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Cómo proteger a los niños que están a su cargo

A hand protecting childrenEn el tercer artículo de la serie sobre protección infantil, la revista IB World habla con un Colegio del Mundo del IB que está trabajando para proteger a sus alumnos tras haberse producido un grave incidente.

En 2014, se descubrió que un docente del colegio había abusado de más de 54 alumnos entre 2009 y 2013. El informe de las autoridades locales de protección infantil determinó que había habido oportunidades para identificar los riesgos que esta persona representaba. Sin embargo, la falta de liderazgo, la incapacidad del personal de reconocer las características de un delincuente sexual y la reticencia a denunciar un problema sin contar con “pruebas contundentes” figuraban entre las principales razones por las que no se le detuvo mucho antes.

Pero no se trata de un incidente aislado. Durante su carrera como docente, trabajó en nueve colegios. No se sabe cuántos niños pudieron sufrir abusos. Solía actuar durante excursiones escolares no autorizadas y sin supervisión.

Cuando Gregory Hedger asumió la dirección de la Escuela Campo Alegre (ECA) de Venezuela en 2012, puso fin inmediatamente a las excursiones sin supervisión que no contaran con la autorización del colegio.

Según declaró: “Analizamos la relación existente entre el personal docente y de dirección. Debíamos crear una cultura en la que los docentes sintieran que podían acudir a mí si tenían cualquier problema. Informamos mejor a los alumnos, el personal docente y los padres acerca del tema, y les hablamos de qué tipos de relaciones resultan aceptables e inaceptables entre los alumnos y los adultos en un entorno escolar. Además, pusimos a su disposición la información y los hallazgos de las autoridades locales de protección infantil. Utilizamos el inventario de protección infantil, que es una lista de las medidas que debemos tomar cada año para garantizar el cumplimiento de nuestras responsabilidades de protección”.

Gregory Hedger - safeguarding part 3

Gregory Hedger

Creación de un código de conducta

La ECA ha creado un código de conducta que contempla los tipos de comportamientos apropiados, para ayudar a los alumnos y el personal a comprender qué conductas son y no son aceptables. También ha publicado un documento de directrices para los responsables de las excursiones en su sitio web e imparte clases regulares para padres, a fin de asegurarles que sus hijos están a salvo. Asimismo, se informa a los padres cuando los docentes van a tratar temas de protección infantil con los alumnos.

“Utilizamos nuestro código de conducta para informar a los alumnos, los padres y el personal docente, el cual además debe firmarlo cada año”, explica Hedger. “El documento se centra en la protección de los alumnos, pero también de los docentes. Identifica claramente las conductas que son y no son aceptables, por lo que los adultos no deben preocuparse siempre y cuando su comportamiento se ajuste a las conductas aceptables”.

Todos los adultos que visitan la ECA con regularidad deben firmar el código de conducta y participar en un taller. Aquí se incluyen los conductores, los cuidadores, los docentes de actividades extraescolares y los docentes sustitutos. “Es un proceso muy participativo”, afirma Hedger. “No podemos poner la mano en el fuego por nadie, pero nuestro objetivo es transmitir un mensaje muy claro de que no toleraremos ningún comportamiento que pueda resultar perjudicial para los niños”.

Hedger también ha colaborado con el International Task Force on Child Protection (ITFCP) para ayudar a proteger a los alumnos. En la conferencia anual de la Association for the Advancement of International Education (AAIE), celebrada en febrero de 2016, habló sobre las estrategias de protección infantil implementadas por la ECA.

El problema de crear un entorno informal

Según el informe de las autoridades locales de protección infantil, el docente acusado se presentaba rápidamente en los colegios como un profesor “informal” que normalizaba comportamientos como dejar que los alumnos entraran en su habitación durante las excursiones escolares, ver a los alumnos en la ducha y hacer bromas de tipo sexual.

“Uno de los principales atractivos que tienen los colegios internacionales para los pedófilos es la tendencia a crear un entorno informal entre los alumnos y el personal docente, en el que los límites no quedan claros”, afirma Hedger. “Este aspecto ha cambiado de forma radical en la ECA. Hemos concretado los límites y creado una cultura más profesional y transparente”.

“Se suele creer que un enfoque muy informal contribuye a la transparencia, cuando en realidad sucede todo lo contrario. Al definir claramente los límites e informar de ellos a todos los interesados, mejora la transparencia y la capacidad de cuestionar las cosas”.

Si los alumnos y el personal detectan cualquier comportamiento contrario al código de conducta, pueden denunciarlo a través de una plataforma en línea a la que solo tienen acceso Hedger y los miembros del consejo escolar de la ECA. “Los miembros del consejo escolar no participan en la investigación de las acusaciones, pero pueden asegurarse de que yo sí”, añade Hedger. “Si alguien denuncia a cualquier persona de mi entorno cercano, puede tener la tranquilidad de que actuaré en consecuencia”.

La ECA ha endurecido su proceso de selección de personal. Hedger ha añadido preguntas específicas y verifica el registro del FBI de todos los aspirantes a trabajar en el colegio. También afirma que utilizará la nueva iniciativa de la Interpol cuando esté disponible. El certificado policial internacional único facilitará en gran medida la comprobación de los antecedentes penales de los educadores internacionales, pues la información estará disponible para los 190 países de la Interpol.

Transmisión de un mensaje claro

La ECA ha adquirido fama internacional por hacer todo lo posible para garantizar la protección de sus alumnos. Cada año, revisa su progreso para cerciorarse de que sus medidas de protección infantil no se quedan a medio camino e identificar qué más se puede hacer.

“Debemos mantener el compromiso de crear las estructuras y herramientas necesarias para proteger a los niños”, afirma Hedger. “Este tema no debe limitarse a las clases de educación para la salud y ha de explicarse de forma clara y específica. Es necesario mencionar el código de conducta y el proceso para denunciar cualquier sospecha”.

Es de vital importancia que nos alejemos de la informalidad y creemos un proceso más claro y estructurado.

Cómo creamos un código de conducta para el personal del colegio

El proceso comenzó con el análisis de los modelos de otros colegios y organizaciones. Examinamos el manual de protección infantil de la AIS y adaptamos el modelo a nuestro colegio y nuestra cultura. A continuación, compartimos nuestro código de conducta con varios miembros de nuestra comunidad (personal docente, padres y alumnos de secundaria) para conocer su opinión. Seguidamente, pasó a la junta directiva. Cada año, todos los adultos que trabajan con alumnos en nuestro centro deben asistir a una presentación y firmar el código. Además, se revisa con todos los alumnos anualmente. Todos los colegios pueden utilizar nuestro código de conducta como.