Luego de encontrar inspiración en su trabajo de clase de Teoría del Conocimiento (TdC), Marie-Louise Brown estudió Filosofía en el University College London. Hoy es Directora de Ciudadanía en el colegio al que asistió, el Anglo-European School de Ingatestone (Reino Unido). Marie-Louise también será responsable de la implementación de Contextos Globales y del Proyecto Personal, ya que su colegio espera autorización para impartir el PAI.
“Quiero que todos los alumnos sean pensadores independientes y filosóficos” – Marie-Louise Brown
Como profesora del IB y graduada del PD, ¿qué consejo les daría a los actuales alumnos del PD?
Siempre digo a mis alumnos que deben ser excelentes comunicadores. Hay que ser un buen comunicador para que te presten atención, para que la gente entienda tu punto de vista, para que los demás comprendan lo que quieres decir, o simplemente para pedir ayuda. Debes saber escuchar y siempre querer recibir información. Debes comprender quién eres en relación con el mundo que habitas. Es importante ser parte del mundo. No seas alguien que simplemente toma cosas del planeta, sé alguien que devuelve algo, y con intereses.
Muchos amigos que han realizado el IB están en diferentes partes del mundo, recorriendo el planeta. Yo quise volver a casa porque no todos los niños que vienen aquí tienen una perspectiva internacional desde el principio. La mayoría comienza con una perspectiva formada por las tres localidades más cercanas a su lugar de residencia, y yo quiero que desarrollen un interés por ir más allá y que tengan la confianza en sí mismos para pensar: “Yo podría trabajar en China”.
¿Qué efecto tuvo en usted TdC cuando era alumna del IB?
Nunca había experimentado algo así y no tenía idea de cómo sería. Con el resto, ya sabía en lo que me estaba metiendo. En cambio, con TdC, y en buena medida también con CAS, se trataba de algo totalmente desconocido. Fue un mundo nuevo de experiencias que no esperaba. Se nos preguntaba acerca del pensamiento, y pensábamos sobre el pensamiento, y eso era inédito para mí en ese momento. Eso fue en 1991 y recuerdo sentirme, muy conscientemente, como si me hablasen como a un adulto, como si pensase como un adulto. Se trataba de un foro abierto y se valoraban nuestras ideas. A pesar de que probablemente estábamos diciendo cosas que nuestros profesores ya habían oído un millón de veces, sentíamos que recibían nuestras opiniones como perspectivas realmente nuevas. Me abrió a un mundo de pensadores. Era una asignatura que no trataba sobre una profesión. No estaba vinculada a la mayoría de las asignaturas en el colegio o en la universidad. Era más que eso, era algo más grande, y daba una gran sensación de importancia.
Sentía que TdC realmente dependía de la persona que estaba impartiendo la clase. Mi instructor, el Sr. Wells, era algo así como una leyenda en nuestro colegio. Era un profesor poco convencional y tenía un estilo excelente, era muy divertido y tenía un gran diálogo con el grupo. A todos nos encantaban sus clases. Estaba comprometido con la asignatura como ser humano, no solo como profesor. Nos atraía la asignatura y estábamos completamente involucrados. Por ejemplo, nos contaba que había estado trabajando durante años en una gran teoría. Luego de contarnos su teoría, nosotros reflexionábamos sobre ella y la refutábamos y desacreditábamos, y entonces él fingía ponerse furioso.
¿El IB sirvió para prepararle para la universidad?
Aprendí a ser muy organizada. Hasta entonces, yo era una persona que dejaba todo para último momento. Aprendí a hacer malabares, lograr que todo funcione y estar atenta a todo. En la universidad no hacía falta ser tan organizada, más bien se trataba de unir y conectar las ideas que podía desarrollar. Cuento con cierta independencia y la capacidad de pensar de manera independiente, y esto me ayudó, porque en la universidad estás mucho tiempo solo. El IB me formó para poder superar eso, ser pragmática y ser una persona emprendedora.
Cuando me llegó el momento de presentar la solicitud para ingresar a la universidad, creía que iba a ser periodista deportiva. Esperaba obtener un título de periodista. Pero el Sr. Wells consideraba que yo tenía mano para TdC y que también tenía una manera especial de pensar sobre ella. Una vez me dijo: “No seas ridícula: no vas a hacer eso, vas a hacer filosofía”. Hoy enseño filosofía en los primeros años y también me doy cuenta de aquellos alumnos que tienen una inclinación por mi asignatura.
El centro universitario al que yo realmente quería ir era el University College London. Tenía un departamento de filosofía extraordinario. En ese entonces no muchas universidades conocían el programa del IB, pero el University College London estaba abierto a él y entonces fui a una entrevista. La entrevista que tuve con el director del departamento de filosofía de ese entonces fue muy similar a una charla que podría haber tenido con mi profesor de TdC. Él planteaba un tema y esperaba que yo respondiera pensando con rapidez, de manera innovadora. TdC me preparó para ese momento. Me hicieron una oferta y fui a estudiar filosofía política.
Creo que TdC sirve para todas las asignaturas. Se trata de una manera de pensar analíticamente y de trascender la pesadez que puede a veces resultar el centrarse en aprobar exámenes, como sucede en algunos colegios. Nosotros, como profesores, siempre queremos servir de inspiración y abrir la mente de las personas. Nos encanta ese momento de inspiración o revelación en el que el alumno siente que su mundo cambia gracias a una idea.
¿Cuál fue tu experiencia con Creatividad, Acción y Servicio (CAS)?
¡Ya han pasado más de 20 años! Pero recuerdo que uno de mis proyectos de CAS tenía que ver con el teatro, íbamos a diferentes lugares y actuábamos. También hice labores benéficas con un contacto internacional, ya que teníamos un colegio asociado en la India. Lo más importante es que existe una conexión con mi rol actual como Directora de Ciudadanía. Aliento activamente a mis alumnos para que hagan trabajo voluntario, para que participen de la manera que puedan para ayudar a mejorar la sociedad.
¿Puede contarnos un poco más sobre Ciudadanía?
Ciudadanía es una asignatura en Inglaterra en la cual promovemos y enseñamos a los alumnos cuestiones relativas a conocimientos de política, a los derechos humanos, a nociones del sistema jurídico, y a cómo participar en la sociedad a través del voluntariado y de otras iniciativas para mejorar la sociedad. Es una asignatura que comenzó a impartirse hace 10 años y es obligatoria para todos los colegios de Inglaterra. Muchos colegios la enseñan como asignatura complementaria, pero en este colegio nos apasiona. La asignatura cuenta con tres componentes. El componente académico exige que los alumnos tengan conocimientos de política, el segundo componente les exige participación y el tercero se trata de un trabajo de reflexión.
Su colegio actualmente ofrece el Programa de Orientación Profesional (POP) del IB, ¿qué opina del nuevo programa?
Ofrecemos el sistema tradicional británico de A-levels, el Programa del Diploma del IB y el Programa de Orientación Profesional del IB. Esto brinda a los alumnos diversidad de opciones. Creo que el POP ha ampliado la experiencia educativa que ofrece el IB, ya que permite a otros alumnos ver la idea del IB, la metodología, el pensamiento y el espíritu del IB de un modo en que pueden tener acceso a él y entenderlo. Somos un colegio público y aquí asisten niños y jóvenes de todas clases. Estamos comprometidos con los niños y jóvenes de nuestra comunidad. Para ellos somos el colegio local y tenemos que cuidarlos. El POP es una extensión de eso. Con la nueva ley en el Reino Unido que amplía la escolaridad hasta los 18 años, esperamos brindar una experiencia lo más inclusiva posible en la que todos los niños y jóvenes puedan participar. El POP permite esto.