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El aprendizaje de lenguas no tiene por qué ser una experiencia solitaria

Al llegar a un colegio nuevo, en un país diferente, los alumnos del IB pueden sentirse “marginados” hasta que desarrollan una comprensión básica de la lengua de instrucción principal. El exprofesor de inglés como lengua extranjera Dan Franch le ha contado a la revista IB World cómo puede evitarse esta situación.

Era la primera semana de colegio y estaba trabajando con una nueva alumna de inglés como lengua extranjera del Programa de los Años Intermedios (PAI). La alumna ya había estudiado inglés durante cuatro años en su país de origen.

Nuevo país, nuevo colegio y nuevos compañeros de clase. Era lógico que estuviera nerviosa y se sintiera abrumada. En su país era una alumna brillante, pero ahora apenas podía seguir la clase. Su mundo se había vuelto al revés y se esforzaba al máximo para perseverar y adaptarse a su nuevo entorno.

En lugar de asistir a un curso de Adquisición de Lenguas para aprender un nuevo dialecto, optó por tomar clases de inglés como lengua extranjera. En solo tres reuniones, sus destrezas lingüísticas en inglés progresaron.

Como ya había estudiado la lengua, solo necesitaba un entorno seguro para expresarse. Pero ¿habría sido posible lograr lo mismo en una clase normal de alumnos de habla inglesa?

Numerosas investigaciones demuestran que el estado mental óptimo para aprender es el de alerta relajada. Es decir, para que los alumnos aprendan la lengua de instrucción principal de un colegio deben sentirse seguros.

No cabe duda de que los alumnos aprenderán la lengua si están inmersos en ella todos los días en el colegio. Sin embargo, un profesor de inglés como lengua extranjera, por ejemplo, determina cómo tendrá lugar el aprendizaje, así como la fluidez, la velocidad y el grado de relajación del proceso. No tiene por qué ser una experiencia difícil o solitaria.

Además de enseñar destrezas lingüísticas, el profesor orienta a los alumnos y los ayuda a desarrollar la confianza en sí mismos. Es muy probable que se convierta en el primer y más cercano vínculo con un alumno.

Pero una relación solo puede forjarse con tiempo. Por eso la primera opción para aclimatar a los nuevos alumnos es separarlos del programa de lenguas y, en ocasiones, de las clases generales. Esta estrategia es fundamental para que progresen rápidamente en sus destrezas lingüísticas.

A algunos les preocupa que esto produzca brechas en el aprendizaje. Sin embargo, si un alumno no habla la lengua de instrucción, no comprenderá el contenido impartido y puede terminar sintiéndose más inseguro. El desarrollo de un manejo básico de la lengua es más importante que la presencia en otras clases.

Hay que plantearlo como una “pérdida a corto plazo con un beneficio a largo plazo”. Es posible que a corto plazo se dejen de estudiar contenidos, pero a largo plazo se adquirirán habilidades socioemocionales, destrezas lingüísticas y conocimientos de los contenidos.

No podemos subestimar las necesidades socioemocionales de los alumnos que están aprendiendo la lengua de instrucción principal de un colegio. Muchos de ellos necesitan pasar cierto tiempo en el colegio antes de ser capaces de comunicarse, y se les considerará “marginados” hasta que pueden interactuar. Cuanto más se prolonga la adquisición de la lengua, más excluidos se sienten los alumnos.

Otra estrategia para que los alumnos progresen rápidamente en sus destrezas lingüísticas consiste en que el profesor de la lengua extranjera se incorpore a la clase general para prestarles ayuda.

No es la mejor opción para comenzar. Según los hallazgos de los estudios realizados, impartir clases específicas a estos alumnos da mejores resultados. Estos alumnos pueden sentirse bastante cohibidos en su nuevo entorno si no cuentan con un educador que preste una mayor atención a su falta de destrezas lingüísticas en inglés, por ejemplo. Una vez que se adquieren las destrezas lingüísticas básicas, lo ideal es combinar las clases específicas con clases generales en las que se incorporen los profesores de lengua. Pero, naturalmente, esto dependerá de la configuración de la clase y de la presencia de otros especialistas.

Si bien los programas de enseñanza de la lengua de instrucción principal del colegio son muy beneficiosos, a menudo se subestiman o infravaloran, y se consideran un gasto adicional. Dependiendo del colegio y sus necesidades, estos programas pueden ser imprescindibles, pero a menudo se ven como una actividad secundaria.

Si los alumnos no reciben un apoyo lingüístico, académico y socioemocional sólido, pueden desmotivarse o desarrollar otros problemas relacionados con el aprendizaje y la adaptación.

Un profesor de inglés como lengua extranjera, por ejemplo, debe servir de enlace entre los profesores, los alumnos y los padres. Para forjar una relación eficaz y duradera, deben intervenir todos los grupos de interés.

Los mejores consejos de Dan Franch para animar a los alumnos de inglés como lengua extranjera a tomar las riendas de su aprendizaje: 

  • Céntrese en forjar relaciones con sus alumnos. Tal vez sea el único adulto del colegio con el que interactúan. De esta forma, se sentirán cómodos y seguros, independientemente de su nivel lingüístico. Los alumnos de inglés como lengua extranjera están perdidos en una multitud durante todo el día, hasta que llega la clase de aprendizaje de lenguas.
  • Anteponga el desarrollo socioemocional al desarrollo de la lengua. El primero facilita el segundo.

No urja a los alumnos de inglés como lengua extranjera a regresar a las clases generales. Permítales participar en el proceso de toma de decisiones. Que un alumno tenga un nivel de destrezas lingüísticas adecuado no significa que esté preparado. Hay otras señales igual de importantes, como la seguridad y la comodidad.