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El poder de los introvertidos

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La revista IB World investiga cómo los docentes del IB pueden desarrollar el potencial de los alumnos introvertidos en clase y animarlos a salir de su zona de confort con objeto de que adquieran la confianza necesaria en sí mismos para participar en experiencias y entornos nuevos.

Charles Darwin era una persona introvertida. Durante el tiempo en que escribió su teoría de la evolución, solía dar largos paseos solo por el bosque. El Dr. Seuss también lo era. Muchas de sus creaciones las concibió en una oficina solitaria de la parte de atrás de su casa. “Cuando hablamos de creatividad y liderazgo, necesitamos que los introvertidos hagan lo que mejor se les da”, afirmó Susan Cain, autora de El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse y cofundadora y revolucionaria principal de la iniciativa Revolución silenciosa, durante su charla de TED de 2012.

Se refería a la capacidad de las personas introvertidas de escuchar con empatía y paciencia, centrarse profundamente en los temas y sopesar las opciones disponibles antes de tomar una decisión. Pero, según explica la revista IB World, este estilo diferente de comunicación no se interpreta bien ni se acepta por completo en todas las clases.

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Heidi Kasevich

¿Qué es la introversión?

Las personas introvertidas y extrovertidas constituyen los extremos opuestos del espectro, mientras que las personas ambivertidas ocupan el lugar central. Una persona puede situarse en cualquier punto del espectro. Sin embargo, es importante observar que esta clasificación no está relacionada con el nivel de timidez.

“La timidez es un miedo al juicio social que puede provocar ansiedad. Las personas introvertidas y extrovertidas pueden ser tímidas y tener miedo al juicio personal”, explica Heidi Kasevich, directora de Educación silenciosa, una división de la iniciativa Revolución silenciosa que trabaja con docentes y responsables pedagógicos de los colegios para informar a sus comunidades de las diferencias entre la introversión y la extroversión. “Existe la idea equivocada de que las personas introvertidas sienten aversión por las interacciones sociales, lo cual es falso”.

La introversión y la extroversión están relacionadas con la sensibilidad a los estímulos. “Las personas introvertidas reaccionan de una forma más intensa a los estímulos y se agobian con más facilidad ante ellos. Por eso, se sienten más animadas, felices y estables en entornos silenciosos, más íntimos y con un nivel de estímulo mínimo”, añade Kasevich.

Las personas extrovertidas, por su parte, suelen requerir un alto nivel de estímulo. La dopamina, un neurotransmisor que controla los sistemas de placer y recompensa del cerebro, está menos activa en las personas introvertidas. “Debido a la menor actividad del sistema de recompensa, las interacciones sociales frecuentes pueden resultar agotadoras para las personas introvertidas”, afirma Kasevich.

Una de las claves para maximizar la creatividad es situarnos en una zona de estímulo adecuada para nosotros. Sin embargo, Kasevich afirma que muchos colegios están diseñados para alumnos extrovertidos: “Las aulas ruidosas y diáfanas en las que los alumnos deben trabajar en grupo la mayor parte del tiempo pueden resultar incómodas para los introvertidos”, afirma.

Si bien Kasevich acepta que el trabajo en equipo y la colaboración son aspectos importantes para el establecimiento de relaciones y la resolución de problemas, convendría equilibrar la dinámica de clase con actividades en solitario.

La importancia de pasar tiempo solos

La soledad es un catalizador para la innovación, según un estudio realizado por Adam Grant, del Wharton School de la Universidad de Pensilvania. “La soledad también es buena para los extrovertidos”, afirma Kasevich. “Es importante encontrar el equilibrio y dedicar parte del tiempo a que todos los alumnos se sienten, piensen y creen, y luego se reúnan para hablar de ello”.

Una investigación de la iniciativa Revolución silenciosa demuestra que a las personas introvertidas les resulta más fácil comunicarse con un amigo o un grupo reducido de personas antes de hacerlo con un grupo más numeroso. Kasevich recomienda a los docentes utilizar una técnica de escritura de ideas o “brainwriting”. Dicha técnica consiste en que un alumno escriba la solución a un problema que intentan resolver en grupo. A continuación, esa solución se pasa por la clase para que los demás alumnos añadan sus ideas y luego las debatan en grupo. “También se pueden pegar preguntas en notas adhesivas por toda la clase para que los alumnos vayan pasando y las respondan; así se incorpora el tiempo a solas y el trabajo en grupo”, añade Kasevich.

Ahora veremos cuáles son los puntos fuertes de las personas introvertidas que ayudaron a visionarios como Darwin y el Dr. Seuss a cambiar el mundo. Según la iniciativa Revolución silenciosa, los introvertidos tienen tres puntos fuertes fundamentales, a los que se refiere como “superpoderes”.

G4 Writing - introvert pic 1Superpoderes de las personas introvertidas

El primero de ellos es la capacidad de escuchar con empatía y paciencia. “Es sumamente importante que los docentes valoren la capacidad de escuchar con atención como una habilidad de participación en clase”, afirma Kasevich. Recomienda utilizar juegos de comprensión auditiva y enseñar a los alumnos a usar el lenguaje corporal: “Los alumnos pueden aprender a demostrar una participación activa cuando escuchan”.

Un aumento de la interacción verbal puede ayudar a los alumnos introvertidos a salir de su zona de confort, pero los extrovertidos pueden sentirse presionados a la hora de aprender a escuchar. “Pueden tener más dificultades los alumnos extrovertidos para escuchar con atención que los introvertidos para hablar en público. Como dijo una vez Winston Churchill: Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”, afirma Kasevich.

Los alumnos introvertidos también son capaces de centrarse más profundamente en los temas. “Los introvertidos tienden a aprender de manera independiente, a ser tenaces y a motivarse por medio de sus intereses y pasiones”, afirma Kasevich. “La práctica en solitario es una magnífica forma de mejorar las habilidades”.

Kasevich avala la iniciativa Genius Hour, un movimiento inspirado por Google que fomenta la creatividad en clase. “Es una estrategia fantástica para todos los alumnos”, afirma. “Cuando un alumno introvertido tiene interés en un tema o la solución de un problema, le resulta más fácil superar las inhibiciones verbales y discutir ese tema. Se trata de crear una zona de seguridad”.

La capacidad de sopesar las opciones disponibles antes de tomar una decisión es el tercer “superpoder”. “Las personas introvertidas necesitan más tiempo para procesar la información antes de hablar. Es lo que conocemos como tiempo de reflexión o pausa reflexiva”, afirma Kasevich. “Lo que pretendemos es que los docentes sean conscientes de los diferentes temperamentos de la clase y den a todos los alumnos el tiempo suficiente para una pausa reflexiva. Es importante tener en cuenta los diferentes temperamentos. Considerar el tiempo de procesamiento como un punto fuerte permite ampliar todos los tipos de interacción”.

“Animamos a los docentes a que conozcan, comprendan y reflexionen sobre las diferencias entre los introvertidos y los extrovertidos, y lo que implica para ellos salir de su zona de confort”, añade.

 El autoconocimiento es poder

El hecho de comprender quiénes son los alumnos más introvertidos o extrovertidos de una clase no supone etiquetarlos. Se trata de ayudarlos a comprender quiénes son.

El autoconocimiento es poder, y la comprensión de quiénes somos realmente es una herramienta de comunicación muy valiosa: “Al comprender el poder del temperamento podemos comunicarnos mejor entre nosotros y fomentar una cultura de amabilidad en los colegios”, añade Kasevich. “Debemos convencer a los alumnos de que pueden adaptarse y salir de su zona de confort e ir incluso más allá”.

 Si desea descubrir qué lugar ocupa en la escala de introversión-extroversión, visite: http://www.quietrev.com/the-introvert-test/ (disponible en inglés).


Ideas de la comunidad del IB

¿Cómo anima a los alumnos a salir de su zona de confort?

No existe una estrategia universal. Los docentes del IB trabajan con sus alumnos para desarrollar estrategias de clase que sean eficaces para todos.

“Pido a mis alumnos que elijan un atributo o una actitud del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB al comienzo del día. Al final del día, los alumnos comparten verbalmente con un compañero cómo han demostrado el atributo o la actitud elegidos. Esta rutina diaria concede a mis alumnos introvertidos un momento para reflexionar en silencio antes de compartir sus historias”. Nilufar Kamdar, maestra del PEP del Colegio del Mundo del IB Alvin Dunn Elementary de California (EE. UU.)

“Cuando planteamos preguntas a la clase, elegimos a los alumnos que deben responder de manera aleatoria, con un bote de palitos. Cada palito tiene el nombre de cada uno de los alumnos de la clase. Los alumnos introvertidos y más inseguros, que normalmente evitarían responder en un entorno de grupo, están obligados a prestar atención. Tienen exactamente las mismas oportunidades de que su nombre salga del bote que sus compañeros extrovertidos y más confiados. Así se les motiva a escuchar y pensar. En una clase constructivista, el pensamiento es el requisito previo para el aprendizaje, y tenemos la responsabilidad de animar a todos los alumnos a pensar y participar activamente”. Christopher Frost, director de la escuela primaria del Tokyo International School (Japón)

“En mis clases fomento la participación por medio de ayudas visuales interactivas. Cuando planteo una pregunta, los alumnos pueden responder verbalmente o a través de Google Docs. Antes de iniciar una discusión en grupo, les dejo que hablen sobre el tema con su compañero de mesa, como en las actividades del tipo pensar, formar parejas y compartir. En el caso de las presentaciones, los alumnos tienen la opción de presentar su proyecto a través de un podcast o un video (grabación de voz)”. Jay Billones, profesor de Ciencias del Programa del Diploma (PD) del Kang Chiao International School, sede de Taipéi (Taiwán)

“La herramienta más eficaz que se puede desarrollar y utilizar con cualquier tipo de alumno es la creación de un vínculo. Los vínculos con los alumnos pueden cambiar su mentalidad, brindarles estrategias para salir de su zona de confort y motivarlos para cultivar sus intereses”. Nataly Bringas, profesora de educación especial de secundaria del Colegio Franklin Delano Roosevelt, The American School of Lima (Perú)

“Desde el principio de la clase, insisto en la importancia de crear una cultura de clase segura. En la parte delantera del aula hay un rótulo que dice claramente que todos nos podemos equivocar. Celebramos las equivocaciones y buscamos oportunidades para aprender de este modo. Dos de mis alumnos más silenciosos han recorrido un largo camino. Sin embargo, lo han hecho casi al principio del tercer trimestre. El proceso requiere tiempo”. Naini Singh, maestra del PEP del Seisen International School de Tokio (Japón)

“Creo que la clave está en empezar poco a poco e ir desarrollando la confianza. Todos los alumnos necesitan sentirse cómodos y apoyados en clase, pero creo que para los alumnos introvertidos, es todavía más importante. Necesitan saber que pueden equivocarse y que sus ideas y opiniones son tan válidas como las de los demás. Plantear a los alumnos el desafío de comentar el trabajo de un compañero a través de una revisión por pares puede ayudar a establecer un ambiente abierto y solidario. Para que la estrategia funcione, creo que los alumnos deben contar con unas instrucciones sencillas y una estructura para sus comentarios. Por ejemplo, se les puede pedir que indiquen al menos un aspecto que les haya gustado y al menos un aspecto que podría mejorarse, o que planteen una pregunta aclaratoria”. Brad Opfer, profesor de Gestión Empresarial y jefe de departamento de Pamoja Education