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Dos alumnas unidas por una buena causa canina

Dos alumnas del PD consiguen que todo un colegio participe en el diseño y la producción de 60 juguetes caninos para un refugio local

Ava Gajdatsy y Sophia Gawan-Taylor, alumnas del PLC Perthh

Dos amantes de los perros y alumnas del Programa del Diploma (PD) del PLC Perth (Australia) decidieron poner sus habilidades creativas al servicio de un refugio para perros, el Shenton Park Dog Refuge Home.

Ava Gajdatsy y Sophia Gawan-Taylor diseñaron y crearon tres juguetes caninos diferentes: una cuerda gruesa trenzada (para tirar y morder); un objeto en forma de araña (para tirar, lanzar y morder); y una pelota de tenis con colas trenzadas (para lanzar y traer). En total, crearon 60 juguetes para su proyecto de Creatividad, Actividad y Servicio (CAS).

Pero no lo hicieron solas. Contaron con la ayuda de alumnos de otros cursos.

Ava y Sophia comentan: “Las dos somos personas creativas y queríamos hacer algo divertido y útil, así que pensamos que la producción de juguetes caninos podría mejorar la vida de los perros. Además de proporcionarles algo con lo que jugar, también ayudamos a los voluntarios y trabajadores del refugio. Esta iniciativa nos ha dado la oportunidad de desarrollar habilidades de liderazgo muy valiosas”.

Juguetes creados por Ava y Sophia

Las dos alumnas diseñaron los juguetes, obtuvieron los materiales y dirigieron al grupo de alumnos más jóvenes que dedicaban una tarde a la semana a ayudarlas.

Todos los juguetes se fabricaron con tela reciclada y pelotas de tenis. Ava y Sophia añaden: “Queríamos contribuir con más de una causa y teníamos muy poco presupuesto. Además de aprender a dar nuevos usos a materiales antiguos, también aprendimos a contribuir con causas locales por medios diferentes al voluntariado”.

“Estos materiales no eran difíciles de trabajar para nuestro grupo de alumnos más jóvenes, y nos aseguramos de que no hubiera componentes que pudieran dañar a los perros si el juguete se rompía”.

Ava y Sophia esperan que los alumnos más jóvenes continúen con la iniciativa y, si es posible, realicen una donación al año. “Nos gustó muchísimo el proyecto, y a los alumnos más jóvenes que nos prestaron su ayuda, también. Esperamos que, cuando tengan la edad suficiente, también se interesen por colaborar con el refugio como voluntarios”.


Este artículo forma parte de una serie de historias de la revista IB World, concebida para dar a conocer las extraordinarias iniciativas que están llevando a cabo alumnos y educadores del IB de todo el mundo. Siga estas historias en Twitter: @IBorganization #IBcommunitystories. Si desea compartir experiencias e historias extraordinarias, escriba a editor@ibo.org.