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Por qué enseño: preparo clases y conozco a mis alumnos

De Argentina al Reino Unido: Irene Fanning estudió el Programa del Diploma (PD) en el St Catherine’s School de Buenos Aires y actualmente es jefa del departamento de lenguas modernas de un colegio de Inglaterra. Irene ha dado clase en tres Colegios del Mundo del IB: el St Catherine’s School de Buenos Aires (Argentina), el Northlands School de Buenos Aires (Argentina) y el Abbey School de Reading (Reino Unido).

“La verdad es que me embarqué en la docencia sin pensarlo demasiado. Quería ganar algo de dinero y viajar, así que hice unas cuantas sustituciones en mi colegio y, antes de darme cuenta, tenía un horario completo que compaginar con los exámenes finales de la universidad”.

“Me encanta todo lo relacionado con lo hispánico: la historia, la lengua, el arte, la arquitectura, la música y la literatura. Por eso, desde el principio, era lógico que me dedicara a la docencia, ya que me permitía (y me permite) investigar, enseñar y discutir con jóvenes todas estas cosas que tanto me apasionan, y de paso ganarme la vida”.

“La señorita Moyano es la profesora que más recuerdo, además de mi modelo de conducta. Enseñaba una prueba del curso de Inglés B que ya no existe. Trataba del arte británico del siglo XX y era la supervisora de mi monografía. Me dejó utilizar su biblioteca personal para llevar a cabo mi investigación. Eso fue antes de la época de Internet, cuando era muy difícil conseguir libros en inglés sobre el panorama artístico en el Londres de la década de 1960”.

“Como alumna del IB, había experimentado de primera mano cómo funciona el PD, lo cual me benefició muchísimo. He tenido la gran suerte de que los colegios en los que he trabajado ofrecen el PD, pero aunque no hubiera sido así, mi forma de enseñar está muy influenciada por los principios sobre los que se apoya el IB”.

“Mi parte favorita del trabajo es la preparación de las clases. Trabajar con jóvenes nos mantiene en forma. Es renovador y gratificante. Tenemos que conocer bien a los alumnos y tener en cuenta la química que hay en el grupo. Aunque hayamos enseñado el mismo texto literario durante varios años, hasta que no lo discutimos con los alumnos, no sabemos qué les interesará y recibirán bien. En cierto modo, uno aprende a ser buen profesor junto a ellos. No deja de impresionarme su audacia intelectual”.


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