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No, no eres el único que no sabe qué estudiar

Regina Labardini se incorpora este año a nuestro equipo de exalumnos colaboradores de 2018 para compartir su experiencia como graduada del Programa del Diploma (PD). 


Contribución de Regina Labardini

Si eres o fuiste alumno del Bachillerato Internacional, lo más probable es que tengas una ligera (o intensa) pasión por el aprendizaje. Esto probablemente significa que, durante el resto de tu vida, te encontrarás en un proceso de aprendizaje y con el constante deseo de adquirir conocimiento.

Además de todas tus entregas incompletas, esa voz en tu cabeza que constantemente te repite que debes empezar a estudiar para tus exámenes y la notoria falta de sueño, debes agregar un elemento a la lista: elegir a qué universidad irás y, sobre todo, qué estudiarás. Entiendo que haya días en los que crees tener todo resuelto y otros en los cuales ni siquiera encuentras la motivación y energía para salir de la cama. Sientes una mezcla extraña de emociones: estás emocionado por acabar por fin el IB y la preparatoria y, por otro lado, te aterra pensar en tu futuro, pues a veces no parece ser tan claro.

Al principio parece fácil: solo debes encontrar un área de estudio que te guste y en la que, en principio, seas bueno. Pero, ¿qué pasa cuando no encuentras una opción, sino tres? Tres opciones completamente distintas. ¿Qué pasa si no tienes ninguna opción? Y aún peor, ¿qué pasará si escoges la opción incorrecta? ¿Qué pasa si te equivocas? A pesar de que probablemente no te conozco a ti, lector, y que los sistemas universitarios varían de país a país, te puedo asegurar una cosa: no serás ni el primero ni el último que se enfrentará a este dilema.

Mientras sientes que estás en medio de una crisis vocacional, ves a tu compañero de la banca de al lado y te preguntas cómo es que alguien puede tener un plan tan definido, cuando tú no sabes ni por dónde empezar a organizar tu vida. ¡Tranquilo! Así como conozco a gente que encontró y definió su vocación desde los 12 años (yo terminé cambiando de opinión), también conozco a personas que aún no saben qué hacer de su vida al momento de cumplir 40. Durante los dos años que estudié la asignatura de economía nivel superior (NS), jamás se me cruzó por la cabeza ser economista. Al mismo tiempo, durante esos mismos dos años en los que cursé física nivel medio (NM), estaba completamente segura de que jamás estudiaría una ingeniería, ni nada que tuviera que ver con las ciencias naturales. Sin embargo, ya verás que esto tan solo se convierte en una gran herramienta que te permite explorar y delimitar tus intereses, habilidades y áreas de oportunidad en el transcurso de dos años enteros. Y aunque al final estés completamente seguro de lo que no quieres estudiar, al menos habrás adquirido conocimiento que te será útil en algún momento de tu vida, probablemente cuando menos te lo esperes.

Como me dijo mi padre en su momento, nadie espera que, siendo tan joven, tomes una decisión de tal impacto sin equivocarte. Yo no te puedo asegurar que no te vayas a equivocar; es más, tan solo estoy al 98 % segura de no haberme equivocado, pero sin duda te puedo recomendar seguir algunos pasos, como yo hice. Me parece que lo más fácil es empezar por descartar todas esas carreras y áreas de las que estás completamente seguro que no deseas estudiar, porque no te interesan y requieren de habilidades o cualidades que no posees. Después, debes analizar aquellas carreras que sí son una posibilidad. Es decir, aquellas para las que crees que podrías ser bueno, aunque no te apasionen, y aquellas que realmente te interesan y a la vez, te retan. Esta última clasificación fue la que me dio la respuesta indicada a mí.

Pronto verás que puedes pasar días enteros haciendo un montón de listas, analizando planes de estudio y universidades y, seguramente, notarás que tus opciones se reducen poco a poco. Y aunque puedes encontrar la respuesta fácil y rápidamente, también existe la posibilidad de que termines aún más confundido que cuando comenzaste este proceso. Realmente me gustaría poder ayudarte a contestar la pregunta de qué debes estudiar y dónde debes hacerlo. Considero que hay carreras y universidades para todo tipo de personas y debes buscar las que más coincidan con tu personalidad y principios. Después de todo y tras dos años de ni siquiera pensarlo, yo terminé estudiando economía.

Eso sí, debo advertirte que tienes que aprovechar tu experiencia universitaria al máximo. Aunque no debes descuidar los aspectos académicos, ten en cuenta también que, posiblemente, no vuelvas a tener una oportunidad como esta para conocer a todo tipo de gente, incluido tú mismo. Date la oportunidad de explorar áreas de estudio y carreras que te den miedo, pero que aun así te llamen mucho la atención.


 

Regina Labardini estudió el Programa del Diploma en el Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, de Ciudad de México. Decidió continuar con sus estudios y actualmente está cursando una especialidad en economía y una segunda especialidad en finanzas. A Regina le encanta hablar en público, inspirar y ayudar a los demás, y le gustaría ser examinadora del IB en el futuro.