La integridad académica se basa en la honestidad y se espera que todos los miembros de la comunidad del Bachillerato Internacional (IB) sepan distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Toda la comunidad del IB debe ser capaz de comportarse de forma honrada, responsable y ética. En esta entrevista de dos partes, planteamos a Celina Garza, responsable de integridad académica del IB, varias preguntas sobre la importancia de la integridad académica. Lea el segundo blog aquí.
¿Qué significa actuar con integridad?
Celina: El significado de “actuar con integridad” no siempre está claro, ya que se puede decir que cada uno de nosotros, dependiendo de nuestra cultura y contexto, tenemos una idea diferente sobre este concepto. Básicamente, actuar con integridad requiere aceptar el reto individual de comportarse de acuerdo con unos valores éticos estrictos y sentirse orgulloso de la decisión tomada, teniendo la seguridad de que ello forja relaciones de confianza con los demás.
La integridad es una habilidad fundamental para la vida y está incluida en el perfil de la comunidad de aprendizaje del IB. El propósito de dicho perfil, entre otros, es formar personas “íntegras”. Todos los miembros de la comunidad del IB “actuamos con integridad y honradez, con un profundo sentido de la equidad, la justicia y el respeto por la dignidad y los derechos de las personas en todo el mundo. Asumimos la responsabilidad de nuestros propios actos y sus consecuencias”.
¿Cómo define el IB la “integridad académica”?
Celina: El IB define la integridad académica como un principio rector en el ámbito educativo que consiste en tomar la determinación de comportarse de una manera responsable y que inspire la confianza de los demás. Constituye la base de la toma de decisiones y el comportamiento éticos, y da lugar a trabajos académicos caracterizados por su legitimidad, autenticidad y probidad.
La integridad académica, sin embargo, va más allá de una definición y de una política escolar bien estructurada: debe formar parte de la “cultura ética” de cualquier institución educativa, desde escuelas primarias hasta universidades. La integridad académica es una obligación que toda la comunidad escolar debe aceptar y fomentar, con el fin de que los alumnos continúen cumpliendo estrictamente este principio en el futuro, ya sea en la educación superior o en el mundo laboral.
¿Cómo pueden los Colegios del Mundo del IB promover la integridad académica?
Celina: Construir y adoptar una cultura de integridad académica requiere una estrategia a nivel escolar que combine políticas y buenas prácticas académicas. El personal de dirección del colegio debe tener una visión clara y definida de lo que quiere que los miembros de su comunidad escolar logren a largo plazo.
Un elemento fundamental en la estrategia del colegio es la política de integridad académica, que todos los miembros de la comunidad escolar deben crear y apoyar. La política debe describir de forma clara las responsabilidades del personal de dirección del colegio, los docentes y los alumnos, así como las consecuencias que se deben enfrentar cuando no se cumpla la política.
Los docentes deben estar debidamente capacitados y los alumnos deben recibir apoyo para desarrollar las habilidades que necesitan para completar trabajos académicos, no solo en lo que respecta a evitar el plagio, sino también en la elaboración de trabajos auténticos y genuinos.
Los docentes son los más indicados para identificar los puntos fuertes y débiles de sus alumnos, ya que, a lo largo del ciclo de enseñanza, pueden familiarizarse con el estilo de escritura de sus alumnos e identificar trabajos que se diferencien de los anteriores. Esto es especialmente importante debido a que existen muchos servicios en Internet donde “escritores fantasmas” producen documentos a cambio de una remuneración y, cuando los alumnos se sienten bajo presión, pueden utilizar un trabajo encargado como propio.
¿Es Internet más bien una ayuda o un obstáculo en lo que respecta a la integridad académica?
Celina: En la era digital, en la que el acceso a la información está a nuestro alcance y en la que la interacción con personas de todo el mundo es tan fácil, hemos observado que actualmente Internet facilita hacer trampas. Por supuesto, el plagio ha existido siempre, pero, antes de Internet, el alumno tenía que hacer un esfuerzo mayor para pasar el texto de los libros o artículos a su trabajo. Hoy en día, la información se puede pasar a un trabajo simplemente usando los atajos de copiar y pegar. Las redes sociales también han dado paso a otro tipo de trampas, como compartir información de exámenes en directo. Por otro lado, debe informarse a los alumnos de los riesgos de los sitios web (¿o son empresas?) que, en teoría, ofrecen “ayuda”: muchos de ellos requieren que el alumno cargue un trabajo a cambio de darle acceso al repositorio del sitio. De hecho, algunos de esos sitios web incluso informan a los usuarios en la letra pequeña de sus condiciones que dichos trabajos se someterán posteriormente a la revisión de un software para detectar plagios, lo que volverá a poner ese trabajo en el dominio público. Los servicios que ofrecen a los alumnos trabajos o acceso al repositorio de su sitio web a cambio de dinero, es decir, los servicios de venta de trabajos académicos, son también una amenaza cada vez mayor para la integridad académica. Estas empresas utilizan tácticas agresivas de marketing en línea y se dirigen a los alumnos hacia el final del semestre, cuando se sienten más presionados para cumplir los plazos de entrega.
Debemos ayudar a los alumnos a entender los beneficios de esas oportunidades, pero también los grandes riesgos que conllevan. A través de la enseñanza y el aprendizaje podemos crear una cultura en la que se comprenda y valore la integridad académica.