Según una encuesta reciente, casi el 50 % de los docentes que trabajan en colegios internacionales no sabe cómo detectar el acoso infantil. En el segundo artículo de la serie, donde se investiga la protección infantil, la revista IB World habla con el psicólogo forense Joe Sullivan sobre cómo los educadores pueden detectar el acoso en sus colegios y gestionar las posibles acusaciones.
Un acosador sexual no suele destacar entre la gente, y es poco probable que se trate del extraño que merodea por la puerta del colegio y vigila a los niños desde lejos. Estos son los mitos que Joe Sullivan, director de Mentor Forensic Services, desea erradicar de la comunidad escolar internacional. Según el informe sobre violencia y acoso sexual en Irlanda (SAVI, por sus siglas en inglés), más del 80 % de los niños que sufren acoso conoce a sus agresores.
El psicólogo forense Joe Sullivan lleva 30 años trabajando en el ámbito del acoso sexual y la explotación infantil. Entre sus tareas, realiza evaluaciones de riesgo y trabaja con personas que manifiestan interés de tipo sexual por los niños. Asimismo, colabora con las autoridades competentes en la investigación de delitos sexuales contra los niños y ha intervenido en varios casos muy mediáticos. Recientemente ha comenzado a trabajar con Jane Larsson, presidenta del Council of International Schools (CIS) y el International Task Force on Child Protection (ITFCP), para ayudar a educar a la comunidad escolar internacional sobre este tema [lea el primer artículo aquí].
Según afirma Sullivan: “La capacitación básica que han recibido los docentes ha servido para perpetuar mitos y hacerles creer en perspectivas falsas y nada útiles”.
Los docentes que participan en sesiones de capacitación con Sullivan quedan impresionados con el tiempo y el esfuerzo que los acosadores sexuales invierten en evitar cualquier sospecha. “Los casos de ejemplo presentan agresores considerados por los docentes como ‘personas normales’ que, en apariencia, son como ellos, se comportan como ellos y no encajan en el estereotipo, sino que son hombres o mujeres jóvenes”, afirma.
Según Sullivan, los casos de acoso cometidos por mujeres son los que más impactan a los educadores. También les sorprende descubrir que incluso los propios niños cometen delitos: “La mayor amenaza en lo que respecta a la explotación sexual infantil proviene de personas que han logrado integrarse en los colegios y de otros niños con problemas personales que, a su vez, presentan comportamientos sexuales problemáticos hacia sus compañeros”.
Acoso entre niños
La inmensa mayoría de personas que siguen cometiendo agresiones sexuales en la edad adulta comenzó haciéndolo en la infancia, con frecuencia dentro del colegio, explica Sullivan: “Las investigaciones indican que hasta el 25 % de los delitos sexuales contra niños es perpetrado por niños. En nuestras sesiones de capacitación, animamos a los docentes a tomar conciencia de ello y los ayudamos a diferenciar entre comportamientos apropiados, inapropiados y problemáticos”.
El sexting (un anglicismo utilizado para referirse al envío de fotografías o mensajes de tipo sexual a través del teléfono móvil) es una tendencia en auge entre la población más joven de hoy en día, pero en muchos países, si un niño se hace una fotografía inapropiada y la distribuye, habrá cometido más de un delito.
Es fundamental que los colegios se mantengan al día de las prácticas indebidas relacionadas con Internet y las redes sociales, para así poder trabajar con los niños y garantizar que no se metan en problemas sin darse cuenta. O, en el caso de que los docentes trabajen con niños problemáticos, poder remitirlos a recursos que permitan evitar comportamientos más graves en el futuro.
Señales evidentes
Joe Sullivan
Existen varios indicadores que pueden alertar de un comportamiento inapropiado, por ejemplo, tocar a los niños de forma indecorosa, entrar a propósito en los vestuarios cuando se cambian, hacer chistes de tipo sexual e inapropiado o hacer comentarios obscenos con los compañeros delante de los alumnos.
“Habrá docentes que al leer este artículo identifiquen algunos de estos comportamientos, pero tengan dificultades para cuestionarlos”, afirma Sullivan. Una capacitación adecuada y la creación de una política donde se detalle exhaustivamente en qué consiste un comportamiento inapropiado promueven un entorno abierto que permite a los docentes plantear estas cuestiones. “Precisamente el tipo de entorno que evitan las personas con tendencia a la explotación sexual infantil”.
Un estudio llevado a cabo en 2015 por el ITFCP, en el que participaron 700 educadores internacionales, reveló que casi el 30 % de los colegios internacionales no cuenta con una política escrita en materia de protección infantil y que, en el 32 % de los casos, las políticas no indican claramente las áreas de responsabilidad relacionadas con la protección infantil.
La capacitación puede ayudar a los docentes a comprender por qué las políticas y los procedimientos tienen semejante importancia, afirma Sullivan: “Los certificados de antecedentes penales no bastan. Han de ser el primer paso de un sistema de protección infantil. Los colegios deben capacitar a su personal sobre cómo detectar señales que indiquen que un niño sufre acoso o está indefenso ante un individuo concreto. De esta manera, los docentes tendrán la confianza necesaria para combatir cualquier comportamiento inapropiado o que no respete las políticas y los procedimientos del colegio”.
Sin embargo, el tema de la confianza sigue planteando problemas. El estudio del ITFCP revela que casi el 50 % de los docentes desconfía de su capacidad para detectar casos de acoso. Sullivan está colaborando con el ITFCP para abordar este problema. En ocasiones, las diferencias culturales o malas interpretaciones pueden dar lugar a dudas. Sin embargo, hay cosas que son inaceptables en cualquier lugar del mundo.
“Ayudamos a los profesores a comprender que una persona condenada por descargar pornografía infantil, por ejemplo, revela un interés sexual por los niños y, por tanto, debe considerarse como alguien que puede ocasionar daños muy graves a un niño”, explica.
Sullivan afirma que, aunque sea difícil de creer, “algunos colegios han contratado o readmitido a personas con antecedentes de visualización, descarga o acceso a contenidos de pornografía infantil a través de Internet y no han sido capaces de reconocer que ese hecho es un claro indicador de que no son personas aptas para trabajar en un colegio”.
Consejos útiles
Casi el 40 % de los docentes que participaron en la encuesta del ITFCP mencionó el miedo a equivocarse como una barrera para denunciar un presunto caso de acoso.
Sullivan ofrece varios consejos al respecto. “Los docentes pueden abordar la situación con delicadeza y decir: ‘No me agrada ese comportamiento, no creo que sea apropiado. No digo que sea acoso sexual; simplemente creo que tu comportamiento contradice la política del colegio y debemos abordarlo para garantizar que no se vuelva a repetir’. Al enseñar a los docentes un lenguaje que les permite cuestionar el comportamiento de otra persona sin salir perjudicados por decir lo que piensan, su confianza aumenta”.
Sin embargo, ante un presunto caso de acoso sexual, es importante contar con un protocolo muy claro que garantice que la investigación no corra a cargo de un miembro del personal, dada su posible relación con el denunciante. “Este protocolo también protege a los docentes. No se trata de inculparlos; se trata de garantizar que la investigación es justa y transparente”.
“El miedo a denunciar aumenta con la ignorancia y se controla con el conocimiento”, añade Sullivan. Con el conocimiento y la capacitación necesarios, los docentes pueden comprender cómo los acosadores se infiltran en las organizaciones y se las ingenian para manipular a sus compañeros. Así, se contribuye a garantizar que el entorno escolar es un lugar seguro para los niños.
Para acceder a recursos relacionados con la concientización y la prevención, visite: http://www.icmec.org/education-portal/awareness/.
Para cuestiones relacionadas con la capacitación, visite: http://www.cois.org o http://mentorforensics.com/ (enlaces disponibles en inglés).