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La educación debería considerarse como un proceso para toda la vida

El Bachillerato Internacional (IB) celebrará su Festival Africano de la Educación anual en Johannesburgo (Sudáfrica) el 27 y 28 de febrero de 2020. El tema del festival será “Liderazgo y aprendizaje en el siglo XXI”, y se prestará especial atención a los conceptos de inspiración, innovación e integración.

Wandile Mthiyane presentará una ponencia sobre cómo articular una educación interdisciplinaria, experiencial y práctica.
Wandile Mthiyane presentará una ponencia sobre cómo articular una educación interdisciplinaria, experiencial y práctica.

Wandile Mthiyane es emprendedor social, además de fundador y director general de Ubuntu Design Group.  En su ponencia, hablará de su experiencia personal con la educación y analizará a fondo cómo la arquitectura puede sacar a la luz la excelencia de nuestros futuros líderes. En este artículo, también explica el poder de la educación y cómo podemos utilizarla para cambiar el statu quo.

1. ¿Qué habilidades cree que nuestros futuros líderes necesitan para triunfar en el siglo XXI?

En primer lugar, debemos determinar los desafíos y las oportunidades que traerá consigo la cuarta revolución industrial. Una de las oportunidades que ofrece es una producción más eficiente y barata; sin embargo, esto implica el desafío que representa la desaparición de los puestos de trabajo tradicionales en las cadenas de montaje. Por tanto, es importante que los futuros líderes identifiquen y potencien las habilidades y cualidades eminentemente humanas que utilizamos en el trabajo.

La inteligencia artificial hace cosas asombrosas, pero no tiene alma. No puede identificarse con las personas ni sentir empatía, y carece de la capacidad de interacción con la que contamos intrínsecamente los seres humanos desde que nacemos. Es ahí donde creo que los futuros líderes marcarán la diferencia. La capacidad de liderar sin perder de vista las relaciones y de abordar los desafíos con un toque personal será crucial para prosperar en este siglo.

2. En su opinión, ¿qué tipo de currículo puede sacar lo mejor de los alumnos?

A menudo observamos una desconexión notoria entre lo que se enseña a los alumnos en el colegio y los conocimientos que se espera que demuestren en el mundo laboral. Con frecuencia, esto es el resultado de aplicar un currículo teórico rígido. Creo que debemos articular una educación interdisciplinaria, experiencial y práctica que brinde a los alumnos la oportunidad de poner a prueba lo que aprenden en el colegio, en el mundo laboral o en un contexto laboral simulado, dependiendo de los riesgos que presente cada campo.

Debemos establecer un sistema educativo basado en la exploración que prepare a los alumnos para pensar de forma crítica y resolver problemas, en vez de prepararlos para desarrollar una habilidad o desempeñar un puesto específicos que quizás ya ni se necesiten cuando se gradúen. Pero lo más importante es lograr que la educación de los alumnos combine:

Las habilidades técnicas

Las habilidades sociales

Nuestro sistema educativo debe alejarse del enfoque prescriptivo, competitivo e individualista actual y adoptar un modelo de aprendizaje basado en la exploración, colaborativo y discrecional.

3. ¿Cómo cree que el entorno, desde los edificios hasta las aulas del colegio, puede influir en las experiencias de aprendizaje de los alumnos?

Winston Churchill lo expresó perfectamente cuando dijo: “Damos forma a nuestros edificios, y luego ellos nos dan forma a nosotros”. Para una persona creativa, la conciencia sensorial influye poderosamente en la manera en que se transmiten la inspiración y las ideas. Lo mismo ocurre con los alumnos de medicina, en cuyo caso el entorno educativo simula el ambiente de un hospital. Los espacios de aprendizaje no solo influyen en la capacidad de los alumnos para aprender, sino que también los preparan psicológicamente para el mundo laboral y los problemas que tendrán que resolver.

«Detrás de cada presidente hay un docente o un entrenador de fútbol local que le hicieron creer que podía llegar más lejos.»

Conforme la tecnología avanza y aumenta su influencia en nuestro trabajo, muchas empresas optan por cambiar la manera de diseñar sus oficinas. Google es el ejemplo más popular: la empresa ha rediseñado sus oficinas para que los empleados se sientan como en casa. Ofrece oportunidades de aprender, jugar o incluso meditar, lo cual ha incrementado el índice de retención, la productividad y la calidad de vida de los empleados.

Nuestros colegios, sin embargo, siguen teniendo el mismo aspecto que en la Revolución Industrial, pese a todo lo que hemos aprendido sobre la teoría del color y el diseño, y su capacidad de mejorar el aprendizaje y la calidad de vida. Este inmovilismo está oprimiendo el crecimiento y el potencial de los alumnos. El diseño es uno de los aspectos más importantes que deben empezar a plantearse los colegios que quieran renovar o modernizar la experiencia de aprendizaje de sus alumnos.

Wandile, fundador y director general de Ubuntu Design Group. Imagen cedida por Medium.
Wandile, fundador y director general de Ubuntu Design Group. Imagen cedida por Medium.

4. ¿Cómo pueden las comunidades y los espacios compartidos favorecer la experiencia educativa de los jóvenes?

Creo en el concepto zulú de “Ubuntu”, que equivale a decir que “el bien común es el bien propio”. Este concepto describe a la perfección la idea de que todos dependemos de los demás para nuestro crecimiento personal y profesional. Detrás de cada presidente hay un docente o un entrenador de fútbol local que le hicieron creer que podía llegar más lejos, y por eso precisamente debemos empezar a ver la educación como un proceso para toda la vida que no se debe circunscribir al colegio.

Históricamente, la interconexión entre los mayores y las nuevas generaciones en Sudáfrica ha creado una cadena de aprendizaje en dos direcciones: enseña a los jóvenes a no repetir los errores de sus predecesores, y a la generación más veterana a utilizar las nuevas tecnologías y a mantenerse al día en cuanto a las últimas tendencias. Si queremos crear experiencias educativas valiosas para nuestros alumnos, debemos integrar programas de participación comunitaria de impacto en nuestro currículo.

Creo que es fundamental que forjemos un sistema educativo enraizado en lugares y proyectos comunitarios locales que animen a los alumnos a interactuar con su comunidad mientras aprenden y se desarrollan a través del contacto con sus vecinos, con los mayores y con los espacios físicos. Este tipo de oportunidades de interacción ayudarán a los alumnos a dominar habilidades interpersonales como la compasión, la negociación y la cooperación, lo que, a su vez, los preparará para desempeñar los trabajos del futuro.