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La inteligencia artificial en la evaluación y la educación del IB: ¿crisis u oportunidad?

Los últimos avances en los programas de inteligencia artificial que pueden redactar respuestas largas y elaboradas han generado un gran debate e interés.

Matt Glanville, Director de evaluación del IB, comparte su opinión sobre el impacto a corto plazo que esta nueva tecnología tendrá en las evaluaciones del IB y cómo podría cambiar a largo plazo la educación tal y como la conocemos.

El IB cree que esta tecnología de inteligencia artificial formará parte de nuestra vida diaria, como los correctores ortográficos, los programas de traducción y las calculadoras. Por tanto, tenemos que adaptar y transformar nuestros programas educativos y prácticas de evaluación, de forma que el alumnado pueda utilizar estas nuevas herramientas de inteligencia artificial de manera ética y eficaz. El IB no va a prohibir el uso de dichos programas, sino que trabajará con los colegios para ayudarlos a apoyar al alumnado en el uso de esas herramientas de manera ética y en coherencia con nuestros principios de integridad académica.

Impacto inmediato en la evaluación del IB

El trabajo desarrollado por las herramientas de inteligencia artificial (aunque sea solo en parte) no será considerado como trabajo original del alumno/a. Al igual que con cualquier cita o material adaptado procedente de otra fuente, debe quedar claro qué trabajo generado por inteligencia artificial que se incluya en una evaluación se ha elaborado con esos programas; debe hacerse constar en el cuerpo del texto e incluirse la correspondiente referencia en la bibliografía. De lo contrario, el alumno/a estará tergiversando el contenido, ya que no es su trabajo original.

Por supuesto, la aparición de las herramientas de inteligencia artificial para redactar ensayos crea mayores oportunidades para que algunos alumnos/as pongan a prueba los límites de lo que es aceptable. Los cuatro puntos que se incluyen a continuación resaltan lo que el IB espera del personal docente cuando confirma que un trabajo es original:

  • Ha visto cómo el alumno/a desarrolla el trabajo a lo largo de un período de tiempo. El trabajo de clase del IB no está diseñado para que se complete en una sola tarde. Esta es probablemente la mejor manera de garantizar que pertenece al alumno/a y también fomentará el uso de las mejores prácticas en la redacción de los trabajos de clase.
  • El alumno/a es capaz de explicar su trabajo de un modo suficiente, ofreciendo garantías de que es de su creación.
  • El alumno/a deja claro cuándo cita las ideas de otras personas y cuándo expresa una idea o una conclusión propias. Esta es la manera en la que se espera que se incluyan las referencias.
  • Cuando se compara la calidad del trabajo final, es coherente con lo que se esperaría que el alumno/a fuera capaz de elaborar.

Esto no es un problema nuevo en la evaluación. El problema del alumno/a que no está capacitado para pensar, bien porque recibe demasiada ayuda para hacer su trabajo o porque pide a alguien que se lo escriba, está presente desde hace mucho tiempo, y el IB está acostumbrado a gestionarlo. El problema actual es una variante de esto. Por supuesto, las nuevas tecnologías son muy diferentes en cuanto a velocidad, facilidad de acceso y dimensiones, pero el problema de que un alumno/a pida a alguien que le escriba su trabajo es algo que existe desde hace muchos años. El cuerpo docente y el IB tratan habitualmente con casos de ensayos comprados en Internet (de servicios de venta de trabajos académicos) o realizados por tutores/as externos o incluso por miembros de la familia. Como todos los trabajos del IB requieren reuniones de control periódicas entre el alumnado y el profesorado, tenemos una oportunidad para que los profesores/as pidan a cada estudiante que exprese sus ideas y explique sus argumentos, a fin de garantizar que el trabajo sea un reflejo fiel de lo que entiende.

El futuro del aprendizaje

El IB está explorando las oportunidades educativas que han creado estos programas y está intentando imaginar cómo sería un mundo en el que los programas de inteligencia artificial se utilicen de forma habitual. ¿Qué destrezas y conocimientos claves debe proporcionar una educación de alta calidad al alumnado en ese mundo? Por ejemplo:

  • Se puede pedir al alumnado que evalúe un ensayo elaborado con inteligencia artificial y que luego perfeccione la pregunta para acercarse más a lo que quiere. Actualmente, un tema recurrente en los comentarios sobre ChatGPT es que una ligera alteración de la pregunta que se hace al programa puede alterar drásticamente lo que responde.
  • El alumnado necesitará más experiencia a la hora de identificar y abordar los sesgos. Todo el trabajo elaborado por la inteligencia artificial se basa en la información que ha “aprendido” y, especialmente en la Internet actual, eso está condicionado en gran medida por sus autores/as humanos. El alumnado debe entender que la inteligencia artificial heredará los sesgos y puntos ciegos de sus programadores (o del material que sirve de fuente en el caso de los sistemas de autoaprendizaje).
  • El alumnado aprenderá (o seguirá aprendiendo) a darle vueltas a los problemas y a ser creativo, en lugar de buscar respuestas sencillas o seguir un proceso rutinario. Incluso hoy, las herramientas de inteligencia artificial pueden hacer esto último de forma más rápida y eficaz, pero es en la resolución creativa de problemas donde el alumnado puede destacar.

La inteligencia artificial como ayuda para la enseñanza y el aprendizaje

Una idea inicial es utilizar la inteligencia artificial para proporcionar ejemplos de trabajos para que el alumnado los evalúe y critique. Una gran cantidad de docentes cree que pedir al alumnado que corrija ejemplos de trabajos es una gran experiencia de aprendizaje, y el uso de la inteligencia artificial aborda muchos de los problemas éticos y prácticos en una actividad de clase como esta. Es necesario que el profesorado explique por qué es ético que el alumnado utilice las herramientas de inteligencia artificial de este modo y por qué no lo es que las emplee para escribir sus trabajos, pero esto es algo que forma parte de una cuestión mucho más importante. El cuerpo docente debe servir de modelo de buenas prácticas en el uso de la inteligencia artificial, ya que el alumnado aprende mucho más observando a las personas adultas de su vida a las que respeta que escuchándolas.

La emoción de ver oportunidades

En resumen, creemos que la inteligencia artificial no supone una crisis para la educación ni para la evaluación, sino que brinda importantes desafíos y oportunidades. A corto plazo, debemos enseñar al alumnado el uso ético de la inteligencia artificial en las evaluaciones, y el IB está bien provisto de tareas de evaluación que se centran en la comprensión y no en la coherencia de las respuestas escritas. Sin embargo, a medio y largo plazo, las prácticas educativas del IB deberán evolucionar a medida que este tipo de herramientas mejoren y pasen a formar parte de la vida diaria.

Matt Glanville, Director de evaluación. El cuerpo docente del IB puede encontrar documentos de orientación en el Centro de recursos para los programas.