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Las siete principales inquietudes que plantea el uso de la tecnología

El profesor de filosofía Jordan Shapiro afirma que los niños deben usar más tecnología, y no menos. Sin embargo, este planteamiento suscita un cierto recelo, según comenta a la revista IB World.

Philosophy professor and author of the New Childhood, Jordan Shapiro / Credits: Jordan Shapiro.

Jordan Shapiro, profesor de filosofía y autor de New Childhood. Imagen cedida por Jordan Shapiro.

“La tecnología ha llegado para quedarse y es inútil luchar contra ello”, afirma Jordan Shapiro, un prestigioso pensador en materia de educación, infancia y tecnología, y profesor asistente de filosofía en la Universidad del Temple (EE. UU.). Aunque comprende la preocupación de los padres y educadores por el impacto que la tecnología digital tiene en los niños, cree que se debe cultivar su interés por los dispositivos digitales, los juegos y la integración. Es la única manera de prepararlos para un futuro digital inevitable.

En su último libro, The New Childhood: Raising Kids to Thrive in a Connected World, sostiene: “Su labor como progenitor no es evitar la irrupción de herramientas desconocidas en su imagen nostálgica de la infancia ideal, ni preservar la impecable división entre el trabajo y el hogar de la era victoriana. Su labor es preparar a sus hijos para vivir de manera ética, coherente y satisfactoria en un mundo en constante cambio”.

Jordan Shapiro's new book

Último libro de Jordan Shapiro: The New Childhood: Raising Kids to Thrive in a Connected World. Imagen cedida por Jordan Shapiro.

Arguye que si los padres no permiten a sus hijos usar sus dispositivos para llevar a cabo actividades como jugar, los privarán de la práctica creativa lúdica que, en opinión de los educadores, impulsa la agencia y la autonomía.

En una conversación con la editora de la revista IB World, Sophie-Marie Odum, Shapiro aborda algunas de las dudas que albergan los padres y educadores sobre el uso de la tecnología en el colegio y el hogar.

Las siete inquietudes sobre el uso de la tecnología

La tecnología afecta a las habilidades sociales y tiene la culpa de los problemas de salud mental de los adolescentes.

“Hay muchísimos investigadores que han intentado demostrar esta afirmación, pero no se ha realizado ningún estudio concluyente”.

“Existen diferentes tipos de inquietudes que observamos con mucha frecuencia. Una de ellas tiene que ver con la interacción de ‘servicio y devolución’. Se trata de la interacción bidireccional que se produce entre los adultos y los niños pequeños, la cual es fundamental para el desarrollo de las habilidades sociales que esperamos ver en los adolescentes. Muchos investigadores han intentado demostrar que cuando los niños utilizan dispositivos, no practican lo suficiente este tipo de interacción”.

“Pero la realidad es que no existe una correlación de 1 a 1 en este aspecto. Por ejemplo, los padres pueden ofrecer a los niños una interacción de ‘servicio y devolución’ ininterrumpida durante ocho horas al día, seguida de cuatro horas de tiempo frente a una pantalla. Sin embargo, no existen pruebas que demuestren que ese tiempo frente a la pantalla tenga un impacto negativo. La única preocupación es que el tiempo frente a la pantalla vaya en detrimento de la interacción fundamental y necesaria de ‘servicio y devolución”.

Multiplayer game Minecraft

Videojuego multijugador Minecraft. Imagen obtenida de Pinterest.

Multiplayer game Fortnite

Videojuego multijugador Fortnite. Imagen obtenida de Cloud City.

Multiplayer game League of Legends / Credits:

Videojuego multijugador League of Legends. Imagen obtenida de Pinterest.

“Los videojuegos multijugador como Fortnite ofrecen a los niños la oportunidad de aprender, experimentar y jugar en un mundo en línea en el que pueden hablar e interactuar con personas reales. Aprenden habilidades de comunicación y resolución de conflictos, las cuales son sumamente valiosas de cara al futuro”.

“Otra de las inquietudes comunes tiene que ver con la obesidad y el sedentarismo. Existe la creencia de que, si los niños no utilizaran sus dispositivos, se irían al aire libre a montar en bici. Pero esta premisa no tiene por qué ser cierta; no existe una relación causal directa. Es más, aunque las pantallas desplazaran otras actividades más saludables, eso no significa que tengamos que limitar su uso. En lugar de eso, deberíamos plantearnos cómo podemos promover el ejercicio físico”.

“Sí, claro que el tiempo frente a la pantalla presenta desafíos que debemos abordar. Sin embargo, las investigaciones no demuestran que tenga un impacto negativo en el bienestar o favorezca la obesidad infantil”.

La tecnología hace que los niños sean menos empáticos.

“No hay ningún estudio que demuestre que esa afirmación sea cierta o concluyente. Por el contrario, existen estudios que apuntan a que las vidas virtuales favorecen la empatía porque la tecnología nos conecta con personas diferentes a nosotros. No puedo decir si eso es verdad, ya que la cantidad de estudios que lo confirman y lo desmienten es muy similar”.

“El problema es que la comunidad científica no tiene una comprensión plena de lo que significa ‘empatía’. Siempre tendemos a concluir que la empatía es algo bueno (hipótesis del altruismo empático), pero no existen pruebas reales que apunten a que la empatía dé lugar a la solidaridad en todos los casos”.

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Amigos usando la tecnología para comunicarse con sus seres queridos.

“Cuando comprendamos lo que es la empatía, tal vez aprendamos a desarrollarla más a través de la interacción textual que con el contacto visual. Sé que cuando leo una novela, puedo sentir empatía hacia el personaje, aunque nunca haya tenido contacto visual con él”.

Es necesario limitar el tiempo frente a la pantalla para controlar el uso de la tecnología.

“Obviamente, tenemos que establecer ciertos límites en el uso de la tecnología—entre otras cosas, para controlar qué hacen los niños con ella—y asegurarnos de que lo hagan de forma inteligente, ética, compasiva, amable y positiva. Sin embargo, estoy en contra de limitar el tiempo frente a la pantalla porque no creo que esa estrategia sea razonable”.

“Se trata de hacer lo más adecuado para los niños. No se han establecido límites de tiempo claros y no hay pruebas que demuestren que una cantidad de tiempo sea más positiva que otra. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado recientemente una guía para niños pequeños, pero muchos expertos la han cuestionado alegando que no hay suficientes pruebas que la respalden”.

“Lo que tenemos que hacer es enseñar a los niños a usar la tecnología de la manera adecuada, y el tiempo no tiene nada que ver con eso. Habrá unas actividades que tendrán que hacer durante horas y otras que no deberían prolongarse durante mucho tiempo”.

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Una niña pequeña jugando con una tableta.

Jugar en clase implica utilizar videojuegos como Minecraft o Fortnite.

“Cuando los docentes oyen hablar de jugar en clase, piensan que se trata de usar videojuegos, cuando no es así. Se puede jugar utilizando una presentación de PowerPoint o una hoja de cálculo de Excel”.

“La tecnología gira en torno al aprendizaje. La razón que explica el gusto de los niños por los videojuegos es que estos les permiten aprender a un ritmo vertiginoso y les ofrecen lo siguiente:

Comentarios continuos.

Inmersión total.

Un aprendizaje más rápido y eficaz.

“Para que el aprendizaje sea divertido, los niños deben percibir un interés inmediato en ellos, algo que no solemos proporcionarles. El videojuego Minecraft es un ejemplo extremo. Es un buen recurso para utilizar de vez en cuando con los niños pequeños, ya que es entretenido, permite explorar con la imaginación y también puede integrar muchos otros objetivos de aprendizaje, como las matemáticas, la empatía y la creatividad”.

No obstante, si es el único recurso que utilizamos, tendremos un verdadero problema.

“Lo ideal es integrar de manera holística las herramientas tecnológicas en los procesos de aprendizaje existentes. Por ejemplo, la enseñanza de las matemáticas a los niños pequeños consiste principalmente en clasificar objetos por colores y formas. ¿Por qué no les enseñamos también a utilizar una hoja de cálculo proyectada en una pantalla? ¿O a dibujar una hoja de cálculo en una pizarra? Los adultos utilizamos las hojas de cálculo como una herramienta de clasificación, entre otras cosas. Imagine lo bien que dominaríamos las hojas de cálculo si nos hubieran enseñado a utilizarlas de pequeños”.

Wide Angle View Of High School Students Sitting At Desks In Classroom Using Laptops

Alumnos de secundaria utilizando herramientas tecnológicas en clase.

“Gran parte de lo que hacemos en los colegios se basa en transmitir a los niños los conocimientos humanos fundamentales y enseñarles a utilizarlos con una serie de herramientas concretas. En matemáticas, no usamos el ábaco porque ya no es la herramienta más útil para cumplir nuestro objetivo. Creo que si aprendemos a integrar nuevas herramientas, se valorará más la educación clásica en matemáticas y aumentará el interés de los alumnos”.

“No estoy sugiriendo que cambiemos las matemáticas, sino que las abordemos de maneras diferentes y aprovechemos lo que ya sabemos. Por ejemplo, aunque creo que es importante que mis hijos aprendan la división larga, se trata solo de teoría. Solo existe para garantizar que la entienden, así que no es una habilidad que necesiten dominar. Lo que sí necesitan dominar es el uso de las hojas de cálculo”.

La enseñanza requiere usar las últimas tecnologías.

“Existe una brecha digital en lo que respecta al acceso a las herramientas disponibles. Pero cualquiera puede enseñar a los niños a pensar de maneras coherentes con la lógica intrínseca de un mundo conectado. Esto se puede lograr con pocas herramientas digitales o incluso cuando se carece de ellas”.

“Yo doy clase en la universidad y apenas cuento con herramientas tecnológicas en el aula. Se trata de enseñar una manera de pensar y establecer conexiones. Adquirir conocimientos en una biblioteca puede ser tan valioso como obtenerlos de Internet, siempre y cuando se aprendan las formas de interactuar con la información propias del siglo XXI”.

“La brecha digital se hace más visible a la hora de examinar a quienes tienen más oportunidades de jugar con las últimas tecnologías. Los niños que experimentan continuamente con herramientas tecnológicas tendrán una mejor comprensión”.

La tecnología tiene la culpa de que los niños lean menos.

“Otra de las preocupaciones radica en la disyuntiva entre las habilidades tecnológicas y manuales. Sin embargo, en este caso, ambas van de la mano. La realidad es que ahora hay más personas que interactúan con más texto que nunca. Muchos se empeñan en que los videojuegos o los teléfonos tienen la culpa de que los niños no lean suficientes libros, pero los estudios demuestran sistemáticamente que la mayoría de los adultos tampoco lo hacen”.

“Los padres y los educadores deben predicar con el ejemplo. Queremos que los niños sepan que tienen autonomía en lo que respecta al uso de la tecnología”.

Grandmother reading a book to her granddaughter. Family holiday and togetherness.

Una abuela leyendo un libro a su nieta.

El sector de la educación no sigue el ritmo de la evolución tecnológica.

“La educación avanza al ritmo de los descubrimientos. Antes de lanzarnos de cabeza y seguir cualquier tendencia, debemos asegurarnos de que lo que se enseña es apropiado. La educación afecta a generaciones de personas y a su manera de entender cuestiones importantes, como la ética, los principios morales, la personalidad, el carácter y los tipos de individuos que habitan nuestro mundo. Por tanto, debemos abordar la tecnología muy lentamente y con mucha cautela”.

Si desea obtener más información sobre cómo educar a los niños en un mundo digital, hágase con un ejemplar del libro de Jordan Shapiro.

¿De qué maneras utiliza la tecnología para ayudar a los alumnos a prosperar en el siglo XXI? Cuéntenoslo en la sección de comentarios👇🏼