Para el IB, es fundamental proporcionar a sus estudiantes las herramientas y los recursos necesarios para ampliar sus horizontes académicos y aprender sobre sí mismos/as. Los alumnos y alumnas deben sentir seguridad en su propia identidad y a la hora de aprovechar sus habilidades para alcanzar el éxito.
El perfil de la comunidad de aprendizaje del IB sirve de guía al alumnado para crecer con confianza y convertirse en miembros responsables de la sociedad. Sin embargo, a mucha gente puede resultarle difícil desarrollar la seguridad en uno mismo. Según Sammie Walker, exalumna del PD, merece la pena el esfuerzo.
Sammie es asesora sobre confianza y oratoria. Le pedimos que nos hablara de sus conocimientos sobre confianza, sus enseñanzas principales y sus experiencias en el IB. Para empezar, comparte algunos de sus consejos para adquirir más confianza, especialmente al hablar en público.
¿Qué consejos daría para adquirir confianza?
“He descubierto que la seguridad en uno mismo y la autoconfianza son dos cosas distintas. La seguridad consiste en proyectar esa sensación de sentirse capaz de hacer algo. En cambio, la autoconfianza es la capacidad interna de autocontrol, de decir ‘pase lo que pase, voy a estar bien, voy a ser capaz de controlar la situación’. Cuanto más confía una persona en sí misma, más segura se siente al tomar decisiones y hacerse cargo de su vida. Es muy importante poner en práctica la autoconfianza.
”Hay un ejercicio que recomiendo que haga todo el mundo, ya que ayuda a desarrollar confianza y habilidades para hablar en público o de forma improvisada. Consiste en grabarse todos los días con la computadora o el teléfono y practicar respondiendo de tres a cinco preguntas al azar. Las preguntas pueden variar, desde ‘Hábleme de un objetivo que haya logrado el año pasado’ a ‘¿Cuál es la nube más fascinante que ha visto?’. Mi recomendación es hacer esta práctica a diario, de modo que se pueda afirmar ‘Me he comprometido a hacer esto durante un mes’, lo que desarrolla la autoconfianza y la disciplina”.
Háblenos de su experiencia en el IB.
“Me encantó la educación secundaria y la experiencia en el IB. Podía incorporar mi propia experiencia personal y mis propios valores a lo que hacía. Por ejemplo, podías hacer proyectos personales que eran verdaderamente personales y resolver o abordar alguna cuestión que fuera pertinente para tu vida.
”Acabé haciéndome cargo del Club de Amigos de los Animales del IB. Era una organización de voluntariado. Todas las semanas íbamos a la Sociedad de Animales de Palm Valley y trabajábamos de forma voluntaria. Yo pensaba: ‘Esto me importa, puedo hacerlo’. Muchas veces sentía que podía hacer algo o que podía intentar algo. Pienso en muchos de los casos de aprendizaje experiencial o de aprendizaje basado en proyectos. Me resultaba tan normal que lo daba por sentado y no me daba cuenta de que tal vez otros/as estudiantes no habían tenido las mismas experiencias”.
¿Cómo comenzó en el ámbito del asesoramiento?
“A los 18 años, empecé a trabajar en el Centro de Desarrollo Profesional y Laboral de Carnegie Mellon como orientadora profesional para estudiantes. Daba presentaciones, revisaba currículums y me relacionaba con estudiantes de posgrado. Fue una experiencia increíble que me preparó muy bien para mi futura labor de asesoramiento. Más tarde, en la Universidad de Slippery Rock, estudié un máster en Asuntos Estudiantiles en la Educación Superior, con un trasfondo en asesoramiento. No tenía una especialización secundaria, pero cursé muchas asignaturas. Aunque en ese momento no me dedicaba al asesoramiento profesional, ya estaba adquiriendo muchas de las habilidades que necesitaría para convertirme en asesora y desarrollar empatía”.
¿Cómo contribuyó el PD a desarrollar su confianza y, por ende, a que mejorara como asesora y oradora?
“Como sabe, hay 10 atributos en el perfil de la comunidad de aprendizaje del IB. Me otorgaron un reconocimiento por ‘demostrar razonamiento’. La verdad es que no me lo esperaba. Fue genial saber que mis docentes veían muchas cosas en mí que tal vez yo no era capaz de ver en ese momento. Sinceramente, en eso consiste el asesoramiento: en ver en una persona mucho más de lo que ella puede ver porque cuentas con la experiencia para conocer todas las habilidades secundarias utilizadas.
”El PD se enseñaba en un espacio muy pequeño e íntimo en el que todo el mundo se conocía. Era como una empresa emergente. Trabajas con un grupo pequeño y, al desarrollar relaciones estrechas, también adquieres habilidades de gestión de relaciones. Entonces no era consciente, pero ya me estaba convirtiendo en una líder. Otras personas confiaban en mí y estaba desarrollando la capacidad para ser más yo misma, especialmente siendo una persona extravertida.
”Creo que la experiencia del IB a veces te da mucho espacio para reflexionar sobre ti misma y sobre tus propios valores. Tienes oportunidades para pensar: ‘¿Refleja esto mi integridad o no?’. A lo largo de mi experiencia en el PD, una de las cosas más importantes que descubrí sobre mí misma es que realmente soy una persona extravertida. Pero eso no significa que sea más segura. Lo que me da más seguridad es comprender quién soy en realidad (y eso también es lo que me hace mejor oradora). Para mí, a la hora de hablar en público, la autenticidad es uno de los aspectos más importantes que tener en cuenta”.
Sammie Walker Herrera (ella), asesora sobre confianza y oratoria, es mexicoamericana y vive en Texas (EE. UU). Se graduó del McAllen High School en 2012. Estudió un grado en Psicología y un grado en Estudios Hispanos en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (EE. UU). Posteriormente, obtuvo un máster en Asuntos Estudiantiles en la Educación Superior en la Universidad Slippery Rock (EE. UU). Entre sus pasiones se encuentran el asesoramiento, la oratoria, la comedia de improvisación y los bailes latinos. Entre su clientela actual se encuentran responsables de tecnología de Amazon, Oracle, Google y Microsoft, entre otras empresas, que desean mejorar sus habilidades para hablar en público y de forma improvisada.