Contribución de Mairianne Walker
Hoy, millones de personas se han despertado, han encendido sus teléfonos y se han enterado de las últimas noticias del mundo. Yo soy una de esas personas. Lo que leo cada día me dice que estamos viviendo una época turbulenta.
Por suerte, las páginas de mis redes sociales están llenas de frases motivadoras de personas como Nelson Mandela y Malala Yousafzai. Estas frases transmiten un poco de esperanza a mi mañana y me recuerdan, más a menudo de lo que creo, el poder que tiene la educación:
La educación es el arma más potente que se puede utilizar para cambiar el mundo – Nelson Mandela
Solo hay una forma de lograr la paz en el mundo: tenemos que educar no solo nuestra mente, sino también nuestro corazón y nuestra alma – Malala Yousafzai
Mandela pronunció la primera frase en 1990 y la repitió más de dos décadas después en Johannesburgo, en 2003. La cita de Malala vino diez años después, en 2013. Estas citas me hacen preguntarme si el valor de la educación es una lección que el mundo se niega a aprender. ¿Necesitamos que nos recuerden constantemente el poder que tiene la educación?
En mi día a día, sé que mi educación ha tenido un impacto en el ámbito local. Me ha ayudado a conseguir un trabajo y pagar mis facturas. Pero ¿qué hay del ámbito global? ¿Qué pasa con nosotros? ¿Qué tiene la educación internacional que le permite ejercer un impacto real en el mundo, teniendo en cuenta los desafíos a los que nos enfrentamos actualmente? ¿Cómo podemos acabar con la pobreza extrema, combatir la desigualdad y revertir el cambio climático?
Me asombra la cantidad de personas ejemplares que, como Mandela y Malala, tienen un don: la capacidad de atraer a personas de todo el mundo, acogerlas, aprender de ellas, comprometerse con objetivos comunes y actuar para ayudarnos a afrontar juntos infinidad de desafíos.
Pero ¿podemos hacer más? En el mundo actual, es posible que no nos enteremos de muchas iniciativas magníficas ni relacionemos este trabajo con la educación internacional, a menos que aparezcan en nuestra página de noticias o en un meme con potencial viral.
Durante mi período de prácticas en el IB, he conocido numerosas historias inspiradoras sobre alumnos, exalumnos, colegios y educadores que están influyendo positivamente en el mundo y ejerciendo un impacto real.
Estas son algunas de mis favoritas de mi página de noticias:
- En 2015, 193 líderes mundiales acordaron trabajar para lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, incluido el de proporcionar una educación de calidad para todos. Me entusiasmó descubrir que los responsables de diseño de los currículos del IB estaban adoptando e incorporando dichos objetivos en sus cursos para asegurarse de que los alumnos también los adoptaran como parte de su experiencia de aprendizaje.
- Con el objetivo de preparar a los alumnos ante los rápidos cambios económicos y sociales que se avecinan, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha invitado recientemente al IB a colaborar y aportar liderazgo de pensamiento en materia educativa en su iniciativa Future of Education and Skills: Education 2030 (en inglés).
- Ellen MacArthur es una heroína para mí. Cuando me enteré de que, además de navegar por todo el mundo sin la ayuda de nadie, está marcando el camino con su interesante y revolucionario trabajo sobre las economías circulares e iba a participar como oradora en una conferencia del IB, su condición de heroína alcanzó un nuevo nivel. Su fundación trabaja con empresas, gobiernos e instituciones académicas con el objetivo de crear un marco para una economía restauradora y regeneradora.. Y por si fuera poco, también está colaborando con el IB para incorporar ideas innovadoras en torno a las economías circulares en los currículos de Geografía y Economía del Programa del Diploma.
- Hay muchísimas historias de alumnos del IB que presentan soluciones extraordinariamente creativas e innovadoras para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Fue difícil elegir, pero esta historia de Kenia me llamó especialmente la atención. Un grupo de alumnos de 14 a 16 años del PAI de la Aga Khan Academy presentaron 80 proyectos innovadores (sí, 80), entre los que se cuentan un aeropuerto que funciona con energía solar para Mombasa, un precipitador electrostático para controlar la contaminación del aire y un dispositivo de detección de colisiones para reducir los accidentes de tráfico. Si desea conocer otros proyectos y elegir su favorito, hay muchos más en el blog.
Es cierto que vivimos en una época turbulenta y que hay muchos problemas por resolver. Sin embargo, debemos mantener una actitud positiva, implicarnos y entrar en contacto con personas de nuestro entorno que estén llevando a cabo labores sencillas y extraordinarias para mejorar el futuro.
Mairianne Walker obtuvo el diploma del IB en el Hasseris Gymnasium(Dinamarca) y actualmente está realizando prácticas profesionales en el departamento global de comunicaciones y marca del IB en La Haya (Países Bajos).