Le damos la bienvenida a Cecilia Villavicencio, graduada del Programa del Diploma (PD) del Instituto Santa Brígida, que nos cuenta cómo pasó de ser alumna del IB a convertirse en directora académica. Es la primera vez que participa en nuestra serie de historias de graduados.
En 1995, fui uno de los tres alumnos que obtuvieron el diploma del IB en el Instituto Santa Brígida, donde estudié toda mi vida. Estaba claro que iba a cursar el Programa del Diploma completo, así que ni siquiera lo pensé antes de empezar, y nunca me he arrepentido de esa decisión. El IB es la experiencia educativa más relevante que he tenido hasta hoy. No recuerdo haberme agotado o estresado mientras cursaba el programa, que estaba articulado con el currículo nacional del resto de los alumnos. Mi calificación fue 37. Además, estaba preparándome para una competición de danza al mismo tiempo que estudiaba para los exámenes finales. En ese entonces, imaginaba mis exámenes viajando por todo el mundo. Desde la perspectiva de una adolescente de los años noventa, el modo en que ocurrían estas cosas era algo desconocido. Ni siquiera sé cómo llegaron los resultados a mi colegio, ¿habrá sido por fax? Recuerdo que estaba en mi casa, en enero (verano aquí), y recibí una llamada telefónica de alguien del colegio que me comunicó los resultados.
De alumna a impulsora del IB
«El cuidado propio y el equilibrio forman parte de mi vocabulario diario, y deseo ayudar a los alumnos a formarse de manera integral”.
Diez años después de obtener mi diploma, solicité un puesto de trabajo para formar parte del personal del IB. No tenía idea de que (en ese momento) había una oficina del IB en Buenos Aires, y tampoco sabía que existían otros dos programas del IB (el Programa de la Escuela Primaria (PEP) y el Programa de los Años Intermedios (PAI), en 2006). Era nueva en el mundo de la educación. Había sido nueva en otros ámbitos antes, así que ya sabía que tenía que estudiar todo para estar bien informada y hacer un buen trabajo. Mi mentora fue Marta Rodger (la directora regional de IB América Latina en ese momento). Yo era responsable del proceso de evaluación del Programa del Diploma (PD) y trabajaba con todos los colegios autorizados a ofrecer el programa en la región. Cuando la región pasó a ser IB Américas, continué haciendo el mismo trabajo para los 1.200 colegios autorizados, de Canadá a Chile. Formé a coordinadores experimentados para que se convirtieran en educadores del IB y dirigí el taller “La evaluación del PD” en América Latina tantas veces que creo que llegué a conocer a todos los coordinadores de PD de la región. Inspeccionaba convocatorias de exámenes del IB y siempre les explicaba a los coordinadores qué hacer y cómo hacerlo.
De impulsora del IB vivir el IB en el colegio
Si bien estaba muy conectada con el PD y los coordinadores desde mi puesto en el IB, nunca había sido coordinadora del programa ni había entrado en un colegio para conocer su funcionamiento cotidiano. Aproveché la oportunidad de mudarme a España, donde fui coordinadora de PD durante cinco años (que se sintieron como diez años de experiencia). Los primeros cuatro años fueron los más difíciles porque sabía lo que tenía que hacer, pero no lo había hecho nunca. No quería decepcionar a aquellos que me habían contratado por mi experiencia en el IB. Con la ayuda de mi colega Teresa Torres y el apoyo de la directora Maricruz Lagar, logré sobrevivir y adaptarme; desarrollé habilidades de liderazgo que desconocía que tenía; estreché vínculos con el equipo de docentes, y me convertí en una especie de madre escolar para mis alumnos del programa. Vi a profesores y alumnos lidiar con la carga de trabajo, el estrés y el agotamiento, y supe que quería ayudar a la comunidad escolar a que experimentaran lo mismo que yo cuando cursaba el PD.
De vivir el IB en el colegio a ser parte del equipo directivo
Ahora ya no soy coordinadora del PD, pero sigo en contacto con el programa en el colegio donde trabajo como educadora del IB. Estoy a cargo del área académica de un colegio privado de Argentina y dirijo un equipo grande de docentes de preescolar, primaria y secundaria. Descubrí mi misión cuando vivía en España, con la ayuda de un orientador profesional. Me cuido a mí misma, me aseguro de trabajar la cantidad de horas necesarias y promuevo esta misma idea entre colegas, docentes y alumnos. Entiendo que no es una tarea fácil en un mundo que vive ocupado. El cuidado propio y el equilibrio forman parte de mi vocabulario diario, y deseo ayudar a los alumnos a formarse de manera integral.
Cecilia Villavicencio es graduada del Programa del Diploma (PD) del Instituto Santa Brígida de Buenos Aires (Argentina). En 2006, pasó a formar parte del personal del IB y estuvo a cargo del proceso de evaluación del PD en todos los colegios de América. En 2013, empezó a trabajar como coordinadora del PD en el Colegio Internacional SEK-Ciudalcampo en Madrid (España). En la actualidad, es directora académica del Colegio San Ignacio en Río Cuarto (Argentina).
Para conocer mejor a los graduados del Programa del Diploma (PD), eche un vistazo a estas historias de los programas del IB. Si quiere compartir su historia como graduado del IB, escríbanos a [email protected]. Agradecemos su contribución a las historias del IB y le invitamos a conectarse con nosotros a través de LinkedIn, Twitter y ahora también Instagram.
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