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Fomentar el acceso y la inclusión

Un Colegio del Mundo del IB nos cuenta cómo su programa de ampliaciones para niños excepcionales está contribuyendo a que los alumnos con discapacidades obtengan buenos resultados académicos

Un total de 16 alumnos con diversas discapacidades físicas e intelectuales, como síndrome de Down, autismo y parálisis cerebral, siguen el programa de ampliaciones para niños excepcionales del Randolph IB Middle School de Carolina del Norte (EE. UU.).

“En consonancia con la declaración de principios del IB, nuestro programa de ampliaciones para niños excepcionales está dedicado a crear un ambiente inclusivo, compasivo y que promueva el aprendizaje durante toda la vida para todo tipo de personas”, señala Noelle Glass, profesora del programa de ampliaciones para niños excepcionales del colegio.

El colegio adapta El Programa de los Años Intermedios (PAI) a los requisitos estatales. Glass, que trabaja con otro profesor principal y tres auxiliares, explica que “el equipo integra el IB en el currículo estatal común ampliado de Carolina del Norte mediante el uso de los conceptos y los contextos globales del IB, y los elementos del perfil de la comunidad de aprendizaje”.

Colaboración entre alumnos

Una de las maneras en que el programa crea un entorno de aprendizaje inclusivo es mediante el empleo de un sistema de colaboración entre alumnos con discapacidades y alumnos que no las presentan. Cada mañana, los alumnos de los años séptimo y octavo del colegio ayudan a los alumnos del programa de ampliaciones para niños excepcionales con sus estudios académicos (matemáticas, ciencias, lengua y literatura, y ciencias sociales).

Un sistema de colaboración entre alumnos fomenta el desarrollo de relaciones sociales positivas y ofrece beneficios y oportunidades de aprendizaje a todos los participantes.

“Los alumnos colaboradores también leen con los alumnos de nuestro programa”, señala Glass. “Varios de nuestros alumnos hablan español, y la biblioteca de nuestra clase contiene libros en dicha lengua. Algunos alumnos colaboradores, que también hablan español, leen libros a los alumnos de nuestro programa en su lengua nativa. Además, los ayudan con actividades orientadas al desarrollo de habilidades para la vida, como la cocina, la costura, la horticultura (cultivamos algunos de los alimentos que comemos) y pequeñas reparaciones”.

Los alumnos colaboradores también ayudan en educación física, lo cual fomenta una cultura escolar inclusiva. Glass afirma: “El colegio cuenta con un programa de colaboración para educación física que permite a los alumnos de octavo año solicitar su participación en nuestra clase de educación física adaptada”.

Conceptos del IB

Glass explica cómo incorporan los conceptos del IB para enriquecer la enseñanza y el aprendizaje: “Incluimos elementos del ciclo de diseño en los planes de unidad. Procuramos que el contenido se centre en un contexto global y sea pertinente desde el punto de vista cultural. Por ejemplo, en las clases de ciencias, utilizamos el ciclo de diseño para que a nuestros alumnos les sea más fácil comprender el medio ambiente y cómo sus acciones pueden crear o destruir la vegetación, la vida silvestre, etc.”.

“El jardín del colegio es nuestra clase al aire libre y hacemos lo posible para que todos los cursos, clases y grupos de interés de la comunidad participen en el desarrollo de este espacio y nuestro contenido”.

“Hace poco invertimos una subvención en la compra de libros de texto centrados en los atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB para la biblioteca de nuestra clase. Nos proponemos usarlos para que los alumnos colaboradores los lean con los alumnos de nuestro programa y organicen discusiones basadas en los atributos y cómo se manifiestan en los libros”, señala Glass.

El programa de ampliaciones para niños excepcionales también ayuda a cumplir el requisito de Adquisición de Lenguas al incorporar una clase de español diaria, centrada en frases sencillas y vocabulario básico.

Los alumnos tienen amigos por correspondencia a través de la organización Kupenda for the Children, que colabora con colegios para alumnos con discapacidades de Kenia. “Nuestros alumnos se muestran deseosos de contarles sus historias a sus amigos, y también esperan que ellos les cuenten sus actividades diarias y los eventos de su colegio. Esta actividad intercultural y global ha avivado las experiencias de aprendizaje y la compasión de nuestros alumnos, tras haber conocido cómo viven sus amigos”, señala Glass.

En las clases, se implementan estrategias de diferenciación individualizadas para garantizar que todos los alumnos comprendan el contenido. “Estas pueden adoptar una amplia variedad de formas y demuestran nuestras habilidades como profesores y auxiliares al trabajar día tras día para que todos nuestros alumnos sean miembros de la comunidad de aprendizaje del IB”, explica Glass.

Durante la jornada escolar, los alumnos también reciben servicios como terapia física, ocupacional y del lenguaje.

“Los antiguos alumnos de nuestro programa del IB han seguido obteniendo muy buenos resultados en el programa de ampliaciones del segundo ciclo de secundaria”, señala Glass.

Desarrollo profesional

Glass afirma que la capacitación y los talleres del IB  les han ayudado mucho: “Hemos aprendido a crear planes de unidad del PAI. La capacitación del IB ha hecho que los elementos del programa que nos esforzamos por comprender e integrar en nuestra clase cobren vida cada día”.