Un concurso organizado recientemente por Peace Talks y Africa Learning International invitó a estudiantes africanos(as) de colegios internacionales de África y del mundo entero a hablar sobre la paz. El certamen llevó el nombre de “Paz, tienes mi palabra”, y 60 estudiantes lo utilizaron como una oportunidad para compartir su visión de su propio continente. De este modo, se hizo patente la diversidad de las jóvenes voces africanas en todo el mundo y se vio a las claras que la juventud africana está atenta y se está haciendo oír.
Estelle Baroung Hughes, directora de secundaria del International School of Dakar (Senegal) y fundadora de Africa Learning International, comparte algunos comentarios estimulantes y a veces inesperados extraídos de los materiales presentados en el concurso.
Paz y belleza
Ewuraba Benyarko, de 17 años, ganadora del certamen y estudiante del Tema International School (Ghana), destacó la importancia de que las mujeres africanas sientan amor propio y cómo esto contribuye a la paz interior:
“Ella sabía quién era, y eso era suficiente. Calidez infinita en sus ojos. Piel de chocolate que condensaba una divina serenidad. Su origen hablaba muy alto. Su presencia despertaba curiosidad. Pero era más que eso. Ella encarnaba lo que otros ansiaban. Era mujer. Era una mujer africana; un reflejo de paz incuestionable”.
Georgette Margna, de 14 años, ganó la medalla de oro en la categoría “Mi propia definición de paz”, estudia en el Enko Ouaga International School (Burkina Faso). Georgette habla de serenidad y usa una metáfora cálida, conectada al concepto de ubuntu, para describir cómo es la paz:
“La paz es como un árbol que plantamos en una comunidad, regamos, protegemos todos los días y vemos crecer con paciencia y amor, para un día cosechar sus frutos”.
La conexión entre la paz y la conciencia plena se expresa de manera especialmente acertada en el texto de Sanskriti Thakur, de 17 años, estudiante del Sekolah Global School (Indonesia). Sanskriti evoca la observación silenciosa de un objeto bello como fuente de serena alegría:
“La paz es la vasija de porcelana decorativa de mi madre. Las huellas de las líneas blancas se funden sin esfuerzo con el azul y así cuentan historias atemporales de la humanidad. La vasija está vacía, hueca por dentro; la rodea la oscuridad. Son los matices de blanco y azul los que, juntos, le dan a la vasija alma, significado, vida”.
La paz como responsabilidad humana y política
En los textos de los(as) estudiantes se palpa la sed de paz. Estos hijos e hijas del continente africano tienen consciencia pero también cansancio ante las trabas artificiales que obstruyen la paz.
Diego Nwokolo, de 17 años, estudiante del Tema International School (Ghana), valora el poder de la paz como cemento social, y hace un llamado a todas las personas a ser promotoras de la paz:
“En nuestro mundo lleno de guerra, la paz es sumamente deseada pero difícil de lograr; pareciera que no hay suficiente paz. Pero yo creo que la paz puede ser grande o pequeña; se puede ver en todo un país o en pequeños momentos. Es la presencia de la solidaridad social, las personas que se reconocen unas a otras como seres humanos, que comparten una preocupación por el mutuo bienestar”.
Fafa Metognon, de 13 años, procedente de Benín y estudiante del Enko WACA International School (Senegal), comparte esta visión. Fafa plasma la responsabilidad que compartimos de cultivar la paz en este poema:
“La paz es alguien
Que solo dice lo que tiene en el corazón
Que no espera sino que ofrece ayudar
La paz puedes ser tú, la paz puedo ser yo
Depende de ti, de quién quieres ser”.
El impulso de actuar se hace más urgente al leer a Khadijah Azeez, una estudiante nigeriana de 16 años de London Academy, en Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Khadijah aboga fervientemente por el fin de la discriminación generalizada que sufren las mujeres africanas en el continente, y sostiene que esta es la clave para evitar que las comunidades se derrumben:
“Si no se da un trato igualitario a las mujeres, no puede haber paz. La violencia contra las mujeres africanas es lo opuesto a la paz. Es preciso olvidar las viejas tradiciones sexistas. Las mujeres africanas han logrado muchísimo por sí mismas, independientemente de las dificultades; ellas hacen avanzar a África, como continente, hacia la paz, paso a paso”.
Tsiony, de 18 años, del United World College Maastricht (Países Bajos), representa cabalmente al alumnado del UWC; con autoridad y claridad, exige una toma de conciencia y un cambio:
“Lo que ocurre con la paz en el continente africano es que, desde el momento mismo en que nos pusieron los grilletes y nos llevaron por la fuerza a tierras lejanas, el conflicto y el sufrimiento se hicieron inevitables. Dicen que los colonizadores se fueron, que el país es nuestro; pero todavía subsisten estructuras centenarias que garantizan que, hagamos lo que hagamos, sigamos fracasando y sufriendo”.
Gracias a este certamen, ha quedado claro que la educación internacional está en crecimiento y evolución en África. ¿Cuál es la mejor manera de dar reconocimiento y apoyo a estos nuevos colegios internacionales? ¿Cómo brindar a los(as) estudiantes la oportunidad de brillar que tanto desean? Para responder a estas preguntas, los colegios internacionales deben hacer lo siguiente:
- Crear foros donde los(as) jóvenes puedan hablar de la paz como una perspectiva central para generar cambios. La paz abarca todo y es la mejor forma de marcar una diferencia que perdure.
- Buscar oportunidades para que todos el alumnado reflexione sobre su propia identidad personal. Este concurso se centró en las voces africanas; otros proyectos podrían arrojar luz sobre la indigeneidad, el género, la orientación sexual u otras identidades personales que el alumnado pudiera querer explorar.
- Desarticular el afropesimismo en el currículo. En lugar de mostrar solo una África que sufre, compartir la belleza de los valores africanos y mostrar a los africanos uniéndose para resolver sus problemas geopolíticos, ambientales y sociales.
En los materiales presentados al certamen se percibió una enorme gama de emociones. Agradecemos a quienes participaron y esperamos que vuelvan a escribir el año próximo. No podría haber una conclusión mejor que la expresada en las palabras de Sarah Zoungrana, de 12 años, alumna del Enko Ouaga International School (Burkina Faso). La reflexión de Sarah recoge la esencia de las ideas de los(as) demás jóvenes:
“La paz es el pan de cada día que todo el mundo necesita hoy, pero lo que se vende es la guerra. Se dio libertad a todos, pero se usa para que nosotros mismos nos hagamos prisioneros. La paz no consiste únicamente en vivir con tranquilidad o ser feliz, sino también en hacer justicia. Somos capaces de todo pero juntos, no solos. Trabajando codo con codo”.
Estelle Baroung Hughes es directora de secundaria del International School of Dakar (Senegal). Asimismo, es presidenta de Africa Learning International, una organización no gubernamental enfocada en el cuarto objetivo de desarrollo sostenible (educación de calidad para todos) de las Naciones Unidas. A Estelle le apasiona la escritura y la música, áreas que explora en su blog literario, en su trabajo con el premio literario “Les afriques” y en la escritura de musicales interculturales para colegios. Como ciudadana camerunesa, Estelle se inspiró en la riqueza cultural de su país, donde se hablan 250 idiomas, y en su experiencia con la educación internacional para crear de manera conjunta el curso TWICE, donde la enseñanza incluye e integra las culturas. Estelle es enérgica y creativa en su ambición de cambiar la educación para cada estudiante, cada docente y cada colegio.