Contribución de Sebastien Barnard
¿Cuál es la idea importante? Aprendizaje impulsado por conceptos y basado en la indagación
Todo el mundo habla del aprendizaje impulsado por conceptos y basado en la indagación pero, ¿cómo es en la práctica? ¿Cómo es el currículo y qué requisitos imaginables podrían traducirse en los resultados deseados? ¿Cómo podemos superar la tiranía de las clases y los exámenes impulsados por contenidos? Los expertos en currículo contemporáneos coinciden en que la comprensión conceptual es un elemento clave para que los alumnos tengan éxito en el colegio, el mercado laboral y la vida.
¿Quién?
La educación impulsada por conceptos y basada en la indagación, como los programas del IB, se centra en los alumnos. Los programas del IB promueven una comunicación abierta basada en la comprensión y el respeto y alientan a los alumnos a adoptar una actitud activa de aprendizaje durante toda su vida y a ser compasivos. Este tipo de educación tiene una naturaleza holística, considera todos los aspectos de la persona y se ocupa del desarrollo cognitivo, además del bienestar social, emocional y físico.
¿Cómo?
Una educación impulsada por conceptos desarrolla unos enfoques de la enseñanza y el aprendizaje eficaces; inculca a los jóvenes una actitud de aprendizaje para toda la vida, que aplicarán de manera independiente y en colaboración con otras personas, y prepara una comunidad de aprendizaje que aborda los desafíos globales a través de la indagación, la acción y la reflexión. La educación del IB, por ejemplo, tiene el objetivo de desarrollar una serie de competencias y disposiciones que incluyen habilidades de pensamiento, trabajo en equipo, comunicación, autogestión e investigación.
¿Por qué?
En su esencia, este tipo de educación debe integrarse en contextos globales. Los alumnos desarrollan su comprensión de la lengua y la cultura (multilingüismo y entendimiento intercultural) y promueven un compromiso global y local, que incluye aspectos adecuados a su nivel de desarrollo de los desafíos en las áreas del medio ambiente, el desarrollo, los conflictos, los derechos, la cooperación y la gobernanza.
¿Qué?
Este tipo de educación también explora contenido significativo y brinda oportunidades para desarrollar una comprensión disciplinaria e interdisciplinaria. Ofrece marcos curriculares y cursos amplios y equilibrados, conceptuales e interconectados, que se someten a una evaluación rigurosa.
Conjuntamente, estas cuatro características definen una educación impulsada por conceptos y basada en la indagación como los cuatro programas del IB para alumnos de distintas edades: el Programa de la Escuela Primaria (PEP), el Programa de los Años Intermedios (PAI), el Programa del Diploma (PD) y el Programa de Orientación Profesional (POP). El funcionamiento conjunto de todas estas dimensiones es lo que permite crear una educación sólida.
Currículo impulsado por conceptos
SABER Y HACER frente a SABER, HACER Y COMPRENDER. Hemos asumido con demasiada frecuencia que si los alumnos saben y hacen, entonces también comprenden. Por desgracia, la realidad no es esa. La comprensión conceptual añade una dimensión de profundidad a la experiencia educativa de los alumnos.
En términos prácticos, los marcos educativos como el PAI del IB establecen un núcleo de ideas importantes. Estos CONCEPTOS CLAVE conforman la base de un currículo conectado. Proceden de varias disciplinas académicas y son comunes a ellas. Unifican la experiencia académica de los alumnos y proporcionan un vocabulario común a los docentes. Los conceptos crean una cultura de pensamiento que invita a los alumnos a ver conexiones, contradicciones, perspectivas alternativas y formas de pensar diferentes. Cuando los adolescentes comienzan a adoptar formas de pensamiento abstracto más complejas, los conceptos ofrecen a los alumnos una idea coherente en la que pensar a lo largo del tiempo y en las diferentes disciplinas.
Los conceptos no son palabras sueltas, sino ideas complejas que pueden modelar la enseñanza y el aprendizaje. Durante una semana escolar normal de un alumno pueden aparecer ejemplos como la identidad, la lógica, la perspectiva, las relaciones y los sistemas. Imagine cómo los docentes de las diferentes disciplinas podrían utilizar estas ideas importantes como bases, escalones o puentes de unión entre los conceptos y debates que deben descubrir y explorar los alumnos.
Además de estas ideas generales importantes, la educación impulsada por conceptos (como el PAI) estructura el currículo con conceptos RELACIONADOS específicos de cada disciplina, que aportan profundidad y orientación. Acotan el ámbito de la indagación y, al mismo tiempo, dejan margen suficiente para integrar una amplia variedad de contenido adecuado o exigido en los contextos locales o nacionales. Los conceptos relacionados invitan a los docentes y los alumnos a ir más allá del estudio de los datos y a pensar en su significado e importancia.
Esta es una característica importante de la educación impulsada por conceptos. La enseñanza y el aprendizaje deben reflejar la forma en que se estructura el conocimiento en el mundo real y nuestra forma de aprender. En la actualidad, los datos se pueden conocer sin dificultad ni esfuerzo. Sin embargo, con frecuencia permanecen en silos sin conexión, salvo cuando se emplea la estrategia de agruparlos en temas. La mayoría de sistemas educativos se detiene en este punto. La educación impulsada por conceptos, en cambio, pregunta qué significan los datos, qué relación hay entre ellos y a qué ideas nos permiten acceder.
Sabemos que el aprendizaje exige que los alumnos partan de lo que ya saben y lo desarrollen. Sabemos que el santo grial de la educación (la capacidad de transferir conocimientos entre diferentes dominios o experiencias) se facilita por medio de la discusión de los conceptos. Tenemos pruebas celulares de que los recuerdos se construyen mediante el establecimiento de conexiones y la creación de redes complejas de asociaciones con varias rutas de acceso. Los conceptos contribuyen a que esto suceda: son las autopistas del aprendizaje.
Este fenómeno tampoco es exclusivo del primer ciclo de secundaria. Los programas académicos avanzados, como el Programa del Diploma, también van en esta dirección. El pensamiento, las conexiones y el desarrollo se abordan a través de opciones complejas y conocimientos factuales estipulados, en lugar de con contenidos prescritos. Una vez más, esto es posible gracias a los conceptos.
Aprendizaje basado en la indagación
Los conceptos cambian la forma en la que los docentes enseñan y los alumnos aprenden. Modulan la naturaleza de las tareas de clase y la evaluación (formal e informal). Por ejemplo, un profesor de Historia del PAI puede elegir que su clase estudie los orígenes de Europa en lugar de dar una clase sobre la civilización de Europa del Norte en la última Edad de Hielo. Mediante esta estrategia, puede crear una oportunidad para que los alumnos desarrollen su indagación en torno a ideas importantes sobre la relación entre el espacio, el lugar y el tiempo y la información que arrojan las fuentes arqueológicas sobre la sociedad y la identidad. La educación impulsada por conceptos facilita una discusión en clase centrada en los aspectos que han cambiado y los que siguen siendo igual, y en cómo nuestros conocimientos sobre el pasado, por ejemplo, pueden ayudarnos a comprender el presente.
La educación impulsada por conceptos ayuda a los alumnos a desarrollar una indagación estructurada en torno a las ideas importantes y, posteriormente, a evaluar sus conocimientos reales a través de un programa de evaluación completo y variado (parte del cual puede tener una gran presencia digital) que admita una selección de contenidos lo suficientemente flexible para favorecer el aprendizaje conceptual o satisfacer los requisitos del currículo nacional. Estos son los requisitos del siglo XXI para los docentes que trabajarán con los alumnos que nazcan ahora y probablemente vivan en el siglo XXII.
Sebastien Barnard es el responsable de comunicación y marketing del IB en la región de Asia-Pacífico. Su publicación está basada en las presentaciones de Robert Harrison, (@Robert_ibmyp), jefe de desarrollo del Programa de los Años Intermedios del IB.