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La importancia de priorizar lo que dicen los alumnos y las necesidades de los colegios: Lecciones aprendidas en el POP

La pandemia de la COVID-19 (Coronavirus) está transformando la educación en formas sin precedentes. El equipo del Programa de Orientación Profesional (POP) se ha centrado en apoyar a los colegios con los cambios ocurridos en una gran variedad de contextos de enseñanza y aprendizaje. Estamos tomando medidas para trabajar con nuestra comunidad y reflexionar acerca de lo que puede suponer “la nueva realidad” en el futuro próximo. ¿Qué lecciones hemos aprendido hasta ahora?

Lessons learned from CP schools during the COVID-19 pandemic

Los colegios que imparten el POP han demostrado que forman parte de la vanguardia de la innovación en las prácticas de enseñanza y aprendizaje, la integración de la enseñanza digital y la gestión de la incertidumbre.[1] Sin embargo, el 2020 ha puesto a prueba a los colegios más adaptables y creativos, nos ha hecho cuestionar el ritual de la enseñanza y ha dado pie a conversaciones sobre qué y cómo aprender.

Según datos de la OCDE (en inglés), la mayoría de los gobiernos invierten solamente entre el 2 y el 4,5 % de su PIB en educación.[2] Teniendo en cuenta lo ocurrido en los últimos seis meses, esta cifra no parece suficiente para abordar el gran número de nuevos desafíos que afrontan los colegios en cada aspecto de la vida escolar. Los diseñadores del currículo del POP han venido escuchando activamente a los colegios y las comunidades profesionales de aprendizaje para definir las prioridades y las medidas que se deben adoptar para hacer evolucionar nuestra concepción del programa.

¿Qué hemos aprendido de los colegios que imparten el POP?

La prioridad para los educadores del POP es el bienestar de los alumnos, los profesores, la comunidad y el mundo en general, como lo destacan en sus conversaciones. Queda claro que esta crisis sanitaria global ha tenido un impacto en todos los aspectos de nuestra vida, pero también resulta alentador saber que los colegios están afrontando el reto de seguir contribuyendo al desarrollo de sus alumnos y sus comunidades. Un maravilloso ejemplo de ello es la experiencia de Lanna Sayles, graduada de la promoción de 2020 del Prem Tinsulanonda International School (Tailandia), que recibió una beca para estudiar retórica y estudios de medios en el Lewis & Clark College de Portland (EE. UU). Ella atribuye su logro a las experiencias únicas que le brindó el POP y al apoyo constante que recibió de sus mentores del colegio a través de Zoom durante todo el programa hasta la ceremonia de graduación virtual.

Este ejemplo de práctica creativa también suscita preguntas sobre el acceso al aprendizaje. Está claro que la flexibilidad es una característica clave de la enseñanza actualmente. Los alumnos deben tener acceso a los materiales necesarios en diferentes momentos y maneras en función de su situación. Actualmente estamos aprendiendo más acerca de la desigualdad en el acceso a las herramientas y equipos digitales. No todos los alumnos pueden acceder a la tecnología necesaria para conectarse a las clases en línea o completar las actividades de aprendizaje como de costumbre. A medida que el aprendizaje sigue patrones impredecibles en muchos contextos operativos y espaciales, nos estamos centrando más en problemas de accesibilidad e igualdad a la hora de diseñar nuevos recursos.

Sabemos que hay colegios que imparten el POP que utilizan la publicación del Foro Económico Mundial sobre las lecciones aprendidas de la pandemia. Esa organización ha encontrado que muchos sistemas globales de educación no le dan prioridad al bienestar emocional de los alumnos. La ansiedad, la incertidumbre y el miedo causados por la pandemia se han convertido en desafíos muy reales para los colegios.

En este artículo (en inglés), Katy Farber, educadora con más de 20 años de experiencia y autora de tres libros sobre educación, hace hincapié en que en este período las familias y los docentes deben colaborar para crear planes de aprendizaje que sirvan de apoyo a los alumnos.

“Estamos atravesando un trauma colectivo en cámara lenta”.

Al planificar el futuro, es necesario dirigir más recursos y atención a la salud mental, los factores ambientales y las conversaciones sobre temas difíciles como la pérdida, el duelo y los problemas sociales. Lanna considera que la colaboración es, en efecto, lo que nos permitirá superar esos desafíos juntos.

¿Qué hemos aprendido en el IB?

En la preparación del documento de orientación para el aprendizaje remoto del POP, identificamos el riesgo clave del regreso al aprendizaje pasivo en un aula tradicional. Es importante centrarse en proporcionar recursos y apoyo que permitan a los alumnos continuar su trayectoria de aprendizaje en el IB y conectarse de manera informal con sus compañeros y adultos del colegio, ya sea por chat o videoconferencia, en las clases en línea o en espacios seguros designados.

Estamos centrándonos en nuestro cometido de abordar los problemas de desigualdad que la pandemia ha exacerbado. Consideramos importante trabajar de cerca con los colegios para afrontar los asuntos emergentes y reducir esta desigualdad al mínimo. Con ese fin, estamos explorando enfoques de enseñanza más centrados en el contexto local y en la justicia social.

¿Cómo es el futuro inmediato del POP?

Nuestros planes no contemplan un retorno a la normalidad del pasado. Estamos considerando las necesidades del presente y el diseño futuro del programa, y canalizando más energía y recursos para trabajar directamente con los colegios. También estamos abordando la cuestión de si los sistemas de evaluación que hemos utilizado hasta ahora servirán para apoyar el aprendizaje activo en el futuro.

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