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¿Son las tareas para hacer en casa una carga de trabajo innecesaria?

La revista IB World investiga si las tareas para hacer en casa siguen teniendo vigencia en la educación moderna en una nueva serie de artículos sobre liderazgo de pensamiento

Muchos colegios de Europa y EE. UU. consideran que las tareas para hacer en casa están pasadas de modaocupan un tiempo muy valioso para estar en familia y no sirven para nada. En consecuencia, han descartado públicamente esta tradición extraescolar con miras a “dejar que los niños sean niños”. Al no tener tareas que corregir, los docentes están aprovechando el tiempo adicional del que disponen para planificar clases más creativas.

Algunas críticas incluso han llegado al extremo de calificar a las tareas para hacer en casa como “un pecado contra la infancia”. Según el autor y conferenciante Alfie Kohn, los efectos positivos de las tareas para hacer en casa son “mitos, en su gran mayoría”. Afirma que en la mayoría de los colegios se asignan tareas para hacer en casa “por simple capricho”.

Los estudios de Kohn revelaron que “no existe prueba alguna de que las tareas para hacer en casa beneficien académicamente a los alumnos de primaria (de 5 a 10 años) o del primer ciclo de secundaria (de 11 a 13 años)”.

“En el segundo ciclo de secundaria (de 14 a 18 años), la correlación [entre las tareas para hacer en casa y los buenos resultados académicos] es débil y tiende a desaparecer cuando se aplican medidas estadísticas más sofisticadas. Entretanto, ningún estudio ha respaldado nunca la hipótesis de que las tareas para hacer en casa desarrollan el carácter o enseñan buenos hábitos de estudio”.

A pesar de todas estas pruebas, las tareas para hacer en casa siguen siendo una práctica vigente en todo el mundo. En China, los alumnos de 15 años dedican una media de 13,8 horas a la semana a las tareas para hacer en casa. En el otro extremo del espectro se encuentran los alumnos de Finlandia, que dedican a dichas tareas una media de 2,8 horas a la semana. Dado que Finlandia suele citarse como un ejemplo positivo por sus excelentes prácticas y aplicaciones educativas, esta comparación pone de relieve la escasa relación existente entre el tiempo dedicado a las tareas para hacer en casa y el desempeño académico.

Una epidemia que afecta a la salud mental

El debate en torno a las tareas para hacer en casa no es nada nuevo, y lo que se considera una cantidad excesiva de tareas depende de varios factores. Sin embargo, con el aumento de los problemas de salud mental entre los jóvenes, la eliminación de las tareas para hacer en casa podría ser un paso en la dirección adecuada para combatir esa epidemia.

Para los alumnos en edad de cursar el PEP, incluso 30 minutos de tareas para hacer en casa cada noche pueden tener un impacto negativo en la salud mental, si se combinan con otras fuentes de estrés académico. Un grupo de investigadores de China ha vinculado las tareas para hacer en casa de dos horas o más cada noche con la alteración del sueño.

Uno de los mejores colegios del Reino Unido está en plena revisión quinquenal de sus tareas para hacer en casa. Se está planteando sustituirlas por clases de meditación semanales, paseos más largos entre clases y el aprendizaje invertido (un enfoque en el que los alumnos leen el material antes de las clases).

En Francia, se afirma que las tareas para hacer en casa producen desigualdades. En 2012, el presidente francés François Hollande afirmó que las tareas para hacer en casa favorecen a las familias pudientes. “Esos alumnos tienen más probabilidades de contar con un buen entorno de trabajo en casa y con unos padres con el tiempo y la energía suficientes para ayudarlos con sus tareas”, señaló.

El autor británico Michael Rosen, ganador del premio Children’s Laureate entre 2007 y 2009, coincide en este aspecto. En una carta dirigida a la ministra de Educación británica Justine Greening (publicada en el periódico The Guardian en febrero de 2017), explica su hipótesis de que las tareas para hacer en casa amplían la brecha entre los ricos y los pobres, y dan ventaja a “los niños cuyos padres cuentan con un buen historial educativo en sus CV o conocimientos sobre enseñanza”.

“Pruebas sólidas” en favor de las tareas para hacer en casa

Si bien el movimiento en pro de la eliminación de las tareas para hacer casa está ganando fuerza, existen “pruebas sólidas” de los beneficios de estas tareas para el desempeño de los alumnos, según afirma Susan Hallam, del UCL Institute of Education (Reino Unido).

Dedicar más de dos horas al día a realizar tareas escolares en casa se asocia con la obtención de mejores resultados en inglés, matemáticas y ciencias, según un estudio publicado por el ministerio de Educación del Reino Unido.

Las tareas para hacer en casa también mejoran la memoria, fomentan la independencia y desarrollan habilidades de estudio positivas, incluida la habilidad para lidiar con la presión, según revelan varios estudios.

Harris Cooper señala la influencia positiva de las tareas para hacer en casa en el desarrollo general. Afirma: “Además de mejorar el desempeño, los defensores de las tareas para hacer en casa sostienen que estas pueden tener otros muchos efectos beneficiosos, como el desarrollo de buenos hábitos de estudio y el reconocimiento de que el aprendizaje puede tener lugar tanto en casa como en el colegio”.

“Las tareas para hacer en casa también pueden promover el aprendizaje independiente y la responsabilidad, habilidades que serán fundamentales más adelante, cuando los alumnos cambien de trabajo o deban aprender nuevas habilidades con miras a su promoción profesional”.

Las tareas para hacer en casa también sirven de guía para los padres. “Los ayudan a comprender los puntos fuertes y débiles de sus hijos en el ámbito académico”, señala Cooper. “Una vez, los padres de un alumno me dijeron que se habían negado a creer que su hijo presentaba una discapacidad para el aprendizaje hasta que lo vieron claramente en sus tareas”.

¿Es más importante la cantidad que la calidad?

Las tareas para hacer en casa ofrecen ventajas muy valiosas, pero la cantidad de tiempo dedicado a realizarlas es una preocupación evidente. Un exceso de tareas puede dar lugar a un desempeño deficiente.

Los colegios tienen que encontrar la manera de estimular académicamente a los alumnos, pero no hasta el punto de agobiarlos.

Cooper reconoce que algunos alumnos se llevan una cantidad excesiva de trabajo a casa. “El establecimiento de políticas que regulen las tareas para hacer en casa puede resultar útil”, señala.

“Las políticas deben prescribir cantidades de tareas para hacer en casa que concuerden con las pruebas empíricas (como es el caso de la mayoría), pero también han de ofrecer a cada colegio y docente la flexibilidad necesaria para tomar en cuenta las necesidades y circunstancias únicas de sus alumnos”.

Por ejemplo, su “regla de los 10 minutos” recomienda que el tiempo dedicado a las tareas para hacer en casa sea equivalente al curso del alumno multiplicado por 10; es decir, un alumno de segundo (7 años) debería dedicar 20 minutos al día a sus tareas para hacer en casa (2 multiplicado por 10).

Y, sobre todo, las tareas para hacer en casa deben ser auténticas, significativas e interesantes, según indican las profesoras de Stanford Linda Darling-Hammond y Olivia Ifill-Lynch en su libro If They’d Only Do Their Work!

 “Deben asignarse tareas que merezcan el esfuerzo”, señalan. “Antes de asignar tareas para hacer en casa, los docentes deben cuestionarse si tienen sentido, si son necesarias, si resultan útiles y si son auténticas e interesantes. Es más probable que los alumnos realicen las tareas si están integradas en una unidad curricular significativa y se van a utilizar en clase al día siguiente”.

Permanezca atento a la segunda parte de nuestra serie de artículos sobre las tareas para hacer en casa, en la que la revista IB World habla con un grupo de docentes del IB que ha optado por renunciar a las tareas para hacer en casa con resultados sorprendentes.

Recomendaciones de Harris Cooper para que las tareas sean significativas:

  • Hasta quinto curso (10 años), las tareas para hacer en casa deben ser muy limitadas.
  • Los alumnos de primer ciclo de secundaria no deben dedicar más de 90 minutos al día a las tareas para hacer en casa.
  • En el segundo ciclo de secundaria, el límite debe ser de dos horas.
  • “Las investigaciones sugieren que más allá de estos límites de tiempo, las tareas para hacer en casa no afectan en modo alguno el desempeño de los alumnos”, señala Cooper.