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Los alumnos de primer ciclo de secundaria progresan con 150 horas de diseño

Contribución de Clare Wagstaff

El programa de Diseño del Annie Wright Middle School lleva impartiéndose tres años. Aunque incorpora algunos de los proyectos tradicionales más populares del colegio, como la regata de embarcaciones fabricadas con cartones de leche y otros materiales reciclados, también establece nuevas unidades que se están convirtiendo rápidamente en tradiciones.

Diseño es uno de los ocho grupos de asignaturas fundamentales del Programa de los Años Intermedios (PAI), el marco curricular implementado en el primer ciclo de secundaria. El PAI se centra en 16 conceptos transdisciplinarios que guían cada uno de los grupos de asignaturas. Los conceptos estudiados en Diseño son: comunicación, comunidades, desarrollo y sistemas. Cada curso del primer ciclo de secundaria tiene asignadas 50 horas lectivas de Diseño al año, centradas en la indagación, el pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas. Muchas de las unidades son interdisciplinarias o se desarrollan en colaboración con otros cursos o grupos de la comunidad escolar.

En el núcleo del currículo de Diseño se encuentra el ciclo de diseño, una herramienta que estructura la resolución de problemas a través de un sistema cíclico de eventos y promueve el pensamiento de diseño. Está basado en cuatro criterios: indagación y análisis, desarrollo de ideas, creación de una solución y evaluación. El desarrollo de una empatía profunda, el enfoque de prueba y error a través iteraciones, y la validación de la solución también son componentes fundamentales. Los alumnos no utilizan el ciclo exclusivamente en la clase de Diseño; también pueden aplicarlo en otros grupos de asignaturas, como Matemáticas, Ciencias o Inglés.

Durante los últimos tres años, los profesores de Diseño del Annie Wright han realizado investigaciones exhaustivas y han participado en actividades de desarrollo profesional para obtener un conocimiento más profundo del pensamiento de diseño y su uso dentro del aula y fuera de ella. También han colaborado con el personal docente del colegio, el especialista en recursos multimedia de la biblioteca y el director de tecnología educativa para crear un curso de tres años que identifique una secuenciación de contenidos diferente para preparar a los alumnos en tres aspectos clave: la empatía, la construcción y la codificación. Cada unidad se centra en el pensamiento de diseño y utiliza el ciclo de diseño como andamiaje de fondo para resolver diferentes desafíos. Como ejemplos de unidades, cabe mencionar el diseño de productos, los puentes con bolsas de plástico, las embarcaciones con cartones de leche, las máquinas de Rube Goldberg, la narración de historias, la producción de documentales, la codificación, el diseño de aplicaciones y las historias orales.

El laboratorio de diseño sigue en fase de desarrollo, pero ha avanzado mucho durante los dos últimos años, desde su establecimiento en el antiguo taller de artes del colegio. Concebido como un espacio de creación, el laboratorio combina herramientas “de la vieja escuela” para trabajar la madera y la tela con equipos más contemporáneos, como las impresores láser con función de corte y grabado, y el acceso a impresoras 3D. Sin embargo, las herramientas más populares parecen ser las pistolas encoladoras, la cinta de embalar y la pared de suministros variados.

Lo maravilloso de la clase de Diseño es que no hay dos días iguales, ni es posible encontrar a dos alumnos haciendo exactamente lo mismo en la misma clase. Aunque a todos los alumnos se les presenta el mismo desafío de diseño, pueden abordarlo de maneras diferentes y aportar soluciones muy diversas. Algunos utilizan habilidades y herramientas tradicionales, como los serruchos o las máquinas de coser, mientras que otros pueden optar por herramientas tecnológicas más avanzadas, como la impresora 3D, para crear un modelo de plástico a escala o programar una placa de Arduino, un microcontrolador que detecta y reacciona al entorno, por medio de JavaScript. Las opciones de diferenciación son infinitas.

La colaboración también es un componente importante en el curso de Diseño. Los alumnos colaboran con un “cliente” para crear un taburete que satisfaga una necesidad concreta; con un equipo de compañeros para diseñar, construir y guiar una embarcación elaborada con cartones de leche, o con alumnos más pequeños para crear un juego con cartulinas que despierte su interés y los motive para aprender una nueva habilidad.

Uno de los aspectos fundamentales del diseño y el pensamiento de diseño es el desarrollo de una comprensión profunda del problema que se va a abordar. Antes de acometer un nuevo proyecto, es muy importante identificarse con la persona o el problema planteado. Esta habilidad destacó en la unidad del concurso de la aplicación de Verizon de 8.o curso, y fue un factor determinante para su victoria en la división del estado de Washington. La clase invirtió la mayor parte del tiempo en investigar el problema de la comunidad incluso antes de pensar en posibles soluciones. La profundidad de la investigación proporcionó una base muy valiosa para llevar sus soluciones al siguiente nivel.

“Aunque a todos los alumnos se les presenta el mismo desafío de diseño, pueden abordarlo de maneras diferentes y aportar soluciones muy diversas”.

Otro componente fundamental del diseño es la reflexión. Todos los alumnos crean un blog de documentación al comienzo del primer ciclo de secundaria y lo utilizan durante los tres cursos para registrar su progreso en el ciclo de diseño. Así pueden revisar su progreso a lo largo de los años teniendo en cuenta los cuatro criterios y ver el desarrollo de sus habilidades.

Uno de los aspectos más interesantes y adecuados al objetivo del ciclo de diseño y el pensamiento de diseño es el desarrollo de habilidades aplicables a desafíos del mundo real. Los alumnos aprenden a pensar más allá de su burbuja personal, a examinar un problema de manera crítica y exhaustiva, y a dar rienda suelta a su creatividad en las posibles soluciones, sin dejar de reflexionar sobre posibles modificaciones y mejoras. El Annie Wright continúa expandiendo el pensamiento de diseño en los colegios, difuminando los límites entre cursos y años de las asignaturas de una forma práctica y resuelta, y preparando a los alumnos para el mundo que recibirán como legado.


Este artículo se publicó por primera vez en Strength: The Magazine of Annie Wright Schools. Su autora es Clare Wagstaff, directora adjunta del primer ciclo de secundaria de Annie Wright Schools, Tacoma, Washington (EE. UU.).

Imagen cedida por Oona Copperhill.