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¿Cuál ha sido su lección más memorable de este año?

Educadores del IB de todo el mundo comparten sus lecciones más inspiradoras e innovadoras con la revista IB World

Esta época del año, próxima al final de 2017, ofrece a los educadores una excelente oportunidad para reflexionar sobre los últimos 12 meses. A continuación podrá conocer sus lecciones más memorables, con las que lograron despertar el interés y estimular a sus alumnos.

“Esta ha sido la mejor lección que he impartido a lo largo de mis 16 años en la docencia”

“Enseñar a los alumnos a pintar al óleo ha sido la lección más gratificante que he enseñado en mucho tiempo”.

“Mientras planificaba esta unidad, me preocupaba el hecho de que pintar al óleo puede ser la experiencia más opuesta a la gratificación inmediata. ¿Cómo podrían unos alumnos nacidos en este milenio dedicar tiempo a aprender a esperar a que el óleo se seque, a dar veladuras sutiles y a mezclar colores en un proceso nada intuitivo? Llevo casi 20 años trabajando con el óleo y todavía tengo la sensación de estar empezando a dominar este material. ¿Cómo podría esperar que los alumnos aceptaran utilizar este método tan lento, y en ocasiones tedioso, de creación de imágenes?”.

“Pero me fascina pintar al óleo. Es una técnica que te pone en contacto directo con 500 años de historia del arte. Parece fácil, pero a la vez es uno de los procesos más complejos. Cuando pinto me transporto, y esperaba que uno o dos de mis alumnos pudieran llegar a sentir lo mismo”.

“Por eso decidí lanzarme de lleno a la aventura. No escatimé en nada. En lugar de odiar ese proceso tan lento y complejo, y ese conjunto de habilidades inherentes a la pintura al óleo tan alejadas del siglo XXI, todos los alumnos se mostraron encantados. Desarrollaron su paciencia y capacidad de organización”.

“La pintura al óleo ha sido una de las mejores lecciones que he impartido a lo largo de mis 16 años en la docencia”.

“He aprendido que, al contrario de lo que pensaba, los alumnos desean sumergirse en experiencias que no involucren el uso de la tecnología. Los procesos lentos y deliberados desarrollan un pensamiento profundo. La única modificación que haré para el próximo año será que los alumnos muelan su propia pintura”.

—Nevdon Jamgochian, profesor de Artes Visuales del PD del International School of Dakar (Senegal)

 

“La música y el arte inspiraron una forma divertida de distinguir la adquisición de conocimientos de la producción de conocimientos”

“El pasado mes de agosto, pedí a mis alumnos de primer año del PD que se inspiraran en las emociones que les producían diferentes canciones para expresar sus sentimientos en las paredes de un aula vacía a través del arte. Yo les ponía canciones de diferentes géneros y épocas, mientras ellos pintaban las paredes y el suelo cubiertos de plástico”.

“Fue una experiencia muy divertida y necesaria, pues los alumnos del PD pueden sufrir mucho estrés en diferentes momentos del programa. Al principio les costó entender la diferencia entre la adquisición de conocimientos y la producción de conocimientos. Esta clase dio pie a una discusión sobre las diferencias entre estos dos conceptos en el contexto artístico”.

“La mayoría de ellos observaron que las emociones suelen intervenir en la producción de conocimientos artísticos; que los diferentes lenguajes artísticos, y las distintas áreas, pueden interactuar para producir conocimiento, y que ese conocimiento personal desempeña un importante papel en la producción de conocimientos en esta área. También aprendieron que se pueden producir conocimientos de forma colectiva”.

“Desde que impartí esta clase me he estado preguntando cómo puedo convertirme en una mediadora de experiencias de producción de conocimientos para mis alumnos, cómo puedo utilizar el andamiaje para que mis alumnos comprendan conceptos de Teoría del Conocimiento (TdC) y apliquen lo que saben sobre la adquisición y la producción de conocimientos en las demás disciplinas que estudian, y cómo puedo optimizar la colaboración con otros profesores del PD para conseguirlo. Sigo invirtiendo mucho esfuerzo en esta labor, pero estoy convencida de que esta valiosa clase mejorará la calidad de mi trabajo en el próximo curso académico”.

—Rafaela Menoscal, profesora de TdC de la Unidad Educativa Bilingüe Delta (Ecuador)

 

“La unidad interdisciplinaria ayudó a los alumnos a descubrir cómo nuestras acciones afectan a los demás”

“En nuestra unidad interdisciplinaria ‘Ideas infecciosas’ de Ciencias y Lengua y Literatura del Programa de los Años Intermedios (PAI), los alumnos aprendieron cómo la propagación de las enfermedades afecta a todo el mundo. Descubrieron la importancia del comportamiento humano y de las consecuencias de nuestras acciones”.

“Los alumnos de Lengua y Literatura vieron la película Contagio, que documenta la propagación de un virus hasta convertirse en una pandemia mundial, y analizaron la apelación al destinatario utilizando diferentes escenas”. .

“En la película aparece un periodista cuyas publicaciones en las redes sociales desencadenan situaciones de pánico, un tema que los alumnos vincularon con el auge de las noticias falsas y las diferentes decisiones éticas que tomamos los seres humanos (en el mundo real y en el escenario ficticio de la película). Nuestra pregunta fundamental ‘¿Cómo se conecta todo?’ sirvió de base para otra pregunta: ‘¿Cómo afectan nuestras decisiones a los demás?’”.

“Los alumnos de Ciencias hicieron un análisis de un brote de zombis: rastrearon las pruebas y trataron de determinar el origen y modo de transmisión de la enfermedad. Utilizaron simulaciones y estudios de enfermedades infecciosas reales para indagar sobre cómo los virus afectan a la población”.

“Espero que volvamos a impartir esta unidad interdisciplinaria a los alumnos del próximo año”.

—Karen Corson, coordinadora del PAI del Pilot Butte Middle School de Oregón (EE. UU.)

 

“Los alumnos se entusiasmaron cuando me vieron entrar con piezas de Lego”

“Mi lección más memorable de este año consistió en enseñar a mis alumnos los principios del máximo común divisor y el mínimo común múltiplo con piezas de Lego”.

“El día anterior a esa clase, los alumnos aprendieron a calcular el máximo común divisor y el mínimo común múltiplo con la factorización de los números. Era algo completamente nuevo para ellos; sabían factorizar, pero aprendieron a hallar el mínimo común múltiplo calculando los múltiplos y eligiendo el mínimo común, y el máximo común divisor calculando los divisores y hallando el máximo común”.

“El día de la clase, los alumnos se entusiasmaron cuando me vieron entrar con varias piezas de Lego en las manos. Cada color era un número primo y las piezas apiladas, sus múltiplos”.

“Nunca olvidaré cómo les cambió la cara cuando lo entendieron. Su tarea para hacer en casa demostró que el método funcionaba: los alumnos desarrollaron una comprensión más profunda”.
“Sin duda, incluiremos esta lección en nuestro currículo y pensamos utilizar este método todos los años”.

—Nacho Santa-María Megía, profesor de Matemáticas del PAI del Colegio Heidelberg Gran Canaria (España)


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