Este interesante e inspirador artículo lo escribió recientemente Cindy Harcum, directora del Baltimore City College, y lo publicó The Baltimore Sun el 8 de septiembre de 2015.
Asheesh Misra, responsable de programa del IB para el proyecto “Bridging the Equity Gap” (reducir la brecha de la equidad) de EE. UU., decidió compartir la historia en la sección “E2 Excellence and Equity” del blog. Las publicaciones de E2 tienen por objeto fomentar el diálogo entre los educadores del IB y los equipos directivos de los colegios sobre cómo preparar a los alumnos con escasa representación para tener éxito en el aprendizaje durante toda la vida.
La publicación de esta semana del informe nacional del SAT de 2015, que muestra que las puntuaciones del estado de Maryland vuelven a caer por tercer año consecutivo, ha abierto el debate sobre la preparación para la universidad (artículo en inglés “Maryland SAT scores decline for third year in a row”, 3 de septiembre). Y aunque muchos opinan que es necesario mejorar la preparación para el SAT, nosotros creemos que lo que hace falta es invertir en el acceso a currículos rigurosos de eficacia demostrada para todos los alumnos.
En el Baltimore City College, hemos descubierto que al ampliar el acceso a nuestro programa del IB para todos los alumnos, preparamos a un mayor número de ellos para la universidad y logramos acortar las persistentes brechas en la igualdad de oportunidades.
En la promoción de 2015, el 75 % de nuestros alumnos de último año participó en el Programa del Diploma del IB, y se realizaron más de 800 exámenes del IB en la convocatoria de mayo. Como comparación, piense que solo el 20 % de los alumnos del país tiene la oportunidad de realizar un curso de Advanced Placement en su colegio. Además, el número de alumnos de color matriculados en cursos avanzados en todo el país es aún menor.
En cambio, en nuestro colegio ampliamos el acceso al programa y logramos que un mayor número de alumnos de color participara en cursos del IB. En 2015, por ejemplo, el 85 % de los participantes en el Programa del Diploma del IB eran alumnos de color. Además, en 2014, cuando el índice de obtención del diploma del IB fue del 62 %, la mitad de esos diplomas se otorgaron a alumnos de color.
Los resultados de ampliar el acceso a este riguroso currículo son impresionantes para un colegio público estadounidense en el que el 48 % de los graduados representa la primera generación de su familia en estudiar en la universidad. Gracias al acceso al IB, los alumnos del último año del City College del año pasado superaron en desempeño a la mayoría de los colegios estatales, con unas puntuaciones promedio en el SAT de 575 en lectura crítica, 552 en matemáticas y 549 en redacción. Asimismo, el 98 % de nuestros alumnos fueron admitidos en la universidad, muchos de ellos en instituciones selectivas. Y desde 2012, un 86,7 % de nuestros graduados continúa en la universidad después de dos años, en comparación con el 80 % de los alumnos de todo el país, según cifras de la National Clearing House.
Es por ello que atribuimos nuestros excelentes resultados al acceso al currículo de gran rigor que hemos proporcionado a nuestros alumnos. Y no somos un caso aislado. Otros sistemas escolares que han invertido en currículos rigurosos han registrado resultados similares. Por ejemplo, en un estudio llevado a cabo con graduados de secundaria de Chicago entre 2010 y 2012, los colegios públicos de Chicago descubrieron que el 67,2 % de los alumnos que participaron en el Programa del Diploma del IB estudió una carrera universitaria de 4 años, en comparación con el 49,6 % que no cursó el PD.
Por lo tanto, aunque sabemos que todos los colegios, incluido el nuestro, pueden mejorar en cuanto a la preparación que ofrecen a los alumnos para la universidad, rechazamos la hipótesis de que una mejor puntuación en el SAT equivale a un mayor nivel de preparación para la educación postsecundaria. En lugar de eso, creemos que es necesario seguir conversando sobre cómo podemos ampliar el acceso de un mayor número de alumnos a un currículo integral.
Lea el artículo completo (disponible solo en inglés) en el sitio web de The Baltimore Sun.