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¿Quiere eliminar los plásticos de un solo uso? Descubra cómo hacerlo

El International School of Geneva (Ecolint) comparte su iniciativa destinada a eliminar los plásticos de un solo uso para servir de inspiración a otros colegios.

Miembros de EcoCREW en la kermés.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la mitad del plástico que se produce está diseñado para usarse una sola vez. Más del 99 % del plástico está fabricado con sustancias químicas derivadas del petróleo, el gas natural y el carbón, las cuales contribuyen al calentamiento global. Ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, lo que causa el deterioro de la vida marina. Los microplásticos que se infiltran en el suministro de agua y la cadena alimentaria también ponen en riesgo la salud humana.

Estos alarmantes datos están llevando a que cada vez más alumnos de todo el mundo tomen medidas para proteger el medio ambiente y demuestren que sus iniciativas de cambio son una posibilidad real. El International School of Geneva (Ecolint), en Suiza, ha eliminado los plásticos de un solo uso de su sede, lo cual supuso una tarea titánica.

EcoCREW

Jan Dijkstra, coordinador de sustentabilidad y profesor de Matemáticas y Teoría del Conocimiento (TdC), puso en marcha la iniciativa para eliminar el plástico del colegio en septiembre de 2017. “Los colegios y los educadores deben actuar ante estos problemas crecientes. Actualmente, los alumnos están al tanto de todas las noticias a través de las redes sociales, y creo que sería irresponsable por parte de los colegios no permitirles dar una respuesta local a las cuestiones globales”, señala.

Él y uno de sus compañeros se reunieron en primer lugar con la exalumna del Ecolint Alexis McGivern, que trabaja en el ámbito de la sustentabilidad, para discutir cómo podría implementarse un plan. El director de la sede apoyó la iniciativa al instante, pero según afirma Dijkstra, subestimaron la magnitud del desafío que suponía el objetivo planteado.

“La iniciativa en su conjunto ha sido muy positiva para la cohesión de la comunidad escolar.”

El primer paso fue informar del objetivo a toda la comunidad a través del boletín semanal del colegio. Dicho objetivo era eliminar, en un plazo de seis meses, todos los artículos de plástico que no fueran imprescindibles, como las pajitas, los vasos de plástico desechables, las botellas de un solo uso, las tapas de plástico y los cubiertos desechables, y señalar el impacto de la contaminación que generan. El plan ganó impulso cuando se compartió en los medios sociales del colegio.

El paso clave era formar un equipo integrado por alumnos, padres y el responsable de las instalaciones de la sede para ponerlo en marcha. Dijkstra contó con la colaboración de EcoCREW, un comité de alumnos formado por voluntarios del Programa de los Años Intermedios (PAI) y el Programa del Diploma (PD). La iniciativa brindó a los alumnos la oportunidad de demostrar varios atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB. El año pasado, seis alumnos trabajaron en su proyecto de Creatividad, Actividad y Servicio (CAS) a través de EcoCREW.

Dijkstra afirma: “Los alumnos demostraron ser íntegros y solidarios al participar en el proyecto, pero también lograron ser más equilibrados cuando hicieron cambios en sus vidas y compartieron la iniciativa con sus familiares y amigos. También desarrollaron el atributo que los anima a ser individuos informados e instruidos”.

“Hacemos hincapié en la necesidad de asumir riesgos al interactuar con la comunidad; pedimos a los alumnos que se comuniquen con los padres y sus compañeros durante los eventos del colegio. Su tarea principal es separar residuos, lo cual genera tanto elogios como respuestas menos halagadoras, y eso da pie a la reflexión”.

Cambio de comportamiento

El colegio ha prohibido la venta de bebidas en botellas de polietileno tereftalato (PET) tanto en la cafetería como en las máquinas expendedoras. Ahora, los alumnos y el personal llevan sus propias botellas reutilizables y beben agua de las fuentes.

Otras iniciativas no han sido tan fáciles de implementar. Con la ayuda del proveedor de comidas y bebidas Novae, el colegio ha encontrado alternativas a los tentempiés, helados, yogures y otros productos envasados en plástico. Por ejemplo, ahora el equipo de Novae distribuye el yogur en pequeños recipientes compostables, en lugar de venderlo en raciones individuales. Dijkstra afirma que todo el equipo ha aceptado el proyecto con entusiasmo y ha encontrado soluciones a problemas que en un principio parecían insalvables.

“Este es un proceso continuo para todos nosotros. No es una iniciativa para un año, por lo que debemos integrarla en la comunidad escolar.”

A lo largo del proceso, Dijkstra ha descubierto que los envases biodegradables no son la mejor solución, ya que su eliminación requiere unas condiciones especiales, tales como una temperatura superior a los 40ºC, que rara vez se alcanzan en la cadena de desecho. Por tanto, el colegio ha optado, en la medida de lo posible, por los materiales compostables, que se descomponen solos de manera natural y aportan nutrientes adicionales al suelo.

La eliminación de los plásticos de un solo uso en los grandes eventos de la asociación de padres y profesores, como la kermés anual, también supuso un desafío. “Abordar los problemas de uno en uno e invitar a los alumnos y los miembros de la asociación de padres y profesores a proponer sus ideas permitió crear una visión común y un compromiso compartido”, señala.

La asociación de padres y profesores decidió comprar vasos reutilizables y venderlos a los invitados a su llegada. La idea era que se los llevaran a casa, los lavaran y los guardaran para próximos eventos. Las botellas de refrescos individuales se han sustituido por latas, que son más fáciles de reciclar y tienen un impacto negativo menor. Los cubiertos y los platos son ahora de materiales compostables o biodegradables. El equipo de EcoCREW ayuda en los eventos separando los residuos en un punto limpio.

Difusión del mensaje

La iniciativa en su conjunto ha sido muy positiva para la cohesión de la comunidad escolar. “En realidad, este ha sido el aspecto más sorprendente. Cuando empezamos, nuestro objetivo era reducir los plásticos de un solo uso. Para conseguirlo, teníamos que hablar con diferentes grupos de interés y lograr que se comprometieran. En ese proceso, identificamos un propósito común, el cual se ha extendido al uso de los edificios, la energía y el transporte, y nos está ayudando a abordar otros aspectos de la sustentabilidad que también afectan a la vida escolar”, afirma.

A partir de las enseñanzas del proyecto, la exalumna Alexis McGivern ha ayudado a crear un recurso en línea gratuito para colegios con la ayuda de la Gallifrey Foundation. La plataforma proporciona una “metodología autogestionada para ayudar a los colegios a reducir los plásticos de un solo uso en sus sedes”. De momento, ya se han inscrito 43 instituciones educativas. También se ha puesto en marcha el proyecto Eyes on plastic para que la gente siga participando ahora que muchos alumnos y profesores están trabajando desde casa como consecuencia del brote de la COVID-19.

“Este es un proceso continuo para todos nosotros. No es una iniciativa para un año, por lo que debemos integrarla en la comunidad escolar, que cambia cada curso académico”, señala Dijkstra. “Esperamos que cientos de colegios sigan nuestro ejemplo y den a sus alumnos las herramientas necesarias para influir de manera positiva en el mundo actual”.

Miembros de EcoCREW separando residuos durante el picnic.

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