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Cuando la oportunidad se presente, asuma el desafío

La inspiradora historia de un alumno de un Colegio del Mundo del IB de Angola que usó sus habilidades de comunicación y liderazgo para ayudar a los refugiados que cruzan la frontera de la República Democrática del Congo.

Koby Adu-Bonnah es un alumno del Programa de los Años Intermedios (PAI) del Luanda International School (Angola). El año pasado, él y otros 15 compañeros organizaron una campaña de donación de ropa, alimentos, mosquiteros y artículos de aseo personal para los refugiados alojados en el norte de su país. También organizaron el transporte directo de los donativos al campo de refugiados.

En este artículo, Koby explica cómo él y sus compañeros usaron sus habilidades de comunicación y liderazgo para superar los desafíos de una operación benéfica de tal envergadura.

El éxito de cualquier proyecto depende del propósito del objetivo y el apoyo de todos los miembros del equipo.

Pese a la gravedad de la situación de los refugiados en Angola, nuestro grupo de líderes (denominado Kimbo) no fue consciente de ella hasta el momento de su entrevista con el director de Catholic Relief Services en Angola.

Cuando pusimos en marcha la campaña de toma de conciencia de la situación de los refugiados en nuestra asamblea escolar, los alumnos quedaron impactados al saber que había más de 35.000 refugiados congoleses en la provincia de Luanda Norte de Angola. Todos sentimos la necesidad de hacer más por los refugiados.

Los comienzos no fueron fáciles. Al principio, había poco entusiasmo entre los miembros del equipo, incluido yo, porque la idea de enviar donativos al norte de Angola y garantizar su llegada a los refugiados parecía imposible.

Pero a medida que avanzábamos, el proyecto se iba cohesionando lentamente. Adopté un papel más activo en la organización y asumí más responsabilidades, al igual que el resto del equipo, porque sabíamos que lo que estábamos haciendo tendría un impacto directo en las vidas de refugiados que se habían visto obligados a abandonar sus hogares. Le di un propósito a nuestro proyecto.

Mantener una comunicación clara y seguir hasta el final fue fundamental para la gestión del proyecto. Para nuestra campaña de donación, me comuniqué personalmente con el representante de las Naciones Unidas para Angola, Pier Paolo Balladelli. Además, me comunicaba con los otros miembros del equipo para mantenerlos motivados y al tanto de todo. La comunicación con el equipo era tan importante como la comunicación con el exterior.

A lo largo de un proyecto, habrá ocasiones en las que las cosas no salgan del modo previsto: personas que no responden, eventos que no se producen a tiempo o según los planes, y plazos que no se cumplen.

Cuando eso sucede, es fundamental que alguien dé un paso al frente y dirija al equipo para resolver eficazmente los problemas. Ningún proyecto comunitario tendrá éxito si cada piedra del camino hace que el plan se venga abajo y el equipo fracase.

El mayor obstáculo para nuestra campaña de donación fue la logística del transporte. Después de que nuestros preparativos iniciales fracasaran, lo coordinamos con las Naciones Unidas.

Lamentablemente, la organización no podía enviar un camión de transporte ese día. Entonces, rápidamente buscamos otra solución en equipo: preparamos un camión de transporte escolar para el envío, y lo cargamos personalmente.

Una parte fundamental de cualquier buen proyecto es tener presente que el éxito es resultado del trabajo en equipo. No solo hay que confiar en el equipo, sino que cada uno de sus miembros debe dar el 100 %. Si una de esas condiciones no se cumple, aumenta la carga de trabajo de los miembros del equipo y se reducen las probabilidades de éxito.

Ejercer el papel de líder no tiene nada que ver con capacidades o habilidades. Consiste en lograr una buena comunicación con la gente, en lugar de dar órdenes. Requiere unas expectativas elevadas de todos los miembros de la comunidad escolar.

Como alumno de undécimo año y antiguo miembro de Kimbo, lo que mis supervisores más esperaban de mí era compromiso. También esperaban que sirviera de ejemplo para los miembros más jóvenes y con menos experiencia.

Los alumnos más jóvenes suelen ver a los de más edad como guía. En este sentido, esperan que los alumnos mayores se muestren abiertos a sus ideas cuando busquen opiniones, sean críticos y solidarios a la hora de tomar decisiones y, en general, los traten como miembros iguales del equipo.

Pese a los desafíos, ejercer el papel de líder brinda numerosas oportunidades para desarrollar nuevas habilidades, como la colaboración, la capacidad de hablar en público y la organización.

Animo a todos los alumnos que asuman el desafío cuando la oportunidad se presente.


¿Ha oído hablar de la campaña #generationIB?

Invitamos a los alumnos del IB de todas a las edades a que presenten sus proyectos y trabajos diseñados para solucionar algunos de los mayores desafíos de la humanidad, y los compartan en línea con la etiqueta #generationIB. Pueden ser nuevos proyectos o trabajos ya completados. Para obtener más información, visite https://www.ibo.org/es/50years/this-is-generationib/.

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