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¿Adónde te llevarán la curiosidad y la creatividad?

Tuve el placer de asistir a un concierto en el cual se tocaron los seis conjuntos de sonatas de Bach con violonchelo piccolo, viola da gamba, violonchelo, clavicémbalo y órgano. Bach compuso estas sonatas para violín y clavicémbalo, pero en el título añadió en italiano: col basso per viola da gamba accompagnata, se piace. Con ello, invitaba a los músicos a experimentar su música, “si así lo desean”, en otro timbre. Yo entiendo estas palabras como si Bach hubiese dicho: “Si tienes curiosidad, prueba a ver qué pasa”. En ese concierto se siguió esa sugerencia y se utilizaron distintos instrumentos. El público quedó asombrado por la transformación de la música, que abría las puertas a un nuevo mundo de emociones e interpretación.

Esta experiencia fue un buen punto de partida para reflexionar sobre la forma de fomentar la curiosidad y la creatividad en el colegio, y qué función desempeñamos en ello como docentes. A principios del siglo XX, se elaboraron varias teorías sobre la creatividad. En mi opinión, lo que las hace interesantes es que entienden la creatividad como un proceso, no como un mero momento de inspiración. Como docentes, deberíamos tener esto siempre presente y reforzar su comprensión por parte del alumnado. El proceso creativo consta de, por lo menos, cuatro etapas:

  • Preparación
  • Incubación
  • Iluminación
  • Verificación

Conocer la importancia y el impacto de estas etapas nos permitirá emplear mejor nuestros recursos y realizar un trabajo de mayor calidad. Es esencial la idea de que el alumnado necesita tiempo para acumular conocimiento (preparación consciente), seguido de tiempo suficiente para digerir la información (incubación inconsciente de la creatividad). Además, entre las dos fases, creamos algo nuevo al combinar elementos y confrontar ideas de nuestro conjunto mental de recursos: la iluminación. Einstein se refería a este proceso como intuición.

En la práctica docente habitual, esto significa crear oportunidades para que el alumnado explore un concepto desde distintas perspectivas, aplique los conocimientos de varias disciplinas, participe en actividades extracurriculares válidas y demuestre gran capacidad de observación. Aquí es donde se produce de vez en cuando la iluminación, que más adelante se traducirá en un nuevo producto: la fase de validación (evaluación, ensayo, proyecto, etc.). Cada vez que permito que esto suceda en clase, el resultado me sorprende. Soy profesora de Química, una asignatura cargada de contenido, pero que a la vez brinda oportunidades para colaborar de forma amplia y fructífera con otras disciplinas. Recuerdo las muchas dudas que tenían mis estudiantes después de estudiar el concepto de tabla periódica y periodicidad. Así, decidí invitar a la poeta Miriam Nash, para que les ayudase a investigar las propiedades de los elementos a través de la escritura poética. El taller comenzó con una lectura de un fragmento del libro El sistema periódico de Primo Levi, un libro cuidadosamente seleccionado y contextualizado (nuestro colegio está en Italia). Durante la sesión, investigamos las propiedades de los distintos elementos y escribimos un poema. Los alumnos/as trabajaron en grupos y, al final, presentaron sus poemas.

También les pedí que representaran un concepto científico de forma creativa. Para ello, podían hacer un dibujo, escribir un poema o una canción, hacer ganchillo, tejer, etc. En nuestro centro de arte, hice una demostración de cómo la cianotipia se basa en distintos estados de oxidación del hierro y de la importancia de la luz como catalizador. A ella asistieron también estudiantes de arte. Mediante esta técnica, pude contextualizar los metales de transición. Según la valoración del alumnado, esta fue una de las mejores actividades del curso de Química.

Otra gran oportunidad consiste en visitar con toda la clase la famosa fábrica Illy, cerca de Trieste. Hace tres años, combinamos el interés por la química de la elaboración del café con los aspectos económicos de su producción. Los estudiantes de Química y Economía hicieron una visita guiada a la fábrica, durante la cual vieron todo el proceso de producción. Esta experiencia generó varios trabajos de evaluación interna de Química.

¿Y qué lugar ocupa la curiosidad en todo esto? Como escribió Jim Coudal: “Nuestro mejor valor no es ninguna de nuestras habilidades, sino nuestra esencial curiosidad. No obstante, nuestra curiosidad debe tener un sentido. La selección es la forma de canalizar nuestra curiosidad”. Como educadora, la cita anterior me evoca la idea de que nuestra curiosidad es la fuerza que nos impulsa al éxito.

Mercurio

Destello y brillo,
reflejo la luz como un espejo.
Entre mis amigos, me siento solo,
fluyo, corro y resplandezco.

Tiempo atrás,
conocí el calor y el amor tierno.
Sus sanadores me buscaron para tranquilizarse.
Sus artesanos alabaron mi belleza. Tiempo atrás.
El calor abrasador no me molesta,
me veo constantemente empujado hacia el infierno.
Como la basura, he sido descartado y, con la ira,
invadí sus aguas y las contaminé.

En mi solitud, me encuentran.
Me toman de las manos, del corazón, del alma.
Copulamos y damos a luz nuevos seres.
Más brillantes de lo que yo fui.
Más valientes de lo que yo fui.
Más fuertes de lo que yo fui.
Ya no estoy solo.
Como mi gemelo, bañado directamente por el sol,
mi deseo quema.

Creado por Oscar, Gaia y Ayomikun durante el taller de poesía

Dima Lisbon cropped 2

Dimitrina Trendafilova ha sido profesora de Química y Teoría del Conocimiento (TdC) del IB durante más de 20 años. Ha trabajado en distintos entornos internacionales: Singapur, Bosnia-Herzegovina, Armenia, Bulgaria e Italia. Actualmente, forma parte del cuerpo docente del United World College Adriatic. Entre los principales intereses de Dimitrina se destaca la introducción a la ciencia en la primera infancia.