En la segunda entrega de una serie de artículos sobre el acoso escolar, la revista IB World analiza cómo los Colegios del Mundo del IB están logrando mejorar la empatía y combatir el acoso escolar a través de diversas estrategias impulsadas por los alumnos.
Si bien las estadísticas demuestran que el acoso escolar es un problema generalizado, con frecuencia los casos no se denuncian. La vergüenza, el miedo y el deseo de no meter en problemas a los compañeros de clase son las causas más probables, pero también lo es el hecho de que los alumnos no siempre son conscientes de su condición de víctima o acosador.
Los interrogatorios y los castigos son los métodos tradicionales de combatir el acoso escolar. Sin embargo, muchos Colegios del Mundo del IB están descubriendo que una discusión abierta y sincera entre los alumnos es fundamental para ayudarlos a detectar y combatir el acoso escolar.
Los atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB relacionados con la solidaridad y la integridad hacen hincapié en la responsabilidad de todos los alumnos de actuar con respeto y demostrar comprensión hacia sus compañeros. Pero además, los alumnos están utilizando eficazmente sus habilidades de comunicación para reflexionar sobre su forma de actuar en el pasado y aplicar lo que han aprendido para informar de una situación antes de que se agrave con el tiempo. Están asumiendo riesgos y tomando valor para hablar abiertamente de este tema tan difícil.
El poder de las palabras
Los alumnos de sexto, séptimo y octavo año del Colegio del Mundo del IB Prem Tinsulanonda International School de Tailandia han celebrado recientemente un taller de tres días para hablar de los efectos del acoso escolar, identificar los daños que provoca y discutir estrategias para detenerlo.
“Es la manera más proactiva de abordar el problema”, afirma Amandine Lecesne, asesora escolar. “Proporciona a los alumnos estrategias para detectar el acoso escolar cuando se produce y obtener ayuda para combatirlo. También mejora los niveles de empatía de los alumnos hacia sus compañeros”.
Es importante mantener un diálogo abierto y dinámico sobre el tema durante todo el año.
Los alumnos de sexto año vieron un breve proyecto creado por sus compañeros sobre los efectos del acoso escolar, mientras que los de séptimo y octavo año vieron el poema gráfico To This Day (en inglés) de Shane Koyczan, donde recuerda sus experiencias.
Al enterarse de los efectos duraderos del acoso escolar, los alumnos se animaron a hablar de las situaciones en las que habían acosado a algún compañero y a reflexionar sobre cómo la víctima pudo haberse sentido. Escribieron cartas de compromiso sincero en las que reflexionaron sobre sus acciones y prometieron actuar de forma diferente en el futuro: “Nunca volveré a hacer que alguien se sienta triste o insignificante”, “Prometo utilizar mis palabras para animar a las personas, y no para hacer que se sientan mal”, “No me siento orgulloso de cómo he hablado y actuado en el pasado, pero a partir de hoy prometo que solo utilizaré mis palabras para hacer feliz a la gente”, “Seré más responsable del poder de mis palabras”.
“Los alumnos también explicaron qué se siente al ser víctima del acoso escolar. Mencionaron lo que les dirían a sus acosadores si no tuvieran miedo. Estos mensajes están ahora expuestos en la entrada de la biblioteca del colegio, junto con información sobre el acoso escolar. El ejercicio ayudó a los alumnos a reconocer que el acoso escolar va más allá de las acciones físicas y las palabras hirientes”, afirma Lecesne.
Los talleres han brindado a los alumnos la oportunidad de reflexionar sobre el poder de sus palabras y la importancia de utilizar ese poder de forma positiva.
En el Fountainhead School de la India, el acoso escolar es un tema de discusión común de la clase de habilidades para la vida. Los alumnos del PEP también escribieron cartas a sus acosadores o víctimas para expresar sus sentimientos. En estas clases se tratan temas como la sexualidad, los roles de género, la autoestima y los estereotipos, pues todos ellos pueden ayudar a los alumnos a responder a las situaciones negativas que puedan surgir.
Siempre es bueno hablar
La Escuela Bilingüe Internacional (EBI) de California permite a los alumnos del PEP solucionar los problemas entre ellos, de manera autónoma y con la ayuda de los adultos. El colegio trabaja con No Bully, una organización nacional sin fines de lucro, para capacitar y orientar a los docentes por medio de una serie de intervenciones.
Cuando se produce un caso de acoso escolar, un equipo de solución de problemas formado por alumnos se reúne para apelar a la empatía del acosador. El equipo está integrado por el acosador, sus seguidores y los líderes positivos de su grupo de compañeros. El responsable del equipo de solución de problemas (un educador) pide al equipo que solucione el problema y proporciona la orientación necesaria.
“Este enfoque pone de manifiesto los sentimientos del alumno, ya sean la tristeza, la soledad o la frustración”, afirma Jon Fulk, director del colegio. “La mayoría de los equipos de solución de problemas consiguen detener eficazmente los casos de acoso escolar con solo una o dos reuniones, sin necesidad de recurrir a castigos”.
Después, el responsable del equipo de solución de problemas modera dos reuniones de seguimiento estructuradas con los alumnos. La víctima suele asistir a la segunda de ellas.
Si se produce un conflicto entre alumnos, los docentes del EBI les ayudan a hablar de él antes de que se agrave. Para ello, emplean un proceso creado por No Bully que se denomina TALK (hablar). Dicho proceso consiste en contar lo que ha sucedido y cómo se ha sentido el alumno, pedir lo que se necesita, buscar soluciones y aplicar la mejor solución.
Los alumnos se sienten seguros utilizando este proceso. Dolores, una alumna del EBI, afirma: “Aunque no suelo discutir con mis amigos y soy pacifista, mis profesores me han enseñado el protocolo TALK, de manera que si alguna vez necesito resolver un conflicto, sabré lo que tengo que hacer”.
Pero el protocolo TALK no solo sirve para las clases. El EBI lo utiliza para abordar conflictos entre adultos, y los alumnos lo ponen en práctica también en casa. Zachary, un alumno de séptimo año, afirma: “Mi madre utiliza el protocolo TALK conmigo, sobre todo cuando discuto con mis hermanos”.
Empoderamiento de todos los alumnos
Las discusiones abiertas y sinceras sobre el acoso escolar son muy útiles para empoderar a los alumnos y garantizar que los incidentes se comuniquen y se gestionen de la manera adecuada.
“Para que los alumnos puedan detectar el acoso escolar, es importante que comprendan primero su significado correcto. Los alumnos que saben lo que es el acoso escolar pueden detectarlo mejor”, afirma Fatema Maskati, asesora escolar del Fountainhead School.
Se debe animar a los alumnos a responder de forma sincera a las preguntas formuladas durante las discusiones. No hay respuestas correctas o incorrectas. Se les debe garantizar que no están solos a la hora de solucionar cualquier problema que pueda surgir.
Cuéntenos cómo sus alumnos combaten el acoso escolar. Escriba a editor@ibo.org.