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¿En qué consiste una buena dirección?

La propia naturaleza de los colegios internacionales presenta un conjunto único de desafíos y complejidades en torno a la dirección, según le ha contado a la revista IB World Michael Fertig, profesor de ciencias de la educación de la Universidad de Bath (Reino Unido)

Todos podemos recordar alguna situación en la que hayamos trabajado con un directivo “malo” o “ineficaz”. Algunos de nosotros hasta sentimos escalofríos solo de pensarlo.

Michael Fertig, profesor de ciencias de la educación de la Universidad de Bath (Reino Unido).

“Un mal directivo es aquel que no es capaz de ver a los demás como compañeros y tiende a trabajar en una especie de vacío de liderazgo en el que toma decisiones sin tener en cuenta lo que piensan o sienten quienes le rodean. Con frecuencia carece de empatía, detesta delegar poderes y suele demostrar una tendencia a controlar en exceso las actividades de su institución”, afirma Michael Fertig, profesor de ciencias de la educación de la Universidad de Bath (Reino Unido).

Sin embargo, estas características solo sirven para limitar el éxito sustentable a largo plazo.

El equipo directivo de un colegio marca la pauta y define el carácter de su institución, además de servir de ejemplo para los alumnos, y esto cobra especial importancia en el contexto de un colegio internacional.

Los colegios internacionales se presentan como instituciones comprometidas con la celebración de la diversidad, la atención a los demás y la promoción de la apertura y el diálogo, lo cual refuerza su compromiso con la mentalidad internacional.

El éxito de un colegio depende en gran medida de la correspondencia existente entre sus valores y el comportamiento de su equipo directivo.

Barreras para el éxito

En muchos colegios internacionales, la brevedad de la permanencia en el cargo supone una barrera para el ejercicio de una dirección eficaz.

La permanencia media es de solo 3,7 años, según una investigación realizada por John Benson en 2011. En 1994, era de 2,8 años, según un estudio de David Hawley. Ambos estudios revelaron un factor clave: la relación entre el equipo directivo y el consejo escolar. Este hallazgo se confirmó en un estudio reciente de RSAcademics en el que participaron más de 100 líderes y miembros de consejos de colegios internacionales del golfo Pérsico y el continente asiático.

Las dificultades con el órgano de gobierno son la principal razón por la que los directivos abandonan sus cargos y parecen ser el mayor problema al que se enfrentan los colegios internacionales, según afirmó la gran mayoría de los participantes en los estudios. Los niveles de disfunción descritos eran variables.

“Se trata de una cuestión sumamente compleja en mi área”, señaló uno de los directivos. “Rindo cuentas ante cinco grupos diferentes y la comunicación entre ellos depende de mí. La documentación formal que define la interacción y las relaciones de trabajo entre estos grupos es bastante exigua”.

Los directivos de los colegios internacionales se enfrentan a las diferentes expectativas que el personal docente, los padres, los alumnos y otros grupos de interés tienen de su cargo, lo cual puede limitar la creatividad. Fertig afirma: “También han de tener en cuenta las diferentes exigencias del contexto local en lo que respecta al currículo, la legislación laboral y la gran diversidad de posibles actitudes de los diferentes grupos de interés en relación con la agrupación de los alumnos y los enfoques pedagógicos, por ejemplo”.

La brevedad de la permanencia en el cargo dificulta la continuidad, el progreso y la planificación a largo plazo. “La agitación e inestabilidad en los niveles superiores de dirección tienen implicaciones claras en la capacidad de planificación estratégica de los líderes, y en sus condiciones para iniciar y mantener mejoras en el aprendizaje de los alumnos a largo plazo”.

Fertig añade: “Dada la relativa brevedad de la permanencia media en el cargo de los directivos de los colegios internacionales, los problemas inherentes al desarrollo de una cultura institucional y de liderazgo que fomente un pensamiento pedagógico creativo e innovador se convierten en una cuestión de primer orden”.

“Sin embargo, la aparición de nuevos tipos de colegios internacionales (por ejemplo, mediante el desarrollo de franquicias) ha servido para exacerbar tensiones como consecuencia de la ampliación de los órganos de gobierno o la inclusión de nuevos grupos de interés”, señala Fertig.

Liderazgo distribuido

Además de la necesidad de superar el problema de la brevedad de la permanencia en el cargo y las limitaciones de los órganos de gobierno, los colegios internacionales deben tener en cuenta los distintos modelos de dirección.

“Cualquiera que haya trabajado alguna vez en una institución educativa coincidirá en que se trata de organizaciones muy complejas, con innumerables grupos que se forman en torno a la profesión o a la amistad”, señala Fertig.

“En líneas generales, este fenómeno de la complejidad en las organizaciones ha sido evidente durante muchas décadas y ha dado lugar a la noción de ‘acoplamiento flexible’: la necesidad de establecer una relación laxa entre los diferentes elementos del colegio, pero dentro de los parámetros generales que marcan los objetivos y la misión de la institución”.

En consecuencia, el control total por parte de una sola persona resulta inviable y es necesario delegar diferentes niveles de responsabilidad. Esto se conoce como “liderazgo distribuido”.

Alma Harris, profesora de política y liderazgo educativo del Departamento de Educación de la Universidad de Bath (Reino Unido) y coautora de un estudio sobre este tema, afirma: “El liderazgo implica ejercer influencia, y todos los docentes influyen en sus alumnos cada día. Necesitamos un liderazgo en todos los niveles (o un liderazgo distribuido) para transformar positivamente los colegios y los sistemas escolares. Fundamentalmente, necesitamos responsables de equipos docentes que trabajen dentro de los colegios internacionales y entre estos para desarrollar su capacidad de hacer cambios positivos”.

La transformación del colegio

Con frecuencia, la transformación de los colegios puede arrojar luz sobre las áreas de las prácticas escolares que resultan problemáticas, pero también brinda una magnífica oportunidad para la mejora y el cambio. Para reducir al mínimo los trastornos, es importante que los directivos animen a sus compañeros a participar en el proceso, y que lo hagan con prudencia.

Fertig afirma: “Es probable que los equipos directivos de los colegios internacionales que adoptan alguna forma de liderazgo distribuido, y que trabajan con otros compañeros en el desarrollo de la transparencia de las funciones y las responsabilidades, puedan aplicar esa cultura organizativa para garantizar una claridad de propósito cada vez mayor en torno a las respuestas que deben darse a los cambios que afronta el colegio”.

Y añade: “La comprensión de los puntos de vista y valores de los compañeros aporta una serie de ventajas en estas circunstancias. Es fundamental que los directivos transmitan a sus compañeros un mensaje que rompa con las respuestas facilistas y manidas a la naturaleza y las implicaciones del cambio”.

“Asimismo, es necesario que los directivos tengan conciencia de la naturaleza irracional y compleja del proceso de cambio y se la presenten con claridad a sus compañeros, y que, además, respondan tan positivamente como les sea posible a las señales de resistencia que suelen indicar la preocupación de sus compañeros ante la idea de adentrarse en lo desconocido”.


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