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¿Qué significado tienen las calificaciones finales del Programa del Diploma del IB?

Contribución de Matt Glanville
College Student Taking a Test

Tras la publicación de los resultados de los exámenes del IB de los alumnos del Programa del Diploma (PD) o el Programa de Orientación Profesional (POP) correspondientes a la convocatoria de mayo de 2016, vale la pena detenerse un momento a analizar el significado real de dichos resultados.

En la mayoría de los cursos del PD, el IB utiliza un sistema de calificación de siete puntos, del 1 al 7, donde el 1 significa que el alumno ha demostrado un conocimiento y una comprensión muy limitados en sus respuestas, y el 7 significa que el alumno ha desarrollado un conocimiento y una comprensión muy profundos. Estos descriptores de calificaciones finales son una parte fundamental del proceso en que se establecen los límites de calificación. En las asignaturas del tronco común se utiliza un sistema de calificaciones de la A a la E, pero el principio es el mismo: cada una de las calificaciones tiene su significado.

No es nada fácil colocar a cada alumno en una sola de las siete casillas de cada curso. La comprensión de los temas por parte de los alumnos es compleja, por lo que intentar evaluarla con una sola calificación es una tremenda simplificación. Habrá muchos casos en los que el desempeño de un alumno se pueda describir de forma razonable con más de una calificación. Pero este problema no desaparece si aumentamos el número de calificaciones a 14 o 28. De hecho, se producirá con más frecuencia porque cuantas más calificaciones haya, más oportunidades habrá de quedarse entre dos de ellas.

Entonces, ¿qué repercusión tiene todo esto en los resultados de los alumnos? Sabemos que no todos los alumnos que logren, por ejemplo, una puntuación de 73 tendrán la misma comprensión de las asignaturas. A veces los alumnos pierden puntos por cometer errores en preguntas que podrían haber contestado bien. En otras ocasiones, los alumnos pueden merecerse puntos por lo que han escrito, lo cual puede reflejar una comprensión profunda de un tema específico más que de la asignatura en general (según indiquen sus respuestas a otras preguntas). Al establecer los límites de calificación, revisaremos trabajos de alumnos con 73 puntos que, según el criterio de los examinadores, merecen el descriptor más bajo de la calificación de 7, y otros trabajos con la misma puntuación que, según el criterio de los examinadores, merecen el descriptor más alto de la calificación de 6. Tomamos la decisión más justa posible para que la mayoría de los alumnos que han obtenido una nota concreta reciba la calificación que mejor se ajuste a su desempeño.

Lo más importante es que para estos alumnos que se encuentran en el límite, ambas calificaciones son justas en función de su desempeño en los exámenes. El problema de colocar a los alumnos en casillas de calificaciones es que una diferencia de un punto puede cambiar la calificación final. Siempre habrá un alumno que se quede a un punto de obtener una mejor calificación cuando se establece el límite de calificación.

Siendo realistas, habría sido justo conceder el descriptor más bajo de la calificación más alta a los alumnos que se encuentran uno o dos puntos por encima del límite de calificación establecido, y probablemente sería justo conceder el descriptor más alto de la calificación más baja a los alumnos que se encuentran uno o dos puntos por debajo de dicho límite. Sin embargo, lo importante es que en cada uno de estos casos, ambas calificaciones sean un reflejo justo del desempeño de los alumnos.

Con este elemento de ambigüedad, uno puede preguntarse si es razonable conceder calificaciones. ¿Deberíamos limitarnos a dar una descripción de los puntos fuertes y débiles del alumno? Entonces defenderíamos que este enfoque sería todavía más injusto, porque se tomarían decisiones sobre el futuro de un alumno. Si no se usan calificaciones, se utilizarían criterios que son todavía más injustos: qué tal se entienden con un entrevistador, cómo visten o quizás dónde viven. A la hora de evaluar a los alumnos del IB, tenemos el cuidado de ofrecer una indicación justa y significativa de su desempeño en los exámenes y, sean cuales sean las dificultades, es una medida más fiable que delegar por completo en otros departamentos de admisiones y selección, que no conocen tanto al alumno y pueden tener menos cuidado en el momento de decidir su futuro.