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¿A qué dedica los últimos cinco minutos?

¿Cómo se asegura de que todos los alumnos salgan del aula con la sensación de haber aprendido y logrado algo, por poco que sea? Los últimos cinco minutos de la clase son fundamentales. Presentan una oportunidad muy valiosa para concluir y consolidar los temas que se han discutido, y para evaluar el progreso de los alumnos. También son el momento ideal para reflexionar y desarrollar ideas y discusiones. Si el tema ha suscitado un gran debate, estas discusiones con frecuencia continuarán en los pasillos, la cafetería y fuera del colegio y, en ocasiones, producirán cambios dentro y fuera de la comunidad.

El minuto de Mosteller

Woman pointing clock time isolated  whiteExisten varias formas de aprovechar al máximo los últimos cinco minutos. Uno de los métodos más conocidos es el “minuto de Mosteller”, del profesor Frederick Mosteller. Al final de cada clase, el renombrado estadístico y profesor de Harvard formulaba las siguientes preguntas: ¿cuál ha sido el tema más importante de la clase?, ¿cuál ha sido el tema más confuso (o más difícil)?, ¿en qué tema les gustaría profundizar?

A continuación, repasaba esos temas para garantizar que se habían comprendido y los incorporaba a la siguiente clase si era necesario. Los alumnos salían de la clase con la sensación de haber comprendido todas las complejidades del tema. Este método se basaba en el concepto de que es aceptable tener dificultades para entender algo. Ayudaba a los alumnos a reconocer que algunos temas exigen un mayor nivel de comprensión y que es beneficioso plantear preguntas. Asimismo, animaba a los alumnos a reflexionar en cualquier momento, tanto dentro como fuera del aula.

Algunos profesores utilizan un sistema de cuestiones pendientes en el que los alumnos escriben listas de preguntas o ideas en un rotafolio o una pizarra para explicarlas más detenidamente al final de la clase. De esta forma, no se pierde el hilo conductor de la clase y los alumnos pueden formular preguntas para mejorar su comprensión.

Técnicas de pensamiento visible

Berni Moreno, profesora de Español B e Inglés B del IB en el Methodist Ladies’ College de Melbourne (Australia) afirma: “Los últimos cinco minutos de mis clases son sumamente importantes. Para mí son los que dan sentido y significado a toda la lección. Presentan una oportunidad para que los alumnos reflexionen sobre lo que han aprendido, cómo han aprendido y con qué finalidad”.

Para Moreno, estos momentos son contribuciones valiosas para futuras clases: “Los últimos minutos de una clase también me permiten presentar los siguientes temas de estudio para despertar el interés de los alumnos en la siguiente clase y que se sientan motivados y conectados”, afirma.

Utiliza una variación de las rutinas de pensamiento (página web solo disponible en inglés), una metodología creada por Harvard Project Zero como parte de su proyecto Visible Thinking (página web solo disponible en inglés). Moreno también emplea la estrategia de “pensar, formar parejas y compartir”, que concede a los alumnos el tiempo y la estructura que necesitan para formular ideas de proyectos individuales y compartirlas con un compañero.

De forma parecida al “minuto de Mosteller”, Moreno pide a los alumnos que reflexionen sobre tres preguntas al final de cada clase: ¿por qué este aprendizaje me resulta útil?, ¿cómo puede ayudarme lo que he aprendido hoy en mi aprendizaje futuro?, ¿con quién puedo compartir este aprendizaje?

Preparación de las tareas para casa

Two diligent schoolgirls doing classwork together

Nacho Santa-María Megía, un profesor de Matemáticas del PAI del Colegio Heidelberg de Gran Canaria (España), utiliza los últimos minutos de clase para animar a los alumnos a comenzar las tareas que llevan para casa, con su ayuda, y pensar en los problemas que se pueden encontrar.

“Uno no puede tener la certeza de haber aprendido algo hasta que lo haga por sí mismo”, afirma. “Puedo comprobar si los alumnos que tienen dificultades han podido seguir la clase”.

Los resultados han sido muy positivos: “Antes, siempre había algunos alumnos que venían a clase con las tareas sin hacer, bien por diferentes excusas o incluso por falta de voluntad. Desde que empecé a ayudarlos durante los últimos cinco minutos, este problema ha desaparecido casi por completo”, declara.

Sensación de logro

Un uso eficaz de los últimos cinco minutos también aporta beneficios psicológicos y personales, que son igual de importantes y quizás igual de valiosos para la experiencia integral del alumno. Para Moreno, esto se refleja en la sensación de logro que experimentan los alumnos. “Los alumnos necesitan disponer de tiempo para reflexionar sobre por qué hacen lo que hacen en el aula”, afirma.

Algunas de las habilidades que los alumnos desarrollan en los últimos cinco minutos incluyen una mayor conciencia de sí mismos, una mejora de su capacidad para escuchar, al prestar atención a las opiniones de los demás, un mayor nivel de aceptación de los demás como individuos y una gratificante sensación de logro.

Independientemente de los métodos que los docentes empleen durante los últimos minutos de la clase, estos representarán una parte integral y necesaria del aprendizaje y el desarrollo. Al conceder a este tiempo la importancia que merece, los profesores desarrollan una conciencia de las necesidades de sus alumnos. Los alumnos pueden salir del aula con una extraordinaria sensación de comprensión, logro y confianza en sí mismos.

¿A qué dedica los últimos cinco minutos de la clase? Escríbanos a editor@ibo.org.