Georgia Fullarton, docente en formación del certificado del IB de la Universidad de Dundee, realizó sus prácticas virtuales en el International School of Como. Georgia reflexiona sobre el valor de la agencia de los alumnos, la creación de una comunidad y la colaboración para la enseñanza virtual, destrezas que espera seguir aplicando en el aula.
Nos hemos comunicado con educadores, docentes en formación y colegios para conocer mejor las repercusiones que la pandemia de la COVID-19 (coronavirus) está teniendo en la educación. Encontrará otras perspectivas de esta serie aquí.
¿Cuáles fueron los desafíos del aprendizaje a distancia y de la realización de prácticas en línea?
Georgia Fullarton: Tras el cierre de muchos colegios debido a la pandemia de la COVID-19 (coronavirus), mis planes de realizar mis prácticas en un colegio quedaron suspendidos. Posteriormente, muchos colegios decidieron recurrir al aprendizaje en línea, y estoy muy agradecida de haber experimentado esto de primera mano como docente en formación.
En los últimos meses, he tenido el gran placer de aprender junto con los alumnos y el personal del International School of Como. La mayor parte de las clases se han realizado a través de Zoom, y los materiales y videos se han publicado en muros virtuales de Padlet para quienes no hayan podido asistir a las sesiones virtuales. En el caso de los alumnos que no tienen acceso a Internet, sus padres y el colegio podían coordinar alguna solución alternativa, lo que garantizaba que el aprendizaje estuviera al alcance de todos.
Ha sido interesante observar la transición del aprendizaje presencial en el colegio al aprendizaje a distancia durante una época comprensiblemente incierta, tensa y confusa tanto para los alumnos como para el personal. A pesar de esto, la mayoría de los alumnos lo han asimilado con calma y han asistido puntualmente a las clases en línea, demostrando mucho entusiasmo, concentración y ganas de aprender. El trabajo producido ha sido de gran calidad, y está claro que los alumnos continúan trabajando duro incluso con las sesiones en línea.
“La experiencia me ha demostrado que muchas dificultades que consideraba asociadas al aprendizaje a distancia no se han presentado”.
No estoy tratando de minimizar el desafío que implica el aprendizaje a distancia, ni sugerir que es análogo al aprendizaje y la enseñanza presenciales. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que muchas dificultades que consideraba asociadas al aprendizaje a distancia no se han presentado. Es interesante ver que cada “dificultad”, por decirlo de algún modo, que he observado o afrontado no es exclusiva del aprendizaje a distancia y, de hecho, también se presenta en el aula tradicional.
En ocasiones, ha sido complicado lograr que algunos alumnos participen en la clase, y he observado que los alumnos que responden a menudo son los mismos que lo hacen habitualmente mientras sus compañeros se sientan en silencio. Para intentar superar esto, he ensayado diferentes estilos y enfoques de la enseñanza, en un esfuerzo por entender qué funcionaba mejor con el grupo de alumnos con el que estaba trabajando en ese momento; esto es exactamente lo mismo que habría hecho en una práctica presencial en un colegio. No obstante, sí percibí lo difícil que resulta para los profesores evaluar los trabajos. Algunos alumnos trabajaban de forma totalmente independiente, mientras que otros contaban con el apoyo constante de sus padres. Esto hace que reflexionar adecuadamente sobre el progreso de los alumnos sea un proceso delicado.
¿Qué diferencias espera encontrar entre la enseñanza en el aula durante sus prácticas del IB el próximo año y el sistema de educación virtual que acaba de observar?
Tengo muchos deseos de visitar el colegio el próximo año, para poder observar directamente el aprendizaje presencial en el aula y compararlo con el aprendizaje a distancia. Durante mi experiencia de aprendizaje a distancia, me complació sobremanera descubrir que el aprendizaje basado en la indagación estaba presente en la mayoría de las clases. Según mi experiencia previa en el aula y mis conversaciones con educadores del IB, este tipo de aprendizaje es incluso más marcado en las clases presenciales; por lo tanto, espero con ansias ver cómo dicho aprendizaje cobra más protagonismo.
“Me intriga descubrir cómo se adaptarán los alumnos a los cambios que se darán con el regreso a la enseñanza presencial”.
Además, el próximo año espero ver que el aprendizaje colaborativo se intensifique aún más. Incluso en un contexto de aprendizaje en línea y a distancia, he observado a los alumnos trabajando juntos en salas virtuales para grupos reducidos y en discusiones con toda la clase dirigidas por los propios alumnos. Comprendo que esto se facilitará aún más en una clase presencial, por lo que doy por hecho que también será más frecuente.
Durante mi práctica virtual, tuve la suerte de ver las presentaciones de la exposición del sexto año del Programa de la Escuela Primaria (PEP), algo que, supongo, será muy diferente en un entorno presencial. Los alumnos contarán con más opciones de formato para su presentación y tendrán la oportunidad de ver cómo participan sus compañeros mientras exponen, algo que no fue posible en la exposición virtual de este año. Sin embargo, no es difícil identificar los aspectos positivos de la exposición de este año, propios de una presentación virtual. En este año vimos a familias, amigos y otros alumnos del IB repartidos por todo el mundo reunirse para ver las exposiciones y aportar sus comentarios a los alumnos del sexto año. Me encantó ver el gran apoyo que recibieron de lugares cercanos y lejanos.
Me intriga descubrir cómo se adaptarán los alumnos a los cambios que se darán con el regreso a la enseñanza presencial. Además, será interesante comparar la educación presencial con mis experiencias escolares en Escocia.
¿Qué consejo daría a otros futuros educadores a la hora de adaptarse a las diferencias existentes entre la educación virtual y la presencial?
En términos generales, considero que el personal docente ha hecho todo lo posible para que la transición entre el aprendizaje presencial y el aprendizaje a distancia sea lo más fluida posible para los alumnos. Huelga decir que si bien el aprendizaje y la enseñanza pueden haber experimentado algunas modificaciones, parece ser esencial mantener un cierto grado de familiaridad y una rutina. Por lo tanto, el personal ha seguido utilizando y fomentando el uso de vocabulario y gestualidad conocidos, y ha continuado empleando el sistema Golden Time1 y lecciones especializadas cuando ha sido posible.
“Conozcan a los alumnos de su clase, los recursos de los que disponen, su estilo de aprendizaje preferido y la estructura con la que están familiarizados”.
En cuanto a consejos, recordemos que este ha sido, y continúa siendo, un período de incertidumbre y una experiencia totalmente nueva para todos. Para mí, lo más importante sería abordar la enseñanza con una mente abierta. Al igual que con la instrucción presencial, cada clase será diferente. Conozcan a los alumnos de su clase, los recursos de los que disponen, su estilo de aprendizaje preferido y la estructura con la que están familiarizados. No todo resultará a la primera oportunidad y no todos los alumnos harán todas y cada una de las tareas que se les asignen. Céntrense en la agencia de los alumnos, enséñenles a ser responsables y fomenten su independencia. Es igualmente importante seguir promoviendo el sentido de pertenencia y conexión como lo harían normalmente. En una época en la que el contacto humano y la conexión entre las personas están más limitados, es más importante que nunca mantener el contacto con los alumnos y escucharlos. Esto, a su vez, debería favorecer la motivación, la participación y los deseos de aprender.
Algo que se ha reiterado una y otra vez en el transcurso de esta situación y que se me ha quedado grabado es que no todo el aprendizaje tiene lugar entre las cuatro paredes de un aula. Ahora los alumnos están aprendiendo más que nunca: se están volviendo más audaces, sumergiéndose en nuevas experiencias y desarrollando muchas de sus destrezas. Creo que es esencial que nosotros, como educadores, jamás olvidemos esto.
Georgia Fullarton está realizando su máster en Educación en la Universidad de Dundee (Escocia).
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