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Mejor aprendizaje, no mejores calificaciones

Matt Glanville es el jefe de principios y práctica de evaluación del IB. En este artículo comparte su opinión sobre qué significa realmente una educación de calidad.

Además de cumplir su misión de promover la paz en el mundo, el IB también desea mejorar la calidad de la educación y compartir las mejores prácticas internacionales. Pero, ¿qué es exactamente una educación de calidad? Puede parecer extraño que esta pregunta la plantee alguien que trabaja en la evaluación. Sin embargo, unos buenos resultados en los exámenes no equivalen realmente a una educación de calidad. En mi opinión, representan la manera más justa de elegir entre alumnos para la educación superior o un puesto de trabajo, en una sociedad que considera aceptable querer a los mejores. No obstante, ser el mejor es muy diferente de ser la mejor versión de uno mismo.

Una investigación llevada a cabo recientemente en el Reino Unido ha analizado el impacto de los diferentes estilos de gestión escolar en el éxito a largo plazo de un colegio. Si bien los métodos utilizados en esta investigación han sido objeto de algunas críticas, los hallazgos del informe no sorprenderán a nadie que trabaje en el sector educativo. El informe revela que las medidas a corto plazo para mejorar los resultados en los exámenes tienen pocos beneficios a largo plazo, excepto en el caso de las carreras de quienes las implementan. Incluso el informe más inspirador sobre el análisis del aprendizaje todavía habla de la “optimización del desempeño académico” y las “mejoras en las puntuaciones medias” derivadas de intervenciones, aunque también se contemplan de forma más general los beneficios del análisis del aprendizaje.

Por tanto, si reflexionamos sobre nuestro propio enfoque con vistas a mejorar la docencia, ¿no somos también culpables de centrarnos en las calificaciones en lugar de en la educación? El IB ofrece una serie de talleres de desarrollo profesional, material de ayuda al profesor y comentarios sobre las convocatorias de exámenes (informes generales de las asignaturas), y planea proporcionar aún más información a través del servicio de resultados adicionales. Este servicio permite a los docentes ver qué preguntas y temas concretos responden bien los alumnos y cuáles presentan más problemas en comparación con los alumnos de todo el mundo. Todos estos servicios pueden contribuir a la provisión de una enseñanza y un aprendizaje excelentes, pero también se pueden utilizar como apoyo a la “enseñanza para el examen”.

Nuestro objetivo es crear evaluaciones pertinentes y significativas que promuevan una enseñanza y un aprendizaje de calidad, en lugar de la “enseñanza para el examen”. Sin embargo, existen limitaciones en lo que se puede lograr sin que el examen deje de ser un fiel reflejo de lo que los alumnos han aprendido y lo que los profesores han enseñado.

Por último, corresponde al equipo directivo del colegio promover la importancia de que cada alumno saque la mejor versión de sí mismo y no se centre exclusivamente en lograr mejores calificaciones en los exámenes. Comprendo la realidad de las presiones a las que las métricas de responsabilidad gubernamentales y las expectativas de los padres someten a los colegios. Me he formado en el Reino Unido, así que conozco la repercusión que esto tiene, y sé que el IB ofrece una oportunidad única para que la educación valore el perfil de la comunidad de aprendizaje y el objetivo de que los alumnos desarrollen sinergias entre sus asignaturas.

Como reza nuestra declaración de principios, queremos que nuestros alumnos “contribuyan a crear un mundo mejor y más pacífico, en el marco del entendimiento mutuo y el respeto intercultural”. Un alumno que haya obtenido 24 puntos en el PD, o incluso otro que se haya esforzado al máximo para lograr 19 puntos, pueden lograr ese objetivo de igual forma que un alumno que ha obtenido 45 puntos.