En la primera parte de esta serie, analizamos las innovaciones en tecnología educativa y cómo pueden facilitar y ampliar el aprendizaje
La tecnología está cambiando todos los aspectos de nuestras vidas, incluida la educación. La inmensa variedad de tecnologías educativas disponibles actualmente, desde aplicaciones y plataformas hasta la realidad aumentada y la inteligencia artificial, puede resultar abrumadora para docentes y colegios.
Sin embargo, los alumnos deben estar preparados para un mundo que se está transformando como consecuencia de la aparición de infinidad de nuevas tecnologías. Con un uso apropiado, las tecnologías educativas pueden mejorar el aprendizaje. Según el BETT Innovation Index de 2018 —un sondeo realizado a más de 1.000 docentes y miembros de equipos directivos de colegios del Reino Unido y Europa—, el 87 % de los encuestados creen que la tecnología tiene un impacto positivo en los resultados educativos.
Pilar Quezzaire, responsable de tecnología educativa y del currículo de Diseño del IB, afirma: “La tecnología educativa sirve a los colegios que conocen su misión y pedagogía, y la usan como estrategia para facilitar y ampliar estos dos pilares”.
Cómo introducir la tecnología de forma eficaz
A medida que avanza la tecnología, los colegios tienen más dificultades a la hora de decidir qué usar y cómo sacar el máximo provecho de ello. No solo afrontan la tarea de elegir la tecnología que van a adoptar, sino también la de determinar adecuadamente el costo, en especial cuando las herramientas gratuitas no son la solución.
Rose Luckin es profesora de diseño centrado en el alumno en el UCL Knowledge Lab de Londres y directora de EDUCATE. Ha participado como oradora en el BETT Show celebrado en enero en el Reino Unido. Según sus recomendaciones, los colegios deben realizar una evaluación de sus necesidades, la cual los ayudará a identificar las tareas técnicas que deben emprender, y que no están llevando a cabo actualmente. También los ayudará a identificar las necesidades del colegio que deben abordarse mediante el uso de la tecnología.
“Una evaluación de las necesidades tiene más que ver con los objetivos del colegio que con la tecnología en sí misma”, afirma. “Este ejercicio debe incluir a todos los miembros competentes del personal del colegio, y no debe limitarse al equipo directivo o al responsable de tecnología del colegio”. El proyecto EDUCATE (que ayuda a los desarrolladores de tecnologías educativas a comprender mejor los procesos de aprendizaje y a los educadores a comprender mejor la inteligencia artificial) ha creado una herramienta en línea y un paquete complementario para ayudar a los colegios a realizar una evaluación de sus necesidades en materia de tecnología educativa.
“Es importante demostrar los beneficios de las nuevas tecnologías mediante el uso de modelos o la realización de pruebas”, señala Geoffrey Derry, especialista en integración tecnológica del IGB International School (Malasia). “Y también lo es ayudar al personal a la hora de introducirlas”.
Quezzaire afirma que, en primer lugar, los colegios deben preguntarse: “¿Por qué estamos haciendo esto?”. También es importante que tanto docentes como alumnos comprendan por qué se va a introducir la tecnología, y puedan ver inmediatamente cómo los ayuda o amplía su aprendizaje.
Derry coincide: “Para implementar cualquier cambio, es muy importante explicar el porqué. ¿Por qué queremos usar esta nueva tecnología? ¿Por qué queremos implementar este cambio? Si somos capaces de explicar claramente ese porqué, será más fácil que la gente se comprometa y participe en el proceso de cambio”.
Amy Heusterberg-Richards y Vicki Quinn son dos educadoras del IB del Bay Port High School de Wisconsin (Estados Unidos) que integran herramientas tecnológicas en sus cursos de inglés. Heusterberg-Richards afirma: “La tecnología ofrece nuevos espacios para que los alumnos generen ideas, tanto de manera individual como colectiva. Nuestras clases consisten en compartir opiniones, plantear preguntas y desarrollar estas ideas compartidas. Casi todos los días, la tecnología en la que los alumnos registran sus ideas es la pantalla de la computadora, además de la pizarra de la clase. Los alumnos debaten entre sí y añaden ideas a las indagaciones de los demás”.
Pero advierte: “A veces, la propia herramienta tecnológica puede convertirse en el centro del aprendizaje del alumno, dejando en un segundo plano las habilidades disciplinarias. En mi clase de inglés, la tecnología es un medio, no el único fin. En ocasiones, a los educadores nos cuesta encontrar el equilibrio”.
Quezzaire ve cómo los Colegios del Mundo del IB usan tecnologías para impulsar los principios fundamentales de los programas del IB, como el plurilingüismo y el desarrollo del perfil de la comunidad de aprendizaje, además de los enfoques del aprendizaje. “Los colegios utilizan herramientas para ayudar a los alumnos, pero también buscan activamente sistemas de gestión del aprendizaje y herramientas basadas en la enseñanza para registrar y analizar cómo los docentes planifican (y los alumnos utilizan) estos principios fundamentales”, señala Quezzaire.
El auge de la inteligencia artificial
Una tecnología dispuesta a revolucionar la enseñanza y la evaluación en los próximos años es la inteligencia artificial. El mercado de la inteligencia artificial en la educación estadounidense tiene una previsión de crecimiento del 47,77 % entre 2018 y 2022, según el informe del mercado de la inteligencia artificial en el sector educativo estadounidense (en inglés).
“El aprendizaje automático para la memorización y revisión de contenido se está extendiendo, principalmente en forma de libros de texto interactivos y soluciones de evaluación electrónica”, señala Quezzaire.
Luckin afirma: “Existen sistemas de inteligencia artificial que ofrecen comentarios personalizados y actividades individualizadas para ayudar a los alumnos, y facilitan información detallada a los docentes sobre el desempeño de sus alumnos. Y también hay sistemas que utilizan la inteligencia artificial para identificar los recursos más adecuados para un docente o alumno”.
Luckin sostiene que el uso de sistemas basados en inteligencia artificial para facilitar el aprendizaje del alumno dejará tiempo libre para que “los docentes se centren en cosas mucho más importantes: las habilidades y conocimientos para el siglo XXI, como la solución de problemas en colaboración, la percepción precisa de la autoeficacia y una epistemología sofisticada (para ayudarnos a saber qué es el conocimiento, qué son las pruebas y cómo podemos diferenciar la verdad de la ficción). En otras palabras, la inteligencia artificial puede ayudarnos a ser más inteligentes”.
La inteligencia artificial no va a suplantar el trabajo del docente. En lugar de eso, Luckin cree que esta tecnología puede liberar a los profesores de algunas de las cargas asociadas al mantenimiento rutinario de registros y la corrección, lo que les permitirá dedicar más tiempo a sus alumnos.
Pero también afirma que es fundamental que los docentes reciban educación sobre la inteligencia artificial y comprendan por qué los datos son importantes, cómo la inteligencia artificial procesa los datos para tomar decisiones, qué cosas no se pueden hacer con esta tecnología, cuándo hay que cuestionarla y cuándo hay que preocuparse por aceptar los términos y condiciones al utilizar cualquier herramienta tecnológica. “Necesitamos que los desarrolladores de la inteligencia artificial trabajen en estrecha colaboración con nuestros educadores para crear las mejores soluciones orientadas a la educación”, afirma Luckin.
Herramientas para favorecer la inclusión
El desarrollo del procesamiento del lenguaje natural para crear interfaces activadas por voz, como las que vemos actualmente en productos de consumo como Google Home, Alexa de Amazon y Siri de Apple, presenta un enorme potencial en el ámbito de la educación. “El uso de la voz para interactuar con la tecnología informática ofrece numerosas posibilidades que pueden contribuir a que la gente aprenda”, señala Luckin. Y puede aplicarse a la creación de experiencias de aprendizaje más inclusivas.
El IGB International School utiliza herramientas de accesibilidad que leen los textos a los alumnos o les permiten escribir por medio de la voz. “Aunque estas herramientas de accesibilidad las utilizan a menudo alumnos con problemas de aprendizaje o discapacidades, creemos que son útiles para todos”, señala Derry. El colegio también ha estado utilizando Google Home con algunos de sus grupos de menor edad como refuerzo y como medio para enseñarles habilidades de formulación de preguntas y técnicas de búsqueda.
Experiencias de realidad aumentada y virtual
El IGB International School es uno de los muchos Colegios del Mundo del IB que han estado explorando la realidad aumentada y la realidad virtual. La realidad virtual es una experiencia generada por computadora que permite a los alumnos interactuar con un mundo virtual a través de unas gafas especiales. Por su parte, la realidad aumentada emplea un teléfono o tableta y aumenta o añade algo a lo que el usuario ve en la pantalla.
“Al utilizar herramientas como Expediciones de Google, Civilisations AR y Merge Cubes, nuestros alumnos han podido visitar virtualmente lugares de todo el mundo y llevar todo tipo de productos a clase”, señala Derry. Ahora, el colegio quiere que los alumnos creen sus propias experiencias de realidad aumentada y virtual (por ejemplo, videos de 360 grados con herramientas como Panoform). “Eso les da otro espacio para demostrar su comprensión, compartir su visión del mundo o promover la empatía”, afirma Derry.
“Creemos que, aunque el uso de estas herramientas presenta muchas ventajas, la creación es mucho más estimulante e interesante, y requiere que nuestros alumnos utilicen habilidades de pensamiento de orden superior y solución de problemas”. (En la segunda parte de esta serie, explicaremos cómo puede utilizarse la realidad virtual y aumentada para facilitar la indagación).
Aumento de la interacción de los alumnos
Los programas basados en el juego (ludificación) también son herramientas de clase populares. Su uso está muy extendido para aprender a programar y diseñar en entornos virtuales, y pueden aumentar la interacción de los alumnos, así como ofrecer oportunidades para resolver problemas auténticos en muchas disciplinas.
Existen muchas herramientas gratuitas que pueden impulsar la colaboración y la discusión. La profesora de inglés Quinn señala: “Animo a mis alumnos a que utilicen Padlet para compartir ideas y temas de investigación”.
Heusterberg-Richards afirma: “A menudo utilizo GetCoffee como generador de preguntas de debate. Es sencillo y eficaz. Los alumnos pueden proponer preguntas que se introducen rápidamente en un sitio web que genera palabras de forma aleatoria. Es una manera de practicar las respuestas eficaces e instantáneas que requiere la asignatura de Inglés del Programa del Diploma (PD)”.
“Hace poco añadí FlipGrid a mi curso de Inglés del IB, porque permite a mis alumnos colaborar internacionalmente con compañeros de diferentes zonas horarias”. Esta plataforma de discusión en video permite a los educadores crear una comunidad para que los alumnos compartan sus videos.
Heusterberg-Richards añade: “En una de las clases más populares de este año, utilicé Quick, Draw! de Google para presentar el análisis literario a los alumnos de segundo año del PD. Primero jugaron con la herramienta, luego estudiaron cómo la red neuronal hacía sus conjeturas y, por último, discutieron cómo estas mismas estrategias podrían ayudar a leer detenidamente e interpretar la literatura”.
Quinn advierte que “la tecnología en las clases puede ser problemática cuando las herramientas gratuitas pasan a ser de pago o cuando se tarda más tiempo en solucionar los problemas de la herramienta que en aprender y compartir el contenido”.
Por eso, reiteramos que los colegios y los profesores deben saber por qué quieren usar una tecnología concreta y cómo esta facilitará el aprendizaje. Al mismo tiempo, las compañías de tecnología educativa deben trabajar con los colegios para desarrollar las herramientas más eficaces.
El BETT Show se celebró entre el 23 y el 26 de enero en Londres (Reino Unido). El BETT Show es el mayor evento de tecnología educativa del mundo, donde los educadores pueden conocer a más de 800 proveedores de soluciones innovadoras y asistir a charlas de expertos del sector.
Visite el sitio web de Amy Heusterberg-Richards y Vicki Quinn, I Be Learning (en inglés), donde encontrará información sobre herramientas tecnológicas gratuitas.