Top Nav Breadcrumb - Spanish0

Por qué deberíamos aceptar el cambio

Cada año, invitamos a un grupo de exalumnos del IB a que compartan sus experiencias, intereses y consejos con la comunidad global a través de nuestra serie de​ ​historias de graduados​. Maharani Hariga, graduada del Programa del Diploma (PD) del colegio Sekolah Pelita Harapan Sentul City (Indonesia), comparte con nosotros por qué eligió asistir a una universidad de Japón, así como las lecciones que aprendió al cambiar de carrera profesional después de su graduación.

Oita, Japan - March 16, 2017 : Faculty Offices in Ritsumeikan Asia Pacific University at Beppu, Oita, Japan.

Contribución de Maharani Hariga

“La vida comienza donde termina tu zona de confort” (Neale Donald Walsch).

He pasado la mayor parte de mi vida académica en el extranjero. Cuando me gradué del colegio de secundaria, completé mi educación de grado en la Universidad Ritsumeikan Asia Pacific (Ritsumeikan APU), en Japón. De la universidad, hice la transición a la vida profesional. Cuatro años después, nuevamente me encuentro estudiando, ahora en un programa de máster en la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido. En ambos casos elegí continuar mis estudios en el extranjero.

En Indonesia, los colegios privados internacionales ofrecen el Programa del Diploma (PD), y estudiar en el extranjero cuando se tiene el diploma del IB tiene ciertas ventajas. De hecho, es una elección obvia sin necesidad de pensarlo demasiado. Un graduado del PD podría proseguir con sus estudios en una universidad nacional, pero solo después de presentarse a los exámenes nacionales (¡más exámenes!) y legalizar su diploma (¡más trámites!). La primera vez que tomé la decisión de irme al extranjero, lo hice por razones personales y técnicas, pero jamás podría haber previsto que tendría un impacto tan duradero en mi vida, desde verme inmersa en una nueva cultura, a encontrar un trabajo y aprender a adaptarme al cambio durante el camino.

Cambio n.° 1: De “hello” a “konnichiwa”

En el año 2008, si querían estudiar en el extranjero, mis compañeros tendían a elegir Australia, Estados Unidos y Canadá. Yo supe desde el comienzo que no quería seguir al rebaño (tenía mis motivos); por lo tanto, solo presenté solicitudes de admisión a universidades de Asia. La idea era ir a un lugar donde pudiera aprender una tercera lengua adicional al indonesio y al inglés. Pese a esto, me interesaba asistir a una universidad que ofreciera el inglés como lengua de instrucción, pero que nos permitiera aprender la lengua local. Mi primera opción era el chino mandarín, y la segunda era el japonés. Me interesaba el chino mandarín porque es la lengua de mis antepasados, y el japonés porque admiraba su cultura del anime, sus videojuegos y el J-Pop.

Después de que me rechazasen dos universidades de Singapur y que me pusiera en la lista de espera una de Hong Kong, me admitieron en la Universidad Ritsumeikan APU, de Japón. En ese entonces, esta era una universidad joven: tenía menos de 10 años de antigüedad. Yo ya había oído hablar sobre la Ritsumeikan APU a un amigo cuya hermana estudiaba en esa universidad. A diferencia de la mayoría de las universidades de Japón, la Ritsumeikan APU permite elegir entre el inglés y el japonés como lengua de instrucción. Para quienes eligen el inglés, hay lecciones obligatorias de japonés que se deben aprobar para graduarse, ya que es uno de los requisitos. Esto me pareció una gran oportunidad, ya que podía estudiar para obtener mi grado y al mismo tiempo aprender una nueva lengua, sin tener que completar cursos de lenguas antes de comenzar el programa, que era lo más usual en las universidades a las que estaba solicitando admisión.

Solo tiempo después comprendí la ventaja estratégica de sumergirme en la cultura japonesa y su lengua. Japón es un gigante económico con empresas como Honda, Rakuten o Hitachi, por nombrar unas pocas, que tienen sedes repartidas por todo el mundo. Hablar japonés es una ventaja, ya que los hablantes de japonés gozan de una alta demanda laboral. Esto me ayudó a destacar en las entrevistas en japonés y a obtener mi primer trabajo en el año 2013, como miembro del equipo directivo de una empresa mercantil japonesa recién establecida en Indonesia.

Cambio n.° 2: De especialista en ciencias sociales a especialista en tecnología digital

“Abandonar una zona de confort en la que gozaba de estabilidad no fue fácil, pero me era necesario para crecer”.

Mi grado de la Universidad Ritsumeikan APU fue en Ciencias Sociales con especialización en Estudios Comparativos de Sociedad y Cultura. Tardé cuatro años en darme cuenta de que esto solo me ayudaría a alcanzar hasta cierto punto en la vida. Como miembro del equipo directivo de una empresa japonesa nueva en Indonesia, mi trabajo abarcaba todas las áreas de negocios. Esto incluía tareas de contabilidad, tributarias, contratación de nuevos empleados y resolución de problemas en el área de la informática.

Yo sabía razonablemente bien cómo solucionar problemas causados por controladores de wifi defectuosos en Windows 10 y cómo configurar las direcciones de correo electrónico de la empresa. Sin embargo, me di cuenta de mis carencias en cuanto a diseñar la arquitectura informática de la empresa. El trabajo se volvió más difícil, especialmente cuando se trataba de hacer algo para lo que no había recibido una capacitación oficial. En ese momento decidí no contratar a un especialista en informática ya que, aparte de resolver algún problema ocasional, esa persona no tendría nada que hacer excepto suplir en otras funciones. Creo firmemente que si no entendiera la tecnología y su influencia en los negocios, no tendría una ventaja competitiva en la vida.

Finalmente, decidí renunciar a mi trabajo y estudiar un máster en Comercio Electrónico e Innovación en la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido. Abandonar una zona de confort en la que gozaba de estabilidad no fue fácil, pero me era necesario para crecer. Sabía que necesitaría un período de ajuste al regresar a la vida académica tras un intervalo de cuatro años. Conocer a personas nuevas, aprender de ellas y reflexionar sobre lo que he aprendido en todo este tiempo… todo esto ha sido un proceso que me ha enseñado humildad. Nunca imaginé que diseñaría el wireframe (plano de pantalla) de una aplicación móvil como parte de una solución para turismo virtual, pero eso hice al final del programa. Esto nunca hubiera ocurrido si me hubiese quedado en mi trabajo.

¿Qué relevancia tiene esto?

“Solo cuando aceptamos el cambio podemos disfrutar y vivir el momento”.

Me hicieron muchas preguntas sobre mis decisiones de proseguir con mis estudios en Japón y de cursar el posgrado en la Universidad de Lancaster. ¿Por qué renuncié a la ventaja de transferir los créditos del IB para sumergirme en una nueva lengua y experiencia cultural? (Nota: en ese momento, transferir créditos de un curso del PD no era habitual en la Universidad Ritsumeikan APU). ¿Por qué elegí la Universidad de Lancaster y no Londres?

Suelo responder, “porque esa universidad es la única que imparte el programa que deseaba estudiar”. Pero, aparte de esta respuesta técnica y obvia, en última instancia se trata de sumergirse en lo desconocido, como Simbad el Marino, quien sabía que cada viaje implica una aventura, navegar hacia las aguas inexploradas del mar. Lo emocionante radica en el hecho de ver qué hay más allá del camino.

La vida no siempre tiene que estar demarcada. Es fantástico si tienen su proyecto de vida claro hasta el último detalle (lo que facilita elegir qué estudiar durante la educación superior). Sin embargo, para quienes no tienen la fortuna de tener un proyecto claro: no tengan miedo. Tenemos la capacidad de adaptarnos al cambio, lo que es necesario para crecer como personas. Los intereses y las aspiraciones cambian y, además, hay factores externos que tal vez no habíamos considerado y que influyen en nuestro camino. Solo cuando aceptamos el cambio podemos disfrutar y vivir el momento.

maharani pic

Maharani Hariga se graduó en el Sekolah Pelita Harapan Sentul City (Indonesia). Después, se trasladó a Japón para estudiar un grado en la Universidad Ritsumeikan Asia Pacific, y luego al Reino Unido para cursar un posgrado en la Universidad de Lancaster. Sus intereses giran en torno a la comparación de lenguas, la comunicación intercultural, la educación internacional y el gato Pusheen. Actualmente está intentando crear su propia empresa en el Reino Unido. Puede ponerse en contacto con ella a través de LinkedIn.

Para conocer mejor a los graduados del Programa del Diploma (PD), eche un vistazo a estas historias de los programas del IB. Si quiere compartir su historia como graduado del IB, escríbanos a alumni.relations@ibo.org. Agradecemos su contribución a las historias del IB y le invitamos a conectarse con nosotros a través de LinkedIn, Twitter y ahora también Instagram.

Si le gustó esta historia, le recomendamos las siguientes: