Un graduado del Programa del Diploma (PD) recicla más de 2.200 kg de residuos electrónicos en todo el mundo con la ayuda de otros activistas.
Vivimos en una era de consumismo acelerado. Los fabricantes pueden producir tecnologías de nueva generación en ciclos más cortos, pero, en este proceso, se generan millones de toneladas de residuos electrónicos, lo que incrementa la contaminación ambiental y sus devastadores efectos. En un intento por revertir esta situación, Rishit Jain, un recién graduado del Programa del Diploma (PD) del Pathways World School Aravali (India), decidió tomar medidas.
Lo que comenzó como un proyecto escolar en 2016 se ha convertido en una iniciativa global denominada REUSE Orbis (“mundo” en latín), en la que participan muchos otros jóvenes de todo el mundo.
REUSE Orbis actúa de intermediario entre los consumidores de tecnologías y las empresas de reciclaje autorizadas por el Gobierno. Los alumnos se encargan de recolectar materiales electrónicos desechados (residuos electrónicos) y las empresas de reciclaje los clasifican y extraen de ellos metales para fundirlos. “El material recuperado se revende en mercados”, explica Rishit. “Así, en lugar de seguir extrayendo recursos finitos de la tierra para producir el nuevo modelo de teléfono inteligente, se reutilizan los minerales disponibles”.
Hasta la fecha, REUSE Orbis ha reciclado cerca de 2.300 kg de residuos electrónicos en Estados Unidos, China y varios estados de la India. Rishit también ha fundado REUSE SEA (Acelerador de Emprendimiento Social, por sus siglas en inglés), que ayuda a emprendedores sociales en ciernes a diseñar modelos sustentables y a recibir financiación de los directores generales de algunas de las compañías más importantes de la India para introducirse en el mercado.
Rishit utilizó una estrategia muy audaz cuando fundó REUSE Orbis. Imprimió la palabra “REUSE” (reutilizar) en un papel verde, se lo pegó en la camiseta y se paseó por los mercados locales con una caja de cartón en busca de residuos electrónicos. Se acercaba a los encargados de las tiendas con un discurso de un minuto sobre cómo podrían contribuir a salvar el mundo.
Los miembros de su comunidad siempre demostraban apoyo a la iniciativa y depositaban sus residuos electrónicos. “La colaboración nos ayudó mucho a ampliar nuestros proyectos. Aunque al principio solo conseguíamos entre 20 y 30 kg de residuos, eso nos motivaba para seguir intentando aumentar la cantidad de material recolectado y llegar a otras sociedades e instituciones”, señala Rishit.
“También hemos establecido asociaciones con fábricas, que visitamos periódicamente para recolectar residuos electrónicos”.
Otros compañeros defensores de la causa que han oído hablar de REUSE Orbis se han unido a la organización, aunque tienen flexibilidad para programar y diseñar sus propios proyectos, lo cual hace que la experiencia sea más estimulante e interesante. “Se han creado proyectos de sensibilización únicos, como el del grupo de universitarios de Texas que ha creado obras de arte con residuos electrónicos o el de la producción de artículos para recaudar fondos en la India”, explica Rishit.
REUSE Orbis ha llegado muy lejos. Ahora los alumnos organizan campañas de sensibilización y recoleccción de material en oficinas de empresas, donde explican a los empleados los riesgos que presentan los residuos electrónicos. “También hemos establecido asociaciones con fábricas, que visitamos periódicamente para recolectar residuos electrónicos”.
Rishit tiene planeado expandir REUSE Orbis por más países del mundo. “Mi idea es que REUSE se convierta en un referente de emprendimiento social para jóvenes de todo el mundo, y amplíe su ecosistema de alumnos ambiciosos, entusiastas y brillantes. Eso nos permitiría impulsar nuestros proyectos actuales, facilitar el reciclaje de muchos más residuos electrónicos, crear conciencia a través de plataformas mucho más grandes y lograr que más emprendedores sociales jóvenes se unan a nuestro programa SEA”.
Actualmente, Rishit estudia Economía en la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Ha utilizado los conocimientos adquiridos en su experiencia como emprendedor social y está interesado en formarse mejor en el área financiera, “más concretamente, en el ámbito de la innovación financiera relacionada con la estructuración de productos”, señala. “Así podré comprender cómo se puede utilizar el poder de los incentivos financieros en beneficio de la sociedad y el medio ambiente”.
Este artículo forma parte de una serie de historias de la revista IB World, concebida para dar a conocer las extraordinarias iniciativas que están llevando a cabo alumnos y educadores del IB de todo el mundo. Siga estas historias en Twitter: @IBorganization, #IBcommunitystories. Si desea compartir experiencias e historias extraordinarias, escriba a [email protected].