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Lo que aprendí de mi fracaso con mi monografía de Biología

Cada año, invitamos a un grupo de exalumnos del IB a que compartan sus experiencias, intereses y consejos con la comunidad global a través de nuestra serie de historias de graduados​. Damos la bienvenida a la graduada del Programa del Diploma (PD) del Hwa Chong International School Lim Hui Yuan, quien quiere dar unos cuantos consejos y recomendaciones a los alumnos del PD que están realizando su monografía.

Scientific accessories on the table. Education and science concept.

Contribución de Lim Hui Yuan

Estoy segura de que todos los alumnos y exalumnos del IB saben lo difícil que es realizar una monografía. Para quienes no estén familiarizados con este componente, se trata de un trabajo de investigación independiente que culmina con un informe de 4.000 palabras.

Para muchos alumnos, entre los que me incluyo, la Monografía fue un auténtico entrenamiento militar, debido al esfuerzo y la tenacidad que exige. A mí me intimidó bastante, pero he de admitir que aprendí mucho de mi fracaso. En retrospectiva, los nueve meses que dediqué a mi monografía fueron sin duda una prueba de resistencia.

Esto es lo que aprendí cuando estuve a punto de suspender mi monografía de Biología. Parte de este aprendizaje podría extrapolarse a otras asignaturas, pero casi todo está relacionado con los desafíos que yo afronté.

No siempre es fácil saber cuáles son nuestros intereses

Siempre nos dicen que debemos hacer lo que nos dicte el corazón. Que elijamos un tema que nos interese.

En ocasiones, tal vez no tengamos ni idea de lo que nos dicta el corazón ni de cuáles son nuestros intereses. A la hora de elegir una asignatura o un tema para nuestra monografía, los alumnos nos enfrentamos a un dilema similar a cuando tenemos que decidir una carrera universitaria.

Hay un sinfín de temas que podemos abordar, pero no todos ellos nos motivarán lo suficiente durante más de medio año. El tema que elegí fue “La eficacia de los extractos vegetales naturales y los desinfectantes comerciales para reducir la proliferación de bacterias”.

Me gusta pensar en ello como en una labor de jardinería. El proyecto empieza con una pequeña semilla que hay que cultivar, y una vez que el tema ha echado raíces, basta con dejarlo crecer. El resultado será una monografía que ha pasado de ser una semilla minúscula a una enorme planta que nos llena de orgullo.

Aun así, me di cuenta de que el tema es lo de menos; si nos entregamos en cuerpo y alma, no nos lamentaremos del resultado.

Preguntarse a uno mismo “¿por qué quiero hacer este proyecto” ayuda a no perder el rumbo (aunque la respuesta sea “para sacar una buena nota”).

El fracaso es un resultado más habitual que el éxito

Después de sumergirme en mi monografía de Biología, me di cuenta de lo fácil que era realizar experimentos en clase en comparación con llevar a cabo un proyecto de investigación propio. No hay ningún manual de laboratorio al que recurrir, así que tenemos que crear nuestra propia receta a partir de trabajos anteriores. Y como se trata de un experimento personalizado, nunca se sabe cuáles van a ser los resultados.

Por mucho que intentemos ajustar las variables controladas, no es posible controlar el resultado del estudio.

En mi caso, esperaba que algunos de los extractos vegetales demostraran tener propiedades antibacterianas. Sin embargo, subestimé lo traviesas que pueden ser las bacterias, que contaminaron todas mis muestras de plantas.

Había dado por sentado el éxito de mi experimento.

Este contratiempo se prolongó durante cinco meses. Llegó un punto en el que estaba tan traumatizada por ser incapaz de progresar que no podía entrar en el laboratorio. Estaba frustrada, agotada y a punto de tirar la toalla.

Ese es el momento en el que hay que tomarse un respiro para expulsar las emociones negativas y replantear la situación, incluida nuestra impresión del propio proyecto.

Aprender a avanzar

Como dijo sabiamente Ryan Higa: “Aquí tienes un puente; puedes seguir avanzando”.

Lo que haya pasado, pasado está, y lo único que podemos hacer es seguir adelante.

Después de prepararnos para empezar de nuevo, debemos activar el modo de solución de problemas y corregir nuestros procedimientos. Intentaremos identificar el problema y buscaremos posibles soluciones para solventarlo. El método de “prueba y error” es el único camino.

Planificar

Imagine que va a empezar a hacer un rompecabezas. Antes de juntar las piezas, sabe cómo va a ser la imagen final. Lo mismo ocurre con la Monografía. Hay que planificar.

Establezca plazos intermedios cuando elabore su plan de acción. La programación es fundamental para no agobiarse demasiado con la carga de trabajo (sobre todo si solo le queda un mes para redactar la Monografía después de obtener los resultados, como me ocurrió a mí).

Evite ser demasiado optimista con el progreso de sus experimentos. Yo tenía previsto y planificado que tardaría como mucho dos meses en terminar los míos, pero pasé completamente por alto determinados factores temporales, como el tiempo de incubación de las bacterias, lo que tardan en formarse las placas de agar, el horario de apertura del laboratorio (que cerraba pocas horas después de las clases) y, por supuesto, los errores.

Al principio tendrá un supervisor incordiándole todo el tiempo con el progreso de la Monografía, pero una vez terminado el curso, no habrá nadie que le sirva de alarma y la procrastinación no solo afectará a sus calificaciones.

No estamos solos en el camino

Si no fuera por mi supervisor de la Monografía y mis amigos, habría tirado la toalla.

Mi supervisor no dejó de darme ánimo y me enseñó a sobrellevar la falta inicial de resultados. Con el tiempo, aprendí que eso es lo normal en la investigación científica. Uno de mis mejores amigos, que también estaba haciendo una monografía de Biología, sacó tiempo de su ajetreado horario para enseñarme a redactar la mía (¡gracias!).

Recuerde comentar cualquier dificultad que tenga con su supervisor y sus amigos; ellos serán su pilar de apoyo.

La Monografía no solo tiene el propósito de prepararnos para realizar investigaciones de nivel universitario, sino también para adoptar una actitud de resiliencia ante la vida en general.

Sinceramente, estoy muy agradecida por haber afrontado tantos problemas durante el proceso. Es como jugar a un juego con muchos obstáculos, donde cada vez que superamos una dificultad, subimos de nivel. No soy una “leyenda”, ni mucho menos, pero estoy segura de que he superado el nivel de “principiante”

P.D.: Recuerde darse una palmadita en la espalda cuando finalice su monografía. Al fin y al cabo, le ha costado sangre, sudor y lágrimas convertir su pequeña semilla en toda una planta.

yuan square

Lim Hui Yuan es una graduada del Hwa Chong International School (Singapur). Actualmente está cursando un grado universitario en ciencias en la Universidad de Hong Kong, y ha elegido la especialidad de biología molecular y biotecnología. Le gusta experimentar con cosas nuevas y le encanta bailar y cocinar. También dedica gran parte de su tiempo a hacer maratones de series.

Para conocer mejor a los graduados del Programa del Diploma (PD), eche un vistazo a estas historias de los programas del IB. Si quiere compartir su historia como graduado del IB, escríbanos a alumni.relations@ibo.org. Agradecemos su contribución a las historias del IB y le invitamos a conectarse con nosotros a través de LinkedIn, Twitter y ahora también Instagram.

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