compaginar mis estudios del PD, un empleo a tiempo parcial y actividades extracurriculares como el teatro y el coro. Hablar sinceramente sobre mi experiencia es un resultado que solo podría haber soñado antes de completar un programa tan riguroso académicamente como el PD.

Lo que cambié fue mi actitud y mi perspectiva. Primero examiné mi mente para identificar cuáles eran mis puntos débiles y qué podía hacer para convertirlos en puntos fuertes.

No lo voy a “edulcorar”: al principio es un ejercicio de equilibrio desastroso, porque nada resulta fácil en el primer intento. Sin embargo, aprendí a adaptarme a mi entorno, y eso no significa que cambiara mi forma de pensar o abordar las situaciones (por ejemplo, mi costumbre de aplazarlo todo que ya mencioné); lo que cambié fue mi actitud y mi perspectiva. Tengo TDAH, así que mi adaptación consistió en examinar primero mi mente para identificar cuáles eran mis puntos débiles y qué podía hacer para convertirlos en puntos fuertes.

Me las ingenié para completar un programa que tenía fama de arruinar vidas; sencillamente, no permití que arruinara la mía. Con un poco de ayuda de mis amigos y mi familia, aprendí a gestionar la carga de trabajo del IB, un empleo a tiempo parcial y dos actividades extracurriculares. Mi madre me recordaba constantemente mis deberes hasta que desarrollé el hábito de comprobar mis tareas tres veces cada noche. Mi novio conversaba conmigo para ayudarme a mantener el rumbo. Mis actividades extracurriculares se adaptaban a mi horario laboral y viceversa. Pero tenía que mantener la posición de interlocutora principal con todo el mundo y tomar la iniciativa.

Así que no se trata de si el PD es un programa “difícil”; se trata de si el alumno puede adaptarse. No es necesario cambiar nuestra forma de pensar; basta con ajustar nuestro reloj.

Ocie Marie Grimsley obtuvo el diploma del IB en el Clarke County High School en 2015. Actualmente cursa estudios de grado en asuntos mundiales en la Universidad George Mason, sigue cultivando su pasión por el aprendizaje y espera poder animar a otras personas a romper el molde y redefinir los límites con un pensamiento original.

¿Tiene alguna buena historia que contar? Escriba a alumni.relations@ibo.org y obtenga más información sobre la red de exalumnos del IB en ibo.org/es/alumni.