El Arc-en-Ciel International School (Togo) ha creado programas de televisión educativos durante el confinamiento para ayudar a ofrecer una educación de calidad al mayor número posible de alumnos de la comunidad, explica Taid Rahimi.
Contribución de Taid Rahimi 
En el Arc-en-Ciel International School de Lomé (Togo), tenemos la misión de formar a personas capaces de contribuir a su comunidad. Es más, como institución, nosotros también debemos desarrollar esa capacidad.
Esta reflexión fue el punto de partida para la creación de la ONG Arc-en-Ciel, que brinda apoyo a los educadores de comunidades con pocos recursos desde hace diez años. En el currículo nacional togolés se aplican algunas de las normas pedagógicas del IB, y la ONG organiza sesiones de capacitación docente y lleva a cabo un seguimiento de los colegios asociados para ofrecer una educación de calidad accesible a un mayor número de alumnos.
Como consecuencia del brote de la COVID-19 (coronavirus) y el cierre de los colegios, estas actividades de apoyo quedaron suspendidas en un principio. Sin embargo, tras numerosas consultas, nos dimos cuenta de que lo que teníamos que hacer era adaptar nuestra respuesta, así que decidimos ayudar a los niños de los colegios locales publicando videos educativos diarios en plataformas de redes sociales.
Ampliar el alcance
No tardamos en darnos cuenta de que este servicio debería estar al alcance del mayor número posible de alumnos. Así pues, a través de nuestra ONG, nos asociamos con un canal de televisión regional para producir videos y emitirlos. Un docente de nuestro colegio ejerce de asesor pedagógico para los programas, y ofrece orientación a los docentes de los colegios asociados que presentan los videos.
La idea no solo era llegar a los niños que no tienen acceso a Internet para estudiar, sino también dar a conocer el enfoque pedagógico del IB. Desde junio, llevamos produciendo 80 minutos de programación a la semana para cuatro niveles de preescolar y primaria, con contenidos de lectura, matemáticas y ciencias. Cada programa incluye también una sección de fábulas.
Dado que se trata de enseñanza por televisión, nos centramos con demasiada frecuencia en los aspectos puramente académicos. Sin embargo, en los momentos de estrés y dificultades, como esta pandemia, parece importante alimentar no solo el intelecto, sino también el corazón y el alma de los niños. La pandemia ha exigido una enorme capacidad de resiliencia a las personas, y esta se basa en la capacidad moral, es decir, en cualidades como la voluntad de servicio, la bondad, la paciencia, el respeto, la búsqueda de la verdad, la justicia, la humildad, etc. Estos elementos se enseñan a través de fábulas tomadas de diferentes culturas, como La liebre y la tortuga y El patito feo, pero también de relatos tradicionales de África occidental, como El sapo y la cabra y Anansi, la araña.
Hemos aprendido mucho sobre cómo transmitir conceptos, conocimientos, actitudes y competencias a través del formato televisivo. Nos centramos en desarrollar la autonomía de los alumnos y en estimular su interés. Sin duda, desarrollar una agencia personal auténtica a través de una pantalla de televisión ha supuesto un desafío que pocos proyectos de educación de este tipo han podido superar. Nos propusimos diseñar cada una de las lecciones partiendo de la premisa de que los padres no iban a estar allí para ayudar a los niños a entenderlas. Fue así como establecimos el ritmo, los objetivos, el enfoque y el lenguaje de las lecciones.
Nos aseguramos de que los docentes se tomaran el tiempo necesario para explicar cada concepto o instrucción de manera muy clara y fácil de seguir, repitiéndolos todas las veces necesarias y siempre con una demostración. En televisión, no se necesitan pizarras físicas ni digitales. Los docentes disponen de todo el material que necesitan antes de la grabación. Por ejemplo, si van a explicar la superficie de un cilindro, tienen un cilindro; si van a hablar de la letra “B”, usan una banana.
Reflexionar sobre la experiencia
Este proyecto nos ha permitido reflexionar más a fondo sobre el papel del colegio en el desarrollo de una comunidad. Hemos explorado maneras de cerrar la brecha tecnológica que puede impedir que las comunidades más vulnerables se beneficien de una educación de calidad.
La iniciativa ha demostrado que es posible llegar a muchos niños (más allá de los que estudian en colegios exclusivos) con muy poca inversión económica. Para ponerla en marcha, fue necesario realizar un verdadero esfuerzo conjunto con el objeto de movilizar nuestros recursos locales.
Continuaremos con la producción hasta diciembre de 2020, pues es probable que el servicio siga siendo de utilidad a las familias en vista de la evolución de la pandemia. También queremos crear un programa de radio educativo para cerrar otra brecha entre las poblaciones rurales y urbanas, o incluso entre las familias ricas y las pobres: el derecho a recibir una educación de calidad.
Taid Rahimi es el director del Arc-en-Ciel International School de Lomé (Togo) desde 2009. Ha desempeñado este cargo durante todo el proceso de autorización del Programa de la Escuela Primaria (PEP) y el Programa de los Años Intermedios (PAI), y ha sido coordinador del Programa del Diploma (PD) durante el proceso de autoevaluación. Como director, no solo se esfuerza por mejorar los resultados en la evaluación externa del PAI y el PD, sino también por crear una cultura escolar que permita alcanzar un nivel de calidad educativa sustentable en el tiempo mediante el desarrollo del talento local. También colabora con varios colegios de Haití, Gabón y la República Centroafricana para implementar estos principios. Nació en Irán (Oriente Medio), creció en Togo (África occidental) y ha estudiado y trabajado en Suiza y Estados Unidos. Todas estas experiencias han influido en su visión de la educación intelectual y moral para el siglo XXI.
Este artículo forma parte de una serie de historias de la revista IB World, concebida para dar a conocer las extraordinarias iniciativas que están llevando a cabo alumnos y educadores del IB de todo el mundo. Puede seguir estas historias en Twitter, LinkedIn, Instagram y YouTube, y escribirnos para contarnos la suya.
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