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Enseñar y aprender economía más allá de los libros


Compartimos con orgullo las historias de nuestros alumnos en el año de nuestro 50.o aniversario


Contribución de Samuel Pérez de León

“En lugar de enseñar la definición habitual de la economía basada en los libros, creo una experiencia para los alumnos que les permite definir la disciplina con sus propios términos, partiendo de creencias, experiencias y paradigmas propios y diversos. Después, discutimos”.

Samuel Pérez de León enseña economía en el Pearson College UWC (Canadá). En este artículo, comparte sus reflexiones sobre sus alumnos, sus métodos de enseñanza y el valor de la educación del UWC.

Enseñar economía en el Pearson College UWC durante más de 10 años me ha enseñado que dentro de las cuatro paredes de nuestra aula, más que aprender economía, aprendemos sobre nosotros mismos.

Desde el primer día de clase, animo a mis alumnos a que aprendan a través de la experiencia, en lugar de decirles lo que tienen que hacer o prepararlos para ello. En ese momento, los alumnos no conocen a sus compañeros y muchos de ellos tampoco tienen un conocimiento real de sí mismos. Como me dijo una vez un buen amigo (y exalumno del Pearson College UWC): “Vienen al UWC a descubrir quiénes son realmente”.

El primer día de clase comienza con una caja de rosquillas o pasteles de chocolate colocada en una mesa en el centro del aula, con una nota que dice, básicamente: “Con lo que hay, y en tan solo cinco minutos, tienen que conseguir que todas las personas de esta clase queden satisfechas”. Yo no estoy presente en el aula en ese momento y los alumnos tienen que averiguar en qué consiste esta primera clase.

La dificultad reside en que no hay suficientes golosinas para todos los alumnos del grupo y solo tienen cinco minutos para completar la tarea. ¿Cómo lograrán quedar “satisfechos” todos ellos? ¿Qué es exactamente la satisfacción?

Transcurrido el tiempo asignado, entro a la clase y les pregunto cómo ha ido su primera evaluación. “¿Están satisfechos todos los alumnos de esta clase?” “¿Merecen todos una calificación de 7 del IB?”, bromeo.

Teniendo en cuenta la diversidad del grupo, empezamos nuestro proceso de aprendizaje discutiendo lo que ha sucedido y lo que han aprendido. Hago referencia a la experiencia durante el resto del trimestre. ¿Por qué decidieron hacer lo que hicieron? ¿Cómo fue el proceso de toma de decisiones? ¿Actuaron conjuntamente o la decisión fue tomada por un grupo de personas que se impusieron sobre los demás? ¿Se escucharon y tuvieron en cuenta las opiniones de todos? ¿Quién asumió el liderazgo? ¿Fue este “líder” capaz de reflexionar y comprender las necesidades y perspectivas de todo el grupo en el tiempo asignado? ¿Cómo entendemos las diferentes culturas en estas circunstancias? ¿Hay una cultura, lengua o mentalidad dominante que hiciera que algunos miembros del grupo guardaran silencio y se limitaran a observar? ¿Qué da a entender que las golosinas estaban ahí para consumirse, repartirse o incluso considerarse una fuente de satisfacción?

Aunque la dinámica de la actividad cambia cada año, los resultados suelen ser bastante similares. He visto grupos que reparten las golosinas de la manera más equitativa posible, partiéndolas en trozos para que todos los alumnos reciban la misma porción. Otros intentan adoptar un enfoque justo, preguntando quién quiere más, quién es alérgico, quién está satisfecho sin necesidad de comerse una golosina, etc. En raras ocasiones, y aparentemente en contra de los principios del UWC, veo a algunos alumnos aprovecharse de la situación y lanzarse por los dulces incluso antes de leer la tarea.

Independientemente del resultado, siempre aprendemos de la experiencia durante nuestra discusión. ¿Qué significa estar satisfecho? ¿De verdad “necesitamos” las golosinas? ¿Quién cree que habría solucionado mejor la situación? “¿Cuál es el sentido de la vida?” Incluso eso, el sentido de la vida, se ha llegado a plantear cuando nos hemos metido de lleno en una conversación sobre qué significa exactamente estar “satisfecho”. Revisamos las realidades globales y los ecosistemas cada vez más perjudicados de nuestro entorno que utilizamos para producir lo que consideramos “medios para satisfacer necesidades y deseos”.

Varias clases más tarde, y después de revisar algunas definiciones habituales de diferentes fuentes, los alumnos redactan su propia definición de la economía. Con los conocimientos adquiridos a través de la experiencia completa, incluidas las discusiones, les pido que expresen sus nuevas concepciones de lo que es la economía. Las redactan con sus propios términos y según sus propios paradigmas. En ocasiones, han definido la economía a través de un haiku, un poema, un dibujo o una metáfora. Dan forma a sus ideas y comparten sus definiciones con el resto de la clase, y luego se ayudan unos a otros a perfeccionar sus conceptos. Es una tarea que requiere tiempo, esfuerzo y pensamiento creativo.

El concepto en sí, la pregunta “¿qué es la economía?”, no se evaluará de manera específica en ningún examen del Programa del Diploma (PD) al final del segundo año. Para entonces, pueden plantearse preguntas como las siguientes: ¿Es importante? ¿Merece la pena? ¿Importa la manera en que se repartieron los dulces?

No mucho. 

Es más, ¿es importante el propio programa de estudios de la asignatura? Bueno, tal vez lo sea si nos sirve para entablar nuevas y más profundas discusiones acerca de por qué aprendemos economía de la manera en que lo hacemos, e incluso para analizar de forma crítica los supuestos subyacentes de los modelos económicos imperfectos. Quizás también lo sea si nos sirve para reunir a individuos de todos los continentes en un espacio común y seguro durante 60 minutos, tres días a la semana.

No se me malinterprete. Por supuesto que estudiarán la oferta y la demanda, el PIB y las escuelas de pensamiento keynesianas y neoclásicas, los tipos de cambio y los impuestos, entre otros temas técnicos, prácticos y teóricos. Pero si soy sincero, más que aprender economía, en mis clases nos esforzamos por aprender sobre nosotros mismos. Y eso también me incluye a mí”.