Trabajar con otro colegio le recordará que forma parte de una comunidad especial
Las conferencias y los talleres son magníficas herramientas de desarrollo profesional para los docentes. Sin embargo, tener la oportunidad de visitar un Colegio del Mundo del IB de otro país y trabajar en él es una experiencia de un valor incalculable, según cuenta Shelley Maximitch Johnston, del Abbotsford Senior Secondary School (Canadá).
Cómo comenzó todo
Maximitch Johnston conoció a Kim Sieminskie en 2012 durante la conferencia mundial de alumnos del IB de Vancouver (Canadá), donde trabajaron como voluntarias. Como ambas eran profesoras de Francés del Programa del Diploma (PD), tenían muchas cosas en común y enseguida congeniaron, así que se mantuvieron en contacto.
Durante una conferencia mundial de alumnos del IB celebrada en Róterdam en 2018, Sieminskie anunció que se iba a trasladar a Dubái para dar clase en el Universal American School (UAS) e invitó a Maximitch Johnston a visitarla.
En menos de 12 meses, Maximitch Johnston estaba en Dubái. Visitó el colegio durante tres días, y su estancia coincidió con las grabaciones de la evaluación oral interna de Francés de los alumnos del PD.
“Todos utilizamos la misma jerga del IB”
“Inmediatamente me sentí como en casa”, explica. “Había emprendido el viaje a Dubái justo después de terminar las grabaciones de la evaluación oral en Canadá [para la convocatoria de exámenes de mayo de 2019], así que todavía tenía en la cabeza las dudas y el nerviosismo por la concesión de notas y el uso de los criterios, entre otras cuestiones. Pero al llegar, no pude evitar sonreír al ver que todo lo que los profesores de Francés estaban viviendo en ese momento era exactamente lo mismo que había sentido yo tan solo una semana antes”.
“Como todos utilizamos la misma jerga del IB y enseñamos el mismo currículo, pude integrarme de inmediato en la conversación educativa. Todos compartimos las mismas alegrías y preocupaciones por los resultados de los alumnos en la evaluación interna y externa”.
“Podría haber tenido conversaciones idénticas con mis compañeros en una clase del Abbotsford Senior”.
Oportunidades de aprendizaje valiosas
Los alumnos del PD dieron una cálida bienvenida a Maximitch Johnston, quien pudo compartir con ellos los mismos consejos y estrategias que había enseñado a sus propios alumnos con miras a los exámenes.
“Pese a encontrarme a 11.747 km de casa, me di cuenta al instante de que todos los alumnos del IB son muy parecidos”.
“Disfruté muchísimo hablando del IB (especialmente del PD), enseñando Francés y trabajando con esta lengua”, añade.
Maximitch Johnston considera que el hecho de escuchar las grabaciones de la evaluación oral interna y discutir los criterios de evaluación del IB constituyó una oportunidad de desarrollo profesional muy valiosa para ella.
“Al hablar con otros compañeros del IB, podemos interpretar el significado de los criterios y prácticas de evaluación del IB, y comprenderlos mucho mejor”.
Sieminskie señala: “Sus conocimientos como examinadora de las pruebas 1 y 2 de Lengua B del IB fueron especialmente útiles para mí y mis alumnos”.
El mundo (del IB) es un pañuelo
Lo que Maximitch Johnston no sabía era que Ole Bernard Sealey, un antiguo compañero suyo, era el director del UAS. “El mundo del IB resultó ser un pañuelo. Sealey y yo nos conocimos trabajando en la junta directiva de la British Columbia Association of IB World Schools (BCAIBWS), relata.
La BCAIBWS es un grupo de Colegios del Mundo del IB que se reúnen, se apoyan mutuamente y crean un espacio para la colaboración entre ellos.
Como antigua presidenta y coordinadora de conferencias de los talleres de la BCAIBWS, Maximitch Johnston ha tenido la suerte de visitar un gran número de Colegios del Mundo del IB de la provincia de Columbia Británica a lo largo de los años. También es miembro de la Red de educadores del IB (IBEN).
“Cada vez que tengo la oportunidad de visitar un Colegio del Mundo del IB la aprovecho, porque las visitas siempre son una experiencia de desarrollo profesional extraordinaria”, afirma.
El colofón de la visita
Maximitch Johnston cuenta que asistir al festival de música de primavera de 2019 del UAS fue “una forma perfecta de finalizar la visita”.
Este evento organizado por los alumnos, y al que están invitados también los padres y el personal del colegio, se celebra cada invierno. “Las interpretaciones de los alumnos fueron interesantes y entretenidas”, explica Maximitch Johnston.
“Uno de los aspectos que más me gustaron del UAS es que el colegio educa a los alumnos desde preescolar hasta el último año del segundo ciclo de secundaria. Así, los educadores pueden ver el progreso de los alumnos a lo largo de los años”.
“Hay un sentido de la comunidad muy arraigado en el UAS. Esta experiencia ha sido una de las mejores actividades de desarrollo profesional que he realizado en mi vida”.