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Qurein Biewenga (Lightyear): El futuro llega en 499 segundos

Continuamos con nuestra serie sobre emprendedores que han propiciado cambios positivos en sus comunidades. Qurein Biewenga es un graduado del Programa del Diploma (PD) del International School Het Rijnlands Lyceum Oegstgeest (Países Bajos).

sunrise on the top of mountain.

¿Es posible predecir el futuro? La pregunta en sí ya es un punto discutible si miramos a nuestro alrededor y encontramos las herramientas y tecnologías que necesitamos para cambiar el presente. Qurein Biewenga nació en Sudáfrica, es uno de los cinco cofundadores de la compañía de vehículos solares Lightyear y ahora reside en los Países Bajos. Su equipo se ha propuesto lanzar al mercado el primer vehículo solar del mundo.

“Si tenemos una idea o un plan, debemos ponernos en marcha y ejecutarlos”.

Qurein, que nació en Pretoria, se trasladó a los Países Bajos en la adolescencia y estudió ingeniería eléctrica en la Universidad Tecnológica de Eindhoven. Allí conoció al equipo con el que ganaría el concurso World Solar Challenge de 2013 en Australia y más tarde crearía Lightyear. En la actualidad, la compañía que dio sus primeros pasos con cinco fundadores cuenta con una plantilla de 130 empleados a tiempo completo que trabajan para crear el primer prototipo en 2019.

A continuación, podrá leer las respuestas de Qurein Biewenga a nuestras preguntas.

¿Cuándo supieron usted y los cofundadores de Lightyear que su idea iba a hacerse realidad?

Hubo muchos factores que confluyeron para la fundación de Lightyear. Fue un proceso que culminó en un punto en el que todas las piezas del rompecabezas empezaron a encajar. Creo que fue en 2011 cuando nuestro actual director general, Lex Hoefsloot, se acercó a mí y me dijo: “Oye, no quiero continuar con mi máster por ahora, sino crear un vehículo solar. Vamos a participar en el concurso de Australia. ¿Quieres ser el ingeniero eléctrico del equipo?”. Me pareció una buena idea y un desafío, así que acepté.

Pero en ese momento, uno no piensa detenidamente las cosas. Nos pusimos en marcha y todo fue evolucionando. Se produjo un efecto de bola de nieve. Formamos un equipo y creamos los vehículos para el concurso de Australia. Luego nos separamos y continuamos con nuestros respectivos másteres. Como nos veíamos con bastante frecuencia, siempre hablábamos del futuro y de lo que queríamos hacer con nuestra carrera.

Lo que realmente nos impresionó es que, cuando terminamos los primeros vehículos, un montón de compañías, eventos y patrocinadores nos pidieron que los expusiéramos. Toda esta publicidad siempre venía acompañada de la pregunta: “¿Cuándo van a poder comprarse?”.

Pero eran autos de carreras, creados para ganar el concurso Solar Challenge, y tenían un único propósito: demostrar al mundo que los vehículos solares pueden funcionar si se optimizan a la perfección. No los diseñamos para atraer al público. Así que siempre respondíamos lo mismo: “Sí, sí, esperamos que el sector automovilístico tome nota y empiece a fabricar estos vehículos para la gente”.

¿Qué interés hubo en el vehículo después del concurso de Australia?

Pasaron seis años y, para frustración nuestra, el sector automovilístico no demostró el más mínimo interés.

Si tiene la dirección de correo electrónico o el número de teléfono de Elon Musk, puede hacerle la misma pregunta. El sector automovilístico no tiene interés ni motivación para adoptar un modelo de negocio más sustentable y producir vehículos que no afecten el medio ambiente, porque depende de los combustibles fósiles. Tesla empezó a hacerlo en 2003 y, en 2006, ya había puesto a la venta el Roadster; sin embargo, no ha sido hasta ahora, 12 o 13 años después, cuando el sector automovilístico ha decidido fabricar vehículos eléctricos. Esa es la frustración que tenemos.

Me encantaría tener el número de teléfono de Elon, pero no dude de que le enviaremos un tuit. Por favor, continúe…

En Australia pensamos que habíamos demostrado al mundo que los vehículos solares iban a funcionar. Eliminamos todos los obstáculos tecnológicos, pero no pasó nada. Siempre tuve presentes a todas esas personas que vinieron a vernos y nos preguntaron cuándo iban a poder comprarse uno.

Al final, los cinco cofundadores de Lightyear empezamos a reunirnos los jueves por la noche durante unos seis meses para evaluar todas las posibles ideas de negocio y cómo podríamos ejercer un impacto sustentable en el mundo. Consideramos todo tipo de opciones, desde buques portacontenedores hasta la exportación de plátanos, pero nos dimos cuenta de que si de verdad queríamos influir positivamente en el mundo con las habilidades y experiencia que poseíamos, podríamos fundar nuestra propia empresa y lanzar al mercado el primer vehículo solar. Y así es como nació Lightyear.

¿Cuál es la lección empresarial más importante que ha aprendido en los tres últimos años?

Creo que una de las lecciones más importantes ha sido que ningún emprendedor puede prever el futuro, pues este es incierto. Si tenemos una idea o un plan, debemos ponernos en marcha y ejecutarlos.

El primer paso es el más importante. Y cuando se da, el siguiente paso es el más importante. Solo hay que tener presente la misión y tratar de cumplirla. Los nuevos clientes, los inversores, los empleados (incluso nuestros hijos, si los tenemos) tienen expectativas e ideas sobre cómo debemos llevar nuestro negocio. Debemos contar con ellos y escucharlos, lo cual no significa que tengamos que seguir sus consejos y hacer todo lo que digan. Al final, si uno crea su propia empresa, tiene el control sobre ella (o al menos debe asegurarse de que lo tiene). Si nos aseguramos de que todo vaya bien, el éxito vendrá solo.

Y, por supuesto, hay que fracasar rápido para poder alcanzar el siguiente éxito. Si nos regodeamos en el pasado, nos será imposible triunfar. Pero la mayor lección es que en el mundo predomina la incertidumbre. Nunca vamos a tener la certeza de nada, y si queremos cambiar el mundo, tenemos que dar pequeños pasos cada día.

Y algo más: no conviene estar solos. Necesitamos personas que nos hagan ver nuestros errores y aciertos. Siempre.

¿Qué cualidades de los empresarios de éxito admira o respeta?

Me remitiría a mi respuesta a la pregunta anterior, sobre cumplir la misión. Los empresarios de éxito que admiro son los que realmente tienen una visión y la ejecutan. Sea lo que sea, cumplen lo que dicen. Ejercen el liderazgo en sus compañías, pero también en la sociedad en general. Los empresarios respetables son aquellos que pueden cambiar el mundo haciendo lo que hacen, logrando que la gente los siga y sirviendo de inspiración.

Tenemos una última pregunta obligada: ¿en qué sentido ha favorecido su carrera la educación del IB?

Mis estudios del PD me han favorecido en dos sentidos, principalmente. En primer lugar, está el carácter interpersonal de nuestros compañeros de clase. Teníamos amigos de Rusia, Irán, Australia, Nueva Zelanda, las Américas, el Reino Unido y Sudáfrica. Cinco extremos del planeta en una sola clase. Eso me sirvió de inspiración para comprender que el mundo es un lugar muy pequeño, pero a la vez muy grande.

El mundo va más allá de nuestro país, y es muy importante que comprendamos eso si pretendemos cambiarlo. Comprender que hay personas con dificultades más allá de nuestras fronteras: esta es una cara de la moneda; la otra es que el mundo es muy pequeño. Cuando estudiamos a los 17 o 18 años, nuestra red se extiende a personas que proceden de otras partes del mundo y ven las cosas desde una perspectiva diferente.

Una persona que ejerció un gran impacto en mí fue mi profesor de Física. Se parece a Einstein, pero de verdad. Nos enseñó todos los contenidos de Física, pero lo más interesante para mí fueron los experimentos. Me animó a aprender electrónica, a realizar un estudio en la materia y a unirme al equipo solar. Así que una cosa llevó a la otra y he aquí que ahora he fundado una compañía tecnológica. Y todo comenzó en mi clase de Física.

Qurein Biewenga es uno de los cinco cofundadores de la compañía de vehículos solares Lightyear, cuya sede se encuentra en los Países Bajos. Para conocer mejor a los graduados del Programa del Diploma (PD), lea estas historias de los programas del IB. Escriba a alumni.relations@ibo.org para compartir su historia en el IB.