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Convertirse en un Colegio del Mundo del IB al estilo ruso

Un colegio de Rusia explica cómo ha integrado el currículo estatal con los programas del IB y ha logrado grandes mejoras en la calidad del aprendizaje de los alumnos

Cerca de 30 colegios públicos de Rusia han implementado los programas del IB como parte de un proyecto piloto del Gobierno ruso para mejorar el nivel educativo y ofrecer las mejores oportunidades a los alumnos.

Uno de estos colegios es el School Of Young Politicians Gymnasium 1306 (SYP), que atiende a las familias del distrito moscovita de Ramenki, así como a la comunidad extranjera residente en Moscú. Agrupa a alumnos de 3 a 17 años de unas 44 nacionalidades.

Para el colegio, la tarea de integrar los programas del IB y el currículo estatal ha sido un proceso muy largo, pero a la vez muy gratificante. El SYP empezó ofreciendo el Programa del Diploma (PD) en 2010 y obtuvo la autorización para impartir el Programa de la Escuela Primaria (PEP) en 2016. Actualmente se encuentra en la etapa como colegio solicitante del Programa de los Años Intermedios (PAI) y recibió la visita del equipo de autorización en septiembre.

Varduhi Grigoryan-Avetisyan, directora de programas del IB del colegio, explica: “Al principio, nos enfrentamos a la necesidad de replantear el programa de estudios de nuestro colegio. Al tratarse de un colegio público, debemos cumplir todos los requisitos estatales relacionados con el currículo, los recursos, la política lingüística y los exámenes”.

Los cambios

Para lograr la integración, los docentes trabajaron colaborativamente en un proceso de tres pasos. “En el PEP y el PAI, comenzamos con una comparación de los dos programas educativos y sus requisitos en cuanto al desarrollo de los enfoques del aprendizaje y los resultados del aprendizaje”, explica Grigoryan-Avetisyan. Esto ayudó a los docentes a planificar el nuevo currículo.

En el PEP, el colegio tomó el contenido de las asignaturas del programa estatal pero lo exploró como parte del programa de indagación. En el PAI, el colegio utilizó el contenido del programa estatal, le añadió todos los requisitos del IB y lo integró en unidades de indagación.

“El segundo paso consistió en implementar la versión de prueba del currículo para verificar en la práctica lo que funcionaba en el aula”, señala Grigoryan-Avetisyan. “El tercer paso, que es el que tenemos en marcha en este momento, consiste en sintetizar la versión final de los programas integrados”.

En el PD, sin embargo, los requisitos mínimos del currículo estatal ya se cumplían por completo.

Grigoryan-Avetisyan señala que una de las principales dificultades fue introducir una filosofía educativa completamente nueva con componentes como el aprendizaje basado en la indagación, la enseñanza y el aprendizaje conceptuales, el desarrollo de habilidades como elemento fundamental del proceso educativo, el aprendizaje colaborativo y el aprendizaje basado en proyectos.

“Nuestro personal tuvo que invertir mucho esfuerzo al tener que participar en una serie de talleres, reuniones de planificación colaborativa, y sesiones de reciclaje y desarrollo profesional”, relata Grigoryan-Avetisyan.

“El propio proceso de implementación también fue complejo, pues diseñar un programa de estudios integrado e implementarlo en el aula son dos cosas bastante diferentes. La reacción de los alumnos no era fácilmente predecible”.

El colegio también renovó muchos de sus recursos, compró equipos nuevos y fomentó el uso de servicios pedagógicos y bibliotecas en línea. “Aquí nos encontramos otro obstáculo: la lengua. Como solo la mitad del personal podía leer las guías y los materiales necesarios en inglés, la otra mitad tuvo que hacer muchas traducciones (de documentos internos y externos)”, afirma Grigoryan-Avetisyan.

Y añade: “Implementamos el PEP concediendo una gran importancia al inglés, pero con el ruso como principal lengua de instrucción; el PAI se enseña en inglés y ruso por igual, y así preparamos a los alumnos para la instrucción del PD, que es íntegramente en inglés”.

Ventajas para los alumnos

El esfuerzo y la dedicación de los docentes han valido la pena. El colegio ha experimentado un “impresionante cambio en el aprendizaje y la comprensión de los alumnos desde la implementación de los programas del IB”, señala Grigoryan-Avetisyan.

“Los alumnos del PEP que han aprendido con un enfoque basado en la indagación y la investigación demuestran una actitud responsable hacia el aprendizaje, entusiasmo por descubrir el mundo que los rodea y una mentalidad amplia. Por ejemplo, en cada clase del PEP tenemos un mural de preguntas en el que los niños pueden poner preguntas que les interesen. Después, el personal docente intenta diseñar sus investigaciones teniendo en cuenta esas preguntas”.

En el PAI, la principal ventaja para los alumnos es el aprendizaje basado en proyectos, donde pueden aplicar sus conocimientos de la disciplina y las habilidades adquiridas. “El resultado más valioso del PAI es que los alumnos son los que inician determinados proyectos y se sienten inclinados a poner en práctica sus decisiones”, señala Grigoryan-Avetisyan. “Los alumnos organizaron varios proyectos para personas mayores (de ámbito local e internacional), impartieron una serie de talleres en centros de preescolar para crear conciencia sobre cuestiones ambientales y sociales, pusieron en marcha campañas benéficas y organizaron un evento de recaudación de fondos (un festival de la cocina francesa) en el que participó todo el colegio para ayudar a refugios de animales”.

“Para nosotros es muy importante formar a alumnos holísticos que se conviertan en miembros activos y responsables de la comunidad local y global”, añade Grigoryan-Avetisyan.

“En cuanto a los graduados del PD, el conocimiento práctico de las asignaturas elegidas, junto con las habilidades de análisis y pensamiento crítico adquiridas mediante los componentes troncales del programa, les permiten ingresar y obtener excelentes resultados en las mejores universidades del mundo”.