Continuamos con la serie sobre el personal del IB hablando con Sean Rankin, jefe de autorización, para conocer mejor su trabajo. Sean nos cuenta cómo ha adaptado su equipo el proceso de autorización para ayudar a los colegios a implementar los programas del IB de forma satisfactoria.
La autorización es un servicio que ofrece el IB para ayudar a los colegios a impartir la educación del IB en su comunidad. Como docente, coordinador de programa y director, Sean ha visto el impacto del IB desde la perspectiva de los colegios, así como desde los diferentes cargos que ha desempeñado en la organización.
¿Qué aspecto clave de su trabajo ha cambiado debido a la COVID-19?
El cambio más importante en la autorización debido a la COVID-19 ha ocurrido en el proceso de visitas de verificación. Tuvimos que modificar algunas partes del proceso para poder seguir ayudando a los colegios y, a la vez, asegurarnos de abordar la situación de una manera ágil. Así que consideramos implementar visitas virtuales. Realmente no ha sido una tarea fácil establecer un proceso que permita que los colegios progresen y, a la vez, que garantice que cumplan con las normas y los requisitos del IB.
«Hemos comprobado que verdaderamente es posible aunar los esfuerzos de toda la comunidad en este periodo tan difícil.»
Estoy profundamente orgulloso de mi equipo y de mis colegas de la división de colegios que hicieron que esto fuera posible rápidamente para que los colegios pudieran seguir avanzando hacia la autorización. Analizamos las tendencias en las contribuciones de los colegios y de nuestros educadores, y propusimos algunas acciones que podíamos implementar de manera proactiva, basándonos en lo que habíamos visto. Ahora disponemos de una serie de videos en Internet sobre elementos específicos de los programas, y documentos de buenas prácticas sugeridas por docentes y colegios.
Hemos comprobado que verdaderamente es posible aunar los esfuerzos de toda la comunidad en este periodo tan difícil. La autorización es un proceso colaborativo. Nuestra función principal es ayudar a los colegios, y es algo que nos apasiona. Nos encanta trabajar con ellos en la implementación de una educación del IB realmente auténtica para su comunidad. Creo que si se plantea de ese modo, como una asociación, suele haber menos reticencia a pedir ayuda. Cuando un colegio se pone en contacto con nosotros para decirnos: “Nos está costando establecer qué se entiende por inclusión en el PEP. ¿Pueden ayudarnos con eso?”, no lo consideramos una debilidad, sino un punto fuerte.
¿Puede darnos un ejemplo de una visita de autorización reciente?
Uno de los primeros colegios que teníamos previsto visitar tuvo que cerrar justo antes de la fecha de la visita debido a una decisión del Ministerio. Esto dificultó bastante su situación. Era una visita para el Programa del Diploma (PD) y tenían alumnos del Programa de los Años Intermedios (PAI) que estaban a punto de graduarse y esperaban poder estudiar el PD el próximo año. Si no se podía continuar con la visita, peligraba la posibilidad de que el colegio ofreciera a sus alumnos un camino para acceder a la educación superior. Entonces, trabajamos con ellos y consideramos el proceso virtual existente y su contexto específico. Les preguntamos si habría alguien en el colegio, ya fueran alumnos o personal directivo. La colaboración en esa etapa muy temprana se hizo con un equipo directivo reducido en el colegio, de unas cuatro personas, y el resto participó de forma remota. Preparamos la visita y los miembros del equipo directivo estaban juntos en una sala para la parte que requería que alguien estuviera presente en el colegio. Pudieron llevarnos en un recorrido exhaustivo por el colegio, mostrarnos los laboratorios y todos los diferentes elementos de las instalaciones que solemos verificar. Después, nos reunimos con la comunidad escolar utilizando herramientas virtuales.
¿Qué consejo les daría a los colegios que están empezando el proceso de autorización?
» Otra excelente manera de ver el efecto positivo que tiene la educación del IB es verlo en la práctica, hablar con los docentes y con el personal directivo que ya la imparten, y, si es posible, también con los alumnos.»
Impartir los programas del IB puede ser una experiencia transformadora para los colegios y, para algunos de ellos, es una manera de mejorar y fortalecer algunas de las buenas prácticas que ya tienen. Es muy importante que los colegios que estén considerando los programas del IB piensen en su contexto y en cómo funcionará esta educación en su comunidad escolar. Creo que para hacerse una buena idea de ello, lo primero es hablar con el personal que brinda apoyo a los colegios. Tenemos un equipo de desarrollo extraordinario que puede colaborar estrechamente con ellos para ayudarles a entender cómo podría ser la educación del IB en su comunidad escolar y abordar cualquier aspecto contextual que surja. Otra excelente manera de ver el efecto positivo que tiene la educación del IB es verlo en la práctica, hablar con los docentes y con el personal directivo que ya la imparten, y, si es posible, también con los alumnos.
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