El alumno del Programa del Diploma (PD) Hari Tamang participó en una expedición a la región más septentrional de la Tierra para discutir cuestiones como el cambio climático, la tecnología y la ética
“Entre todos los viajes que hacemos, hay algunos que nos marcan”, cuenta Hari Tamang, un alumno del PD del UWC Red Cross Nordic (RCN) (Noruega). “Todavía no me creo que haya nadado en el paralelo 80º a temperaturas de 4 °C como un oso polar, navegado por el Polo Norte entre casquetes de hielo y observado el derrumbamiento de glaciares”.
Habla sobre la expedición al Ártico organizada por FutureTalks en la que participó en agosto, y que congrega a personas de cualquier edad y origen para emprender iniciativas centradas en el futuro de la humanidad. El viaje reunió a 100 individuos brillantes para discutir los desafíos más importantes de nuestra era.
Hari señala que la educación del IB lo animó a presentar su solicitud para participar en el viaje. “El PD me ha enseñado a descubrir quién soy y qué se supone que debo hacer por mí y por el medio ambiente a nivel global. He aprendido habilidades de comunicación, pensamiento, comprensión y autogestión para un entorno global, sobre todo gracias a los proyectos de Creatividad, Actividad y Servicio (CAS) que he realizado. Estaba buscando nuevas oportunidades de poner en práctica mis conocimientos del PD con la intención de contribuir a crear un futuro mejor para la próxima generación y nuestro mundo, y descubrí FutureTalks a través de mi colegio”, explica.
Hari, que procede de un pequeño pueblo de Chitwan, al sur de Nepal, obtuvo una beca para estudiar en el UWC RCN a través de un programa para supervivientes de conflictos (a los siete años, Hari sobrevivió a un ataque terrorista con bomba en un autobús).
Como parte de su solicitud para participar en la expedición, tuvo que presentar un escrito sobre sus intereses, lo que podría aportar a la comunidad de FutureTalks y los logros que había alcanzado en su vida.
Una vez seleccionado, asistió a una conferencia de presentación en Oslo junto con los demás participantes, donde pronunció un discurso sobre la educación y las experiencias de aprendizaje que tienen lugar dentro y fuera de la educación formal.
Luego fue a Svalbard, una isla situada entre el territorio continental de Noruega y el Polo Norte, donde todos los participantes pasaron cuatro días a bordo de un barco antiguo, ajenos al mundo exterior, sin conexión wifi ni cobertura móvil. Exploraron el entorno del Ártico y discutieron cómo la tecnología afecta a la democracia, si deberían imponerse restricciones a la inteligencia artificial y cómo preparar a los niños para el futuro. “Fue muy gratificante poder interactuar con expertos en un campo en auge como la inteligencia artificial”, cuenta Hari.
Según dice, tuvo ocasión de poner en práctica los atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB. “Descubrí que me sentía muy cómodo hablando con personas que ya ejercían de líderes en diferentes campos. También demostré una mentalidad muy abierta en todo tipo de discusiones, porque estoy acostumbrado a vivir en un ambiente internacional y a discutir ideas de maneras similares”.
“La expedición al Ártico fue una experiencia formidable. Vimos osos polares desde la cubierta del barco y, a través de las ventanas, vimos también delfines y ballenas saltando. Conocimos la historia de las ballenas y lamentamos enterarnos de que cada día perdemos varias especies. Escuchamos una presentación sobre la formación de la Tierra, que nos hizo pensar en cómo todos los seres vivos están conectados entre sí. Asimismo, hablamos de cómo podemos lograr la paz interior”, relata.
Acción conjunta
Pero no todo fue paz y serenidad. “Encontramos trozos de plástico en el Polo Norte, algo que nos sorprendió a todos”, afirma. “En un discurso, el director de un centro de investigación europeo dijo que cada año desaparecen 400 metros de hielo detrás de las estaciones de investigación de Ny-Ålesund, Svalbard, debido al aumento de la temperatura global. Los niveles de dióxido de carbono en el aire son los más altos de los últimos 650.000 años. De los años más calurosos de los que hay registros, 17 han tenido lugar desde 2001. Este verano, se han batido todos los récords de altas temperaturas en todo el mundo. Las condiciones meteorológicas extremas lo son cada vez más. En el Ártico, nos adentramos cuatro kilómetros en lo que hasta hace unos años había sido un glaciar, pero que ahora son aguas abiertas”.
Hari cree que queda mucho trabajo por hacer. “El cambio climático es un problema real que se está acelerando y está cambiando nuestro mundo de manera irreversible. Por eso, debemos responder más rápido. Y aunque el problema está empeorando, este viaje y sus participantes me dieron esperanza”.
“Deseo participar en más discusiones intergeneracionales, intersectoriales e interculturales. Con la ayuda de datos, nuevas tecnologías, modelos económicos, educación y movilización, podemos acelerar la acción contra el cambio climático”.
Y añade: “Para ejercer un impacto real, no debemos preguntarnos para quién hacemos las cosas, sino con quién las hacemos. Debemos involucrar a todo el mundo en esta misión común mediante la creación de movimientos inclusivos e intersectoriales. Como ocurre con cualquier otro problema, el cambio climático no se soluciona de forma aislada. No es algo que se pueda resolver con políticos, científicos, activistas, líderes empresariales o la sociedad civil actuando por separado”.