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La mentalidad internacional y cómo me ayudó a vivir en el extranjero

Tomar conciencia de las culturas, lenguas y experiencias internacionales es un aspecto fundamental de la educación del IB. Hemos pedido a varios graduados del Programa del Diploma que nos hablen del impacto de la lengua, las palabras y las acciones en sus vidas y estudios. Esta es la tercera historia de una breve serie que hemos titulado  La importancia de la conciencia.Obtenga más información sobre la red de exalumnos del IB en ibo.org/es/alumni.


Contribución de Aseel Al-Nasser

Tuve que aprender a despojarme de mi perspectiva cultural y adoptar una nueva.

La mentalidad internacional es un elemento fundamental de la misión del Bachillerato Internacional. Este concepto carece de una definición formal específica, pues se describe de forma diferente según cada individuo u organización. Sin embargo, sí integra varios aspectos comunes y consensuados, tales como la comprensión de las diferencias entre las personas y sus culturas; el respeto, la exaltación y la apreciación de la diversidad; la asunción de responsabilidad ante la comunidad global, y el ejercicio de la ciudadanía global.

Cuando comencé el Programa del Diploma (PD) hace nueve años, este concepto era totalmente nuevo para mí. Me formé en un colegio internacional bilingüe que ya había adoptado y cultivado los valores del respeto hacia los demás y sus diferencias, y exaltado la diversidad mucho antes de implementar el programa. Sin embargo, mi comprensión de la mentalidad internacional se limitaba a una comunidad de alumnos específica, en la que teníamos que poner en práctica este concepto en diferentes actividades extracurriculares y otras relacionadas con el colegio, como el Modelo de las Naciones Unidas y la conferencia de Teoría del Conocimiento (TdC). La limitación era evidente en la profundidad de las discusiones que se llevaban a cabo, pues estas solían estar enmarcadas en temas definidos y específicos, que tenían relación con el tema del evento. Personalmente, nunca llegué a discutir cuestiones más amplias a mayor escala que implicaran una comprensión más profunda de este concepto.

La primera vez que me vi en la necesidad de poner a prueba esta habilidad fue cuando me trasladé a Alemania hace cinco años para participar en un programa de intercambio obligatorio. Salir de mi zona de confort y vivir en una comunidad nueva para mí, donde tenía que partir desde cero, fue el medio adecuado para entablar esas discusiones de carácter más amplio. Me encontré con preguntas relacionadas con mi cultura, religión y estilo de vida que tenía que responder. Tuve que romper estereotipos, justificar creencias y aprender nuevas formas de explicar temas a otras personas desde el entendimiento intercultural y el respeto mutuo. Tuve que aprender a despojarme de mi perspectiva cultural y adoptar una nueva para entender la procedencia de sus opiniones y creencias. Tuve que confiar en las acciones más que en las palabras para romper estereotipos y forjar relaciones duraderas. Al mismo tiempo, aprendí a valorar y apreciar a cada persona por su personalidad propia, más que por su procedencia o sus creencias. Ya tenía las bases para hacerlo, pero tuve que trabajar en ello durante mi estancia en el extranjero.

Cinco años después, creo que la mentalidad internacional y la experiencia de vivir en el extranjero van de la mano: una necesita de la otra. En mi caso, pude poner en práctica la mentalidad internacional al trasladarme a Alemania. Disfruté de una experiencia enriquecedora y mejoré mi comprensión de temas interculturales que reforzaron mi mentalidad internacional personal; esta habilidad, que considero una de mis favoritas, me ayudó a integrarme en una sociedad multicultural como la alemana. Además, desarrollé un interés por los estudios y las diferencias culturales, y participé en otros programas de intercambio con el mismo deseo y aliciente de conocer nuevas culturas.

Nueve años después de cursar el PD, pienso que la mentalidad internacional es como una chaqueta con muchos bolsillos que todos llevamos puesta. Con el tiempo, vaciamos algunos bolsillos de cosas antiguas, llenamos otros con nuevas ideas y perspectivas, y otros decidimos mantenerlos como están. Sin embargo, todos necesitamos llevar esa chaqueta como herramienta básica para la comunicación y la comprensión en el siglo XXI, cuando el mundo no es más que una pequeña aldea.



Aseel Al-Nasser se graduó en el Programa del Diploma en el Mashrek International School de Amman (Jordania). Obtuvo un diploma bilingüe en la convocatoria de mayo de 2009 con una puntuación de 42. Recientemente ha terminado un máster en ingeniería biomédica en la Universidad Hochschule Furtwangen (HFU) de Alemania y actualmente busca un trabajo relacionado con su campo de estudio.

Aseel es una apasionada de la educación y fue miembro del Comité consultivo de exalumnos del IB de 2014 a 2015. Le encanta leer, viajar y bailar Zumba.

¿Tiene alguna buena historia que contar? Escriba a  alumni.relations@ibo.org y obtenga más información sobre la red de exalumnos del IB en ibo.org/es/alumni.